PAU CASALS: YO ESTOY SIEMPRE RENACIENDO

Pau Casals nació el 29 Diciembre 1876 en El Vendrell, Tarragona, España; su padre era el organista de la iglesia y le inspiró su pasión por la música. Fue uno de los mejores violonchelistas de todos los tiempos. Era un artista completísimo, de férrea disciplina y gran dedicación que destacó además como pianista, director de orquesta, compositor, pedagogo y humanista.

Era reconocido por su activismo en la defensa de la paz, la democracia, la libertad y los derechos humanos que le valieron prestigiosas condecoraciones. Se comprometió en favor de la clase trabajadora con orquestas que fundaba y patrocinaba para los obreros y labradores además de aportaciones para refugiados y exiliados.

En 1926 crea las «Asociaciones obreras de conciertos» para permitir el acceso de la clase trabajadora a la enseñanza de la música y la audición de conciertos. Su cruzada personal era por la dignidad humana, la fraternidad y la paz; pensaba que podemos tener opinión y desaprobar cosas pero que hacía falta actuar.

Era un hombre simple. Era un hombre primero y un artista después. Su primera obligación era para el bienestar del prójimo. Se esforzó por cumplir esta obligación a través de la música ya que esta trasciende el lenguaje, la política y las fronteras nacionales.

Veía la música como una expresión de la armonía de la naturaleza y el ser humano, de los sentimientos. A su manera entendió que la música no es neutral, no es como un elemento natural como el agua, la música debe tomar partido, la música es una fuerza moral y cuando existe el mal, la música debe combatirlo.

Todas las notas son distintas como pequeños seres humanos viviendo libres dentro de la sociedad. Su idea de la música y la sociedad íntimamente ligadas, son conceptos fundamentales cuando enseña a sus alumnos. Sin diversidad, sin democracia, sin libertad, la música no existe.

Por la Guerra Civil en su país, se vio abocado al compromiso político y al hacerlo creó un nuevo personaje: el artista solitario, el violonchelista solitario, iba a recorrer el mundo con un mensaje de compromiso, de paz, de protesta y de cólera. Junto con Mstislav Rostropovich, el otro gran violonchelista del siglo XX, su ideal fue luchar por la libertad, definieron su instrumento como la voz de la libertad. Casals rechazó actuar en países con regímenes dictatoriales.

Ayudó a los refugiados de la Guerra Civil Española que huían a Francia. Llegó a la ciudad francesa de Prades a tiempo de recibir a los españoles perseguidos por el ejército de Franco. Eran unos seiscientos mil, fue la cosa más triste y horrible que haya visto en su vida. Cuando veía cosas tan horribles, tanta miseria y sufrimiento, no podía pensar en música ni en conciertos. Por eso dedicó su tiempo y todo lo que tenía a esta gente. Si había hecho algo bien en su vida, había sido esto.

Contestaba las cartas que recibía y enviaba numerosa ayuda a gente necesitada víctima de la guerra; una parte importante de los pocos ingresos que tenía los seguía donando a los refugiados españoles y a los niños de la guerra.

En los festivales donde participaba, terminaba su participación interpretando la melodía catalana «El Cant Dels Ocells» (El canto de los pájaros) porque para él representaba a Cataluña. La interpretó cientos de veces y cada vez le conmovía más porque le traía toda la tragedia de su país. Casals era la voz de todos los exiliados y este canto se convirtió en una especie de himno catalán y a la vez un himno de todos los refugiados y gracias a la iniciativa de Casals, se ha convertido en un himno mundial de la Paz.

 Conoce a Marta Montañez, una violonchelista de Puerto Rico que fue a estudiar con él a Prades. Casals confesó que había conocido a un ángel, esta era Martita, como la llamaba.

Una joven atractiva de veinte años casándose en 1957 con un hombre de ochenta años, esto cambió la vida de los dos, formaban un matrimonio muy feliz. Conocer a Martita fue una revolución total en su vida, ella se dio cuenta que un hombre como él no podía estar aislado para siempre en un pueblo de Francia.

A los 80 años se establece en Puerto Rico, tierra natal de su mamá y de su esposa, Martita.

Casals sabía que, como personaje conocido, podía tener mucho poder para influenciar a algunos políticos, o sectores de la sociedad para sacar adelante esta idea de la paz. Tocó en las Naciones Unidas en 1958 con una gran repercusión. Se convirtió más que un oponente a Franco, se posicionó contra las armas nucleares y expresó su preocupación además de reivindicar su causa a favor de la paz mundial y en contra de las armas nucleares; se convirtió en un defensor global de la paz.

En este contexto dijo que el himno de la alegría de la Novena Sinfonía de Beethoven se había convertido en un símbolo de amor y proponía que todas las ciudades, con orquesta y coro, deberían tocarla como un canto a la paz que tanto anhelamos.

