LO QUE NO ES PARTE DE NOSOTROS

 

 

 

 

 

 

El reputado Dr. Jekyll no podía soportar su vida de persona intachable, por lo que necesitaba transformarse en el abyecto Mr. Hyde para dar rienda suelta a su sensación de libertad y trasgresión.

 

Sin embargo, las fechorías de Mr. Hyde comenzaron a ocasionarle serios problemas, por lo que muy a pesar suyo decidió renunciar el desdoblamiento de su personalidad.

 

 Esta decisión provocó el final del Dr. Jekyll, puesto que el malvado Mr. Hyde le ofrecía algo de enorme valor, como la libertad, la juventud, el paso ligero y los placeres prohibidos.

 

Al reprimir a Mr. Hyde, este se revolvió con gran virulencia, lo que supuso la muerte de ambos.

 

Robert Louis Stevenson

 

 

Deje que su mente piense en aquellas personas que forman parte de su vida y que, por alguna razón, le sacan de quicio y le resultan ofensivas. Serán unos momentos desagradables, pero al final le pueden resultar muy valiosos.

 

Intente entrar en contacto con su sombra para poseerla y ver cómo su proyección ha influido, y quizá envenenado, diversas relaciones en su vida. Es mucho más difícil de lo que parece, no simplemente porque todos empleamos enormes cantidades de energía mental intentando enterrar nuestros lados oscuros, sino porque estamos dispuestos a revolvernos como gatos panza arriba antes que aceptar que aquellas mismas características que despreciamos en otras personas también están presentes en nosotros.

 

No nos referimos a algo moralmente condenable sino a una aversión personal. No se trata de principios abstractos sino de antagonismos sumamente personales.

 

A muchas personas les atraen y repelen a la vez aquellas características personales que les resultan más despreciables.

 

María siente tal necesidad de que el mundo la apruebe que es incapaz de expresar su ira y su necesidad de control, presentándose siempre como una persona absolutamente «amable», encantadora, complaciente, agradable y amistosa. María puede escoger como pareja a Fernando, que expresa su ira y su determinación de ejercer un fuerte control. Él es una especie de válvula de escape indirecta de sus emociones y ella lo pudo haber escogido debido a su voluntad de expresar esas cosas.

 

Pero María se siente mortificada y horrorizada por la «censurable» conducta de su pareja. Ella, como parte «buena» de la pareja, ha ocultado por completo todo lo que de sombra hay en ella y vive en un constante estado de agitación e infelicidad por lo que considera defectos de su pareja.

 

Si tiene un hijo cuya personalidad le cause una especial dificultad, puede ser que su sombra se manifieste en él. Tal vez tenga un amigo cuya conducta le fascina y le irrita a la vez. Podemos buscar a reconocer claramente aquellos rasgos de otra persona que más nos molestan, y la forma en que tales rasgos pueden ser un reflejo de nuestro propio lado oscuro oculto. Tal vez esas personas se permiten sentir y expresar aquello que usted desearía y a la vez desaprobaría en usted mismo.

 

Lo despreciable para unos puede ser deseable para otros. Características que usted desaprueba pasan desapercibidas para otras personas cuyo conjunto de aversiones es distinto, y pueden disfrutar de ellas y respetarlas puesto que esas características que a usted le pueden horrorizar no son necesariamente malas en sí mismas; simplemente son incompatibles con la forma en la que usted ha decidido estar en el mundo y con su sistema de valores.

 

Muchas de las cosas a las que usted siente aversión pueden ser simplemente el resultado de su bagaje cultural específico y de lo que le han inculcado.

 

Enfrentarse a su sombra exige que reconozca sus características más profundamente ocultas, vergonzosas o turbadoras. Al admitir que usted posee esas cualidades, su propio sentido común le forzará a abandonar alguno de los duros juicios que haya podido emitir sobre otras personas que las exhiben abiertamente y, con ello, a abandonar su propio sentimiento de superioridad moral.

 

Cuando se haya enfrentado a su lado oscuro y a la sacudida al ego que ello conlleva, poseerá un conocimiento fundamental sobre usted mismo que podrá utilizar para liberar algunos aspectos importantes de su personalidad que hasta ahora había negado, quizá durante toda su vida adulta.

 

Preste mucha atención a aquellas cualidades que tanto admira en los demás, pero de las que cree carecer. El hecho mismo de admirarlas indica sin lugar a dudas que usted también posee esas cualidades, aunque ahora permanezcan ocultas en su sombra.

