RITA LEVI-MONTALCINI: UN SENTIDO DE LA BELLEZA DE LA VIDA

 

Rita Levi-Montalcini joven

 

Rita Levi-Montalcini comparte su vida con su hermana gemela Paola Levi-Montalcini, que es pintura y escultora de reconocido mérito. Las dos renunciaron a una vida familiar propia por su dedicación profesional.

 

-El científico ha de conocer una metodología que no se le exige al artista. Pero el científico debe ser creativo y en eso coincide con el artista. Mi hermana Paola es una artista y por parecidas razones, yo soy una científica. Esencialmente es una misma cualidad. La diferencia es que hemos elegido métodos de expresión diferentes. Yo he utilizado el microscopio y mi capacidad de comprensión del sistema nervioso y ello ha permitido mis descubrimientos en ese campo. Y ella ha utilizado el pincel.

 

-Los científicos trabajan con certezas, tratando de probar lo que creen. El artista en cambio no puede prefigurar el resultado. Sólo sabe lo que buscaba cuando acaba su obra. Faltan las certezas del científico, pero hay otras. La historia del arte del pasado es un panorama estupendo de cómo el hombre ha expresado la realidad con formas diferentes. Por eso el artista debe afrontar la dificultad de hacer su obra y de la relación con su época.

 

León Urzaiz y José Antonio Carrera

 

 

Rita Levi-Montalcini y Paola Levi-Montalcini

 

Rita Levi-Montalcini nació el 22 Abril 1909 en Turín, Italia, en una familia judía de origen sefardí, su padre era ingeniero eléctrico y su madre era pintora.

 

Siendo adolescente, decidió que nunca iba a casarse ya que nunca habría obedecido a un hombre, como su madre a su padre. No quería estar en un segundo plano como su madre, a la que adoraba, no quería ser ni madre ni esposa, quería ser científica y dedicarse a los otros, quería ser médica y ayudar a los que sufrían. Su padre le dijo que no lo aprobaba, pero no podía impedírselo.

 

Sobre la familia, consideraba que la relación ideal entre padres e hijos es nunca entrometerse en las pequeñas cosas, no perderse en las cosas banales. Jamás oyó una frivolidad en boca de su madre, eran cosas que no le interesaban y que les transmitió a sus hijos. Su madre jamás deseó ser un modelo para nadie, por eso lo fue.


Se graduó en 1936 a la cabeza de su clase con la máxima calificación y se doctoró en neurocirugía. Cuando Benito Mussolini prohibió a los judíos el acceso a puestos profesionales, ella no se dio por vencida, montando un laboratorio en su dormitorio para estudiar el crecimiento de las fibras nerviosas. Perseguidos por los fascistas, tuvo que vivir y estudiar en la clandestinidad y la obligaron a huir a Bélgica.

 

Rita Levi-Montalcini médico neurólogo

 

Ella opinaba que la exclusión fomentó entre los judíos los trabajos intelectivos, ya que podían prohibirle todo, pero no que pensara.

 

Cuando acabó la guerra, la Universidad de San Luis en Missouri le ofreció una beca y viajó a los Estados Unidos. Allí conseguiría desarrollar con éxito sus ideas sobre el sistema nervioso. Casi veinte años después de su marcha a los Estados Unidos, volvió a Italia con el reconocimiento del mundo académico y científico para instalarse definitivamente en Roma.

 

Su natural optimismo la ayudaba en los momentos difíciles, no le importaba ni la enfermedad, ni la muerte, ni las persecuciones; eso afectaba a su cuerpo, no a ella. Lo importante para ella es el optimismo y no sobrevaluar las dificultades, ella potenció sus capacidades; si no hubiera tenido la obligación de trabajar en su dormitorio, actualmente sería una vieja señora como naturalmente lo era, pero no hubiese podido aprovechar lo que la vida le impuso.

 

Rita Levi-Montalcini asistiendo a evento

 

Rita Levi-Montalcini era una escritora famosa, humanista, senadora vitalicia, Embajadora de Buena Voluntad de la FAO. Ella era partidaria de la eutanasia activa y les pediría a sus amigos que cesaran su vida cuando no pudiera pensar ni querer.

 

En 1986 le fue concedido el Premio Nobel de Medicina por sus hallazgos en el campo de la neurociencia. Ella descubrió la hormona que hace crecer las células nerviosas, lo que significa la posibilidad de restaurar daños cerebrales y nerviosos que hasta ahora se consideraban irreversibles. Este descubrimiento es conocido como «factor de crecimiento nervioso» (Nerve Growth Factor).

 

Rita Levi-Montalcini recibe premio nobel medicina 1986

 

Era colaboradora de la «Fundación Insieme», institución que recauda fondos y proporciona medios para educar a niños con deficiencias físicas o mentales.

 

En 1992 creó la «Fundación Onlus Rita Levi-Montalcini» que da becas y apoya la alfabetización y estudios superiores de niñas y jóvenes africanas.