Casals supo comprender con mucha clarividencia que el mundo corre un mayor peligro de parte de los que toleran el mal o lo alientan, que de los mismos que lo cometen

Habiendo alcanzado una edad muy avanzada, decía que retirarse era comenzar a morirse. Pensaba que la persona que trabaja y nunca se aburre nunca es vieja ya que el trabajo y el interés en cosas que valen la pena son el mejor remedio para la edad. Solía pensar que con ochenta años era muy viejo; cuando alcanzó la edad de ove años no creía más en esto ya que mientras se es capaz de admirar y amar, se es joven.

Casals sabía que si Franco moría podía volver a España y tal vez por eso vivió tantos años, por esta esperanza, la fuerza de poder volver a su país. Falleció el 22 Octubre 1973, a los noventa y seis años, en el exilio en Puerto Rico, dos años de la muerte del dictador Franco. En 1979, una vez aprobada la Constitución, su cuerpo regresó a su pueblo natal, El Vendrell.

Recopilado por Elias Benzadon.

 

Yo estoy siempre renaciendo. Cada nueva mañana es el momento de recomenzar a vivir. Hace ochenta años que comienzo el día de la misma manera, y eso no significa una rutina mecánica, sino algo esencial para mi felicidad. Me despierto, me siento al piano, toco dos preludios y una fuga de Bach. Estas piezas son como una bendición en mi casa. Pero también es una manera de retomar el contacto con el misterio de la vida, con el milagro de ser parte de la raza humana. Incluso haciendo esto desde hace ochenta años, la música que toco nunca es la misma; siempre me enseña algo nuevo, fantástico, increíble.

La tierra se vuelve cielo cuando liberas tu miedo. Lo principal en la vida es no tener miedo de ser humano.

Si la situación no tiene remedio, debemos dar el siguiente paso.

El corazón de la melodía no se puede poner en un papel.

No se puede separar la música de la vida.

Cada persona tiene una decencia y bondad básicas. Si las escucha y actúa sobre ellas, está dando mucho de lo que el mundo más necesita. No es complicado, pero requiere coraje. Se necesita coraje para que una persona escuche su propia bondad y actúe en consecuencia.

Para todo el mundo, podrías ser sólo una persona, pero para una persona podrías se el mundo entero.

No tengo pasatiempos, tengo pasiones.

Cada segundo que vivimos es un momento nuevo y único del Universo, un momento que jamás volverá.

La música es el camino de decir cosas bellas y poéticas al corazón.

¿Nos atrevemos a ser nosotros mismos? Esa es la pregunta que cuenta.

No seas vanidoso porque tienes talento. Tú no eres responsable de eso; lo que haces con tu talento es lo que importa.

La comprensión real no proviene de lo que aprendemos en los libros; proviene de lo que aprendemos del amor a la naturaleza, a la música, al hombre. Porque sólo lo que se aprende de esa manera se comprende realmente.

Lo primero que debes hacer en la vida es hacer con fortaleza lo que tienes que hacer.

El mayor respeto que un artista puede pagarle a la música es darle vida.

Lo primordial: el hombre tiene que tener libertad. Por eso no puedo concebir un país con una dictadura. Estoy seguro de que pienso del mismo modo que el hombre de la calle, un hombre sencillo, como yo, yo soy un hombre sencillo. No me gustan las complicaciones. Lo mismo en la música. Me gusta lo que es natural.

Tenemos que pensar que somos una hoja de un árbol, y el árbol es toda la humanidad. No podemos vivir siendo una sola hoja, sin los demás. Sólo somos una hoja. Tenemos que pensar en el conjunto.

No toquéis notas sino lo que significan las notas.

Me gusta la fantasía, pero fantasía con orden, fantasía con amor. Hablamos de democracia, libertad y paz. No se puede hacer todo lo que uno quiere. Con la música ocurre lo mismo.

Lo que es injusto es malo. Tenemos que reaccionar. Todo el tiempo. Aceptar o rechazar, pero actuar, no sólo vivir. No es suficiente. Tenemos que tomar partido por lo que es bueno, y hacer todo lo que podamos. Hablar, escribir, es nuestro deber, el deber de cada uno. Vivir no es suficiente, debemos participar.

Hoy olvidamos los millones de vidas que se han perdido en estas guerras, pensamos en otras cosas que se refieran a nuestras necesidades físicas, a diversiones y es por esto que yo pienso que el mundo ha bajado mucho en este sentido.

No deseo a nadie una muerte mala, ni siquiera al hombre que ha hecho las peores cosas del mundo. El amor es para todos, incluso para Franco. Ha matado a miles de personas, pero no me gustaría que Franco fuese asesinado, porque es una monstruosidad. La Naturaleza ha hecho a Franco como a ti o a mí. Matar es tan feo, tan cobarde. Deja que Franco se vaya, que se encargue la Naturaleza. Hace 35 años que estoy fuera de mi país y estoy muy triste por este hecho sobre todo por mi edad. No creo que vuelva a ver mi país nunca más.

Pau Casals

 

Página Principal   Personajes inspiradores