MI VIDA FUE UNA FIESTA

 

 

No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. No hay muerte, hay mudanza.

Que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida.

Para tener una visión equilibrada del universo, debemos escuchar todas las voces y a nuestra intuición, donde todos somos sabios. Sabiduría es comprender, y justicia es armonizar diferencias.

No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que puebla. Distraído de la vida que te rodea.

Cuando un pueblo trabaja, Dios lo respeta. Pero cuando un pueblo canta, Dios lo ama.

Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo. Es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.

Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor.

De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido. Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.

Borra el pasado para no repetirlo, para no tratarte como te trataron ellos; pero no los culpes, porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.

Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces será siempre nuevo.

Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante. Cuida el presente, porque en él vivirás el resto de tu vida.

¡No digas no puedo, ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes!

Perdona a todos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica agotadora y vana tarea, que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta.

Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.

El bien y el mal viven dentro tuyo, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse.

De la cuna a la tumba es una escuela. Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.

No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas, ya son ganancia.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente.

Decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo.

Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.

Quizá el mayor desafío del ser humano, en los albores del tercer milenio, sea constatar que no estamos solos, que compartimos el universo. Nos encontramos en la más preciosa aventura jamás vivida: la suerte inmensa de reunirnos, festejar, reír y materializar, desde nuestra individualidad, un universo de colaboración entre sus seres, quienes, gobernados desde nuestro universo interior, vivimos el sueño de ser amor universal.

Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?

Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho. Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.

Si amas al dinero, a lo sumo llegarás a un banco; pero si amas a la vida, seguramente llegarás a Dios.

Pregunté a un viejo Tarahumara por qué no usaban armas para defenderse de los cuatreros, y me dijo: «Si las armas fueran necesarias, habríamos nacido con ellas».

Yo sigo siendo tan inocente que me sigue alumbrando la bendita esperanza de que un día, los poetas gobernarán el mundo.

Escapa de los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen, para agradar a gente que no vale la pena.

Si los malos supieran lo buen negocio que es ser bueno, serían buenos, aunque sólo fuera por negocio.

El que no está dispuesto a perderlo todo, no está preparado para ganar nada.

Dios te quiere feliz y para ser feliz hay que hacer lo que uno ama; porque el amor te acerca a todo, porque el amor es valiente; es la antítesis del miedo, que es el peor dictador.

La sociedad está tan mal por las fechorías de los malos, como por el silencio cómplice de los buenos.

Bienaventurado el que no cambia el sueño de su vida por el pan de cada día. Bienaventurado el que sabe que compartir un dolor es dividirlo y compartir una alegría es multiplicarla.

Olvidar cosas malas, también es tener buena memoria. El olvido es una gentileza de Dios.

Siempre, con lo que tengas, se puede, se debe empezar de nuevo. Tenemos el deber de ser felices.

Para vivir mejor, hay que ser mejor. Nadie puede hacerlo por ti.

Si esta es la última vez que subo al escenario, pinten el cajón de rojo y celebren, porque mi vida fue una fiesta.

Facundo Cabral (1937-2011)

 

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