 

En el año 2002, creó en Roma el «Instituto Europeo de Investigación sobre el cerebro» (European Brain Research Institute) en el que trabajan sólo mujeres científicas para demostrar que el talento no tiene sexo. Ella supervisa los experimentos de las científicas y los estudios sobre enfermedades neurodegenerativas.

 

Rita Levi-Montalcini en el European Brain Research Institute EBRI

 

Pese a su avanzada edad, desarrollaba una actividad intensa, atendiendo invitaciones a eventos, el trabajo con sus colaboradoras de cuatro décadas, la fundación y el instituto. En sus conferencias hacía hincapié en la necesidad de estudiar el sistema nervioso como una parte más del conjunto y su relación con el sistema inmunológico.

 

Explicaba que los sistemas nervioso e inmunológico tienen continuos intercambios de mensajes hasta el punto de interferirse lo cual ya había sido dicho en el campo de la psicología. En las enfermedades somáticas, el estado de ánimo influye notablemente en el desarrollo de una enfermedad.

 

Esto ocurría así porque el sistema nervioso no es sólo un sistema completo en sí mismo, sino que interfiere siempre con el sistema inmunológico. Indicaba que nuestra actitud ante la enfermedad es decisiva para enfrentarnos a ella porque nuestra manera de actuar influye en el sistema inmunológico, que es el sistema que nos defiende los depredadores más pequeños y peligrosos como son los virus y las bacterias.

 

Rita Levi-Montalcini

 

Es decisivo para evitar su ataque que nuestra conducta se alerte y se apreste a la defensa con total entrega, sin distracciones. A diferencia de los animales, las personas podemos controlar el sistema nervioso y eso significa que nosotros podemos ordenar la defensa del sistema inmunológico contra virus y bacterias y vencer así a la enfermedad con nuestros propios medios, aunque la muerte seguirá siendo inevitable.

 

Para Rita Levi-Montalcini, la capacidad humana de controlar el sistema nervioso no sólo puede facilitar la curación de las enfermedades, sino que debe servir sobre todo para vivir en armonía y equilibrio.

 

Rita Levi-Montalcini falleció el 30 Diciembre 2012 en Roma a la edad de ciento tres años.

 

Recopilado por Elias Benzadon

 

 

No temo a la muerte. Es lo natural, llegará un día, pero no matará lo que hice. Sólo acabará con mi cuerpo. Muere el cuerpo, no yo misma. El cuerpo evidentemente debe morir, pero esa no es mi muerte.

 

No hay culpa ni mérito en cumplir cien años. Puedo decir que la vista y el oído han decaído, pero el cerebro no. Tengo una capacidad mental quizá superior a la de los veinte años. No ha decaído la capacidad de pensar ni de vivir. ¿El secreto? La única forma es seguir pensando, desinteresarse de uno mismo y ser indiferente a la muerte, porque la muerte no nos golpea a nosotros sino a nuestro cuerpo, y los mensajes que uno deja persisten. Cuando muera, sólo morirá mi pequeñísimo cuerpo.

 

Lo importante es vivir con serenidad y pensar siempre con el hemisferio izquierdo, no con el derecho porque ése lleva a la Shoah, a la tragedia y a la miseria.

 

Conozco a más de ochenta Premios Nobel y puedo decir que no son ni mejor ni peor que el resto de los mortales. A mí, sólo me merecen un respeto especial aquellas personas que viven en armonía con sus principios éticos. El Nobel es sólo cuestión de suerte.

 

Rita Levi-Montalcini

 

La conducta no sólo depende de los genes sino sobre todo depende de la sociedad en la que se desarrolla el individuo.

 

El miedo a la muerte nos hace vulnerables, distrae el trabajo de organización del cerebro y por tanto se dispersan nuestras defensas. Aceptemos la muerte, es un hecho natural que la ciencia nunca podrá evitar.

 

Lo mejor para dar a los jóvenes es un sentido de la belleza de la vida y la aceptación de las leyes de la vida. La vida no es infinita y sería grave que lo fuera. Debemos aceptar esa limitación. Nunca he temido a la muerte incluso cuando la vi de cerca durante las persecuciones.

 

Rita Levi-Montalcini

 

La vida es una experiencia digna de ser positiva. La angustia es lo que destruye al hombre no el hecho de la muerte en sí. El miedo a la muerte convierte a los hombres en miserables, el miedo a la pobreza, el miedo a lo que puedan pensar de nosotros.

 

La vida es estupenda pero no hay que vivirla en función de lo que los otros piensan de ti, sino en vencer tus propios miedos hasta llegar a aceptar la muerte como un hecho natural.

 

El cuerpo hace lo que quiere. Yo no soy mi cuerpo. Soy mi mente.

 

Rita Levi-Montalcini

 

Rita Levi-Montalcini centenaria

 

 

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