RESPONSABLE DE TUS PROPIOS SENTIMIENTOS

 

 

 

 

 

Aquél día el rey decidió que el burro que tenía en el establo, tenía que aprender a hablar.

 

De inmediato, llamó a uno de sus consejeros y le dijo en tono firme:

 

-¡Te ordeno que hagas hablar al burro!

 

-Su majestad, -le contestó el consejero, eso no es posible porque los burros no hablan.

 

-¡Si no haces hablar al burro, -sentenció el rey-, serás ejecutado!.

 

-Pero Su Majestad, le ruego entienda que no es posible hacer hablar a un burro.

 

El rey mandó ejecutar al consejero.

 

Luego llamó a los otros consejeros y cortesanos. Uno a uno les dio la misma orden y al recibir la misma respuesta, los mandó ejecutar.

 

Ante la imposibilidad de encontrar quien hiciese hablar al burro, salió del palacio y detuvo a varios transeúntes obteniendo la misma repuesta y en consecuencia fueron ejecutados.

 

Finalmente, detuvo a un campesino y le formuló la misma orden y advertencia en caso de no cumplirla.

 

El campesino permaneció pensativo unos instantes y le contestó al rey:

 

-Su majestad, realmente es una tarea difícil mas no imposible. Recuerde usted que los burros nunca han hablado por lo que tomará cierto tiempo.

 

-¿Cuánto tiempo necesitas para hacer hablar al burro?, -preguntó el rey.

 

-Yo calculo que un año será suficiente, -contestó el campesino.

 

-En ese caso, llévate al burro a tu casa y si en el plazo de un año no has logrado que hable, serás ejecutado, -dijo el rey.

 

El campesino llevó el burro a su casa. Al verlo llegar, su esposa le pregunta por el animal y él le cuenta la historia.

 

-¡Estás loco, los burros no hablan, nunca lo lograrás y el rey te ejecutará!, -le dijo la esposa en tono preocupado.

 

-Querida, ya lo sé, los burros no hablan. Pero recuerda que el rey me dio un plazo de un año y en ese lapso el rey puede ser derrocado, morir, perder la memoria, arrepentirse de su decisión, abdicar, en cualquier caso, algo pasa.

 

Cuento popular versión libre de Elias Benzadon

 

 

Debemos asumir el control de nuestra propia vida. Este sentido de responsabilidad nos permite tomar decisiones en lo concerniente a nuestro comportamiento. No siempre podemos controlar la situación, pero en última instancia nos hacemos cargo de nuestro actos.

 

Los acontecimientos en sí mismos son neutros; la forma en que interpretas tus experiencias, las etiquetas que les asignes, determinan tus actos y sentimientos. Empieza a hacerte cargo de tus pensamientos. Puede que no tengas control sobre lo que te sucede, pero estás a cargo de tu forma de responder.

 

El mundo que nos rodea no nos «obliga» a hacer lo que hacemos. Encolerizarte o mantener la calma es fruto de tu decisión, sea ésta consciente o inconsciente. De modo que la angustia que experimentas en tu vida está por completo bajo tu control. En cuanto tomas el mando, propiciar un comportamiento eficaz y creativo resulta tan fácil como hacer lo contrario.

 

Quienquiera que diga «haces que me enoje» ha olvidado que es imposible que un ser humano cree o cause sentimientos en otro ser humano. Creamos nuestros propios sentimientos. En lugar de decir «Me haces esto o aquello», es más exacto decir «Cuando dices o haces esto o aquello, me siento así».

 

No confundas tus propias reacciones con los actos de los demás. Una vez que te hagas responsable de tus propios sentimientos, te sorprenderá y complacerá comprobar hasta qué punto puedes hacer un uso creativo y constructivo de ellos.

 

Arthur Rowshan

 

 

De vez en cuando sal, date un pequeño respiro, porque cuando regreses a tu trabajo tu juicio será más firme. Permanecer constantemente en el trabajo te hará perder capacidad de raciocinio. Distánciate un poco, pues entonces el trabajo aparece más pequeño y abarcas más de un vistazo, y toda falta de armonía o proporción se aprecia enseguida.

 

Leonardo Da Vinci

 

 

Estaba el leñador trabajando en el bosque, cortando un árbol con una sierra.

-¿Qué está haciendo? -le pregunté.

-¿No lo ve? -respondió el leñador con impaciencia. Estoy cortando este árbol.

-¡Se ve exhausto! -exclamé. -¿Cuánto tiempo hace que trabaja?

-Más de cinco horas, y estoy molido. Esto no es sencillo.

-¿Por qué no hace una pausa durante unos minutos y afila la sierra? -le pregunté. Estoy seguro de que cortaría mucho más rápido.

-No tengo tiempo para afilar la sierra, estoy demasiado ocupado aserrando -dijo el leñador enfáticamente.

 

Abelardo Cruz Beauregard 

 

En el Libro de la Cábala se nos sugiere que nuestro propósito aquí es ascender de los niveles más bajos de la vida a los planos más altos, pero con el fin de avanzar hasta el siguiente nivel, debemos caer primero para adquirir y generar la energía necesaria con qué impulsarnos hasta un plano más elevado.

 

Wayne Dyer

 

Una mente inquieta no tiene cabida dentro de un cuerpo relajado.

 

Edmund Jacobson

 

Lo que nos daña mucho más que lo que nos sucede, es nuestro permiso, nuestro consentimiento a lo que nos sucede. Somos responsables de controlar nuestras vidas y de influir poderosamente en nuestras circunstancias trabajando sobre lo que somos.

 

Stephen Covey

 

 

La fuente de la alegría debe brotar en la mente, y quien conozca tan poco la naturaleza humana como para buscar la felicidad en cualquier cosa que no sea su propia disposición, malgastará su vida en esfuerzos infructuosos y multiplicará las aflicciones que se propone suprimir.

 

Samuel Johnson

 

 

Me llevé a los labios una cucharada de té en el que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquél trago con las migas de bollos, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba.

 

Marcel Proust

 

 

Otros estímulos además del alimento pueden producir salivación; es el concepto de respuesta condicionada. Las respuestas condicionadas se dan también ante estímulos similares al estímulo condicionado original. En mis experimentos con perros, les habitué a recibir el alimento cuando se producía un determinado sonido. Con el paso del tiempo, observé que cuando se generaba el sonido, aunque no se les hiciese observar comida, los perros segregaban saliva. En la mente de los animales se había producido una asociación entre un estímulo exterior y una respuesta interior condicionada.

 

Ivan Pavlov

 

 

Nunca debe hacerse frente a la fuerza con la fuerza, sino que más bien hay que fluir con ella. Te sitúas a un lado del golpe, y en esta posición eres capaz de cambiar el curso del ataque haciendo uso de su propia energía.

 

Enseñanza de maestros de Kung Fu

 

 

 

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