LA LLAVE DE NUESTROS SENTIMIENTOS |
Fortunato Benzadon
Yo nunca aprendí a consumir drogas o alcohol. ¿Se debe acaso a que soy una persona tan brillante? No, eso se debe a que fui muy afortunado. Una de las razones por las que nunca bebí alcohol es porque, de niño, había en mi familia un par de personas que actuaban de una forma tan ridícula cuando estaban bebidas, que asocié un extremo dolor al hecho de beber cualquier clase de alcohol.
La cerveza, sin embargo, fue otra historia. Cuando tenía unos once o doce años, no consideraba que la cerveza fuera una bebida alcohólica. Después de todo, mi padre bebía cerveza, y no adoptaba actitudes tan ridículas o nauseabundas. De hecho, parecía mostrarse un poco más alegre cuando bebía unas pocas cervezas. Además, vinculé el placer a beber cerveza porque deseaba ser como mi padre.
El hecho de beber cerveza, ¿me haría ser realmente como mi padre? No, pero con frecuencia creamos asociaciones falsas en nuestros sistemas nerviosos llamadas «neuroasociaciones» en cuanto a qué creará dolor o placer en nuestras vidas.
Un día le pedí a mi madre que me diera una cerveza. Empezó a discutir conmigo, tratando de convencerme de que eso no era bueno para mí. Pero eso no iba a funcionar, porque mi mente ya se había decidido tras observar que el comportamiento de mi padre contradecía lo que ella me decía. No creemos en lo que escuchamos; estamos convencidos de que nuestras percepciones son exactas, y ese día yo estaba plenamente convencido de que beber una cerveza constituía el siguiente paso en mi maduración personal. Finalmente, mimadre se dio cuenta de que, probablemente, iría a beberla a cualquier otra parte si no me proporcionaba una experiencia que no olvidaría jamás. Debió de haber sabido, en algún nivel de su mente, que tenía que cambiar lo que yo había asociado con la cerveza. Así que me dijo:
-Muy bien, ¿quieres beber una cerveza, como hace papá? Entonces, vas a beberla exactamente como tu padre. --¿Y qué significa eso?, -le pregunté.
-Pues que vas a tener que beberte seis botellas enteras, -me contestó.
-Eso no es ningún problema, -repliqué.
-Y vas a tener que bebértelas aquí mismo y ahora, -añadió ella.
Cuando tomé el primer sorbo, me pareció nauseabundo; no se parecía a nada de lo que había esperado. Claro que me cuidé mucho de admitirlo así porque, después de todo, se hallaba en juego mi orgullo. Así que tomé unos cuantos tragos más. Una vez terminada la primera botella, dije:
-Ahora estoy realmente lleno, mamá.
-Oh, nada de eso. Aquí tienes otra, -me dijo ella abriéndola.
Después de la tercera o cuarta botella empecé a sentirme mal del estómago. Estoy seguro de que ya se imaginará lo que sucedió a continuación: lo vomité todo sobre la mesa de la cocina, poniéndome hecho una pena. Fue realmente nauseabundo, y también lo fue el tener que limpiarlo todo. Inmediatamente, vinculé el olor de la cerveza con el vómito y con unas sensaciones horribles. Ya no tuve ninguna asociación intelectual con lo que significa beber cerveza. Ahora había establecido una asociación emocional en mi sistema nervioso, una «neuroasociación» a nivel de mis entrañas, hasta el punto de que eso guiaría claramente mis decisiones futuras. Como consecuencia de ello, jamás he vuelto a probar un trago de cerveza.
Anthony Robbins
Hoy y sólo por hoy voy a afirmar que existo y que vivo. Hoy y sólo por hoy voy a declarar que este será el mejor día de mi vida. Hoy y sólo por hoy voy a decir no cuando perciba que el disfrute se disipa. Y me voy a decir si cuando la serenidad y la paz llamen a la puerta de mi corazón. Hoy y sólo por hoy voy a decir no sé para no abandonar el camino del aprendizaje. Y voy a decir te perdono para aliviar la carga que disminuye mi marcha. Hoy y sólo por hoy voy a decirme te amo porque soy lo único que poseo en esta vida y gracias porque es el estado en el que quiero perdurar. Hoy y sólo por hoy quiero decirte gracias por elegir compartir este momento junto a nosotros.
Claudia Picolla
Nunca se debe aceptar la limitación ni la derrota. Los individuos verdaderamente admirables son aquellos que transforman la adversidad en una victoria personal. Confía más en Dios. Ten fe en que Aquél que te creó, te habrá de mantener.
Paramahansa Yogananda
A veces simplemente criticamos por criticar, aún sin pensar lo que podría resultar de ello. Recordemos que todo aquello que vemos en otro, simplemente se presenta para mostrarnos algo que está en nosotros y no lo podemos ver.
Carlos Fraga
Yo me encuentro a mi mismo cuando más me busco. Me encuentro por sorpresa cuando menos lo espero.
Michel de Montaigne
Hay solo dos maneras de vivir la vida. La primera es vivir como si los milagros no existieran. La segunda es vivirla como si todo fuera un milagro.
Albert Einstein