 

Allison Price

 

 

Los antiguos maestros acostumbraban a crear «personajes» para ayudar a sus discípulos a lidiar con el lado más sombrío de la personalidad. Muchas de las historias relacionadas con la creación de personajes se transformaron en famosos cuentos de hadas. El proceso es simple: basta con traspasar tus angustias, miedos, decepciones, a un ser invisible que está a tu lado izquierdo. Él funciona como el «villano» de tu vida, sugiriéndote siempre actitudes que no te gustaría adoptar, pero que terminas adoptando. Una vez creado tal personaje, es más fácil no obedecer sus consejos.

 

Paulo Coelho

 

 

Detrás de la máscara y la pulcritud del ropaje, detrás del oficio, del status o del rol. De ser amo o esclavo, oigo tu latido, tu resuello de pequeño animal salvaje, deseante y pensativo, indómito y siervo, todo contradicción. Estás aquí con tus ojos indescifrables que lava la lluvia. Sólo sabes de amor y dolor, de anhelo,

de vivir y morir al mismo tiempo, en cada sentido, en cada palmo de piel, en cada poro. Sólo sabes de la saliva y la sangre, siendo fuego. Estás aquí, lado oscuro, sombra, entraña, sin peso ni tiempo, como estuvo el primer hombre, fiel a la fragua de lo vivo, a la alquimia del mago, a la luz, la lágrima, a la risa o el sueño.

 

Juan Bautista Morán

 

 

La sombra existe en cada uno de nosotros, es el conjunto de ciertas características determinadas que poseemos pero que ocultamos al mundo y, lo que es aún más peligroso, nos ocultamos a nosotros mismos. La sombra es ese lugar oscuro del alma que da cuerpo a nuestra personalidad. Donde hay amor, no existe el deseo de poder y donde predomina el poder, el amor brilla por su ausencia. Uno es la sombra del otro. Comprendemos a otra persona de la misma manera que nos comprendemos, o intentamos comprendernos, a nosotros mismos. Lo que no entendemos en nosotros tampoco lo entendemos en la otra persona. Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino.

 

Carl Jung

 

 

 

A veces tenemos reacciones desproporcionadas, nos sentimos furiosos por cosas de poca monta, tonterías que no van a ninguna parte, perdemos la compostura en circunstancias específicas hasta que aflora en nosotros una personalidad insolente y grosera y luego nos avergonzamos profundamente. Algo nos pasó ya que nos sentimos poseídos por una fuerza que escapa a nuestro control. Cuando reprimimos algún rasgo que forma parte de nosotros –como la soberbia, lujuria, pereza, crueldad, ira, chismorreo, avaricia, presunción- y tratamos de esconderlo de vista de los demás, algo en nuestro interior se rebela y en el momento más inoportuno hará acto de presencia. Ese rasgo propio que no queremos ver crecerá a la sombra, sin amor ni comprensión. Entonces la parte rechazada forcejeará con nosotros para intentar expresarse. Tras mucho caminar por la vida, nos hemos dado cuenta de que la sombra siempre nos acompaña por lo que resulta inútil nuestro esfuerzo por aniquilarla y es preferible unirse a ella porque de esa manera el enemigo se transforma en aliado. Llega el momento de investigar qué se esconde en los rincones de nuestra alma, eso que tanto miedo nos da. Es como si tuviéramos un cuarto oscuro en el que hemos ido arrinconando todos aquellos aspectos inaceptables de nosotros. Con los años, hemos arrojado tantos matices de nuestra personalidad que ya ni nos acordamos de que en algún momento fuimos dueños de un carácter sincero y espontáneo. Eso que odiamos en nosotros mismos y que hemos encerrado bajo llave, no desaparece, y con el tiempo va fermentando. No podemos ocultar ante los ojos de los demás lo que tratamos de ocultarnos a nosotros mismos. Al final, la sombra acaba manifestándose, y el precio que pagamos por su actuación puede ser muy elevado. En vista de ello, lo mejor para nosotros será abrir el temido trastero, nos cueste lo que nos cueste. Cuando no reconocemos ni aceptamos a la sombra, proyectamos nuestra maldad en otras personas. De esta forma serán ellos los envidiosos, los tacaños, los holgazanes, los dependientes, los presuntuosos, los inestables. Afrontar a la sombra resulta, al principio, un asunto turbio, pero con el tiempo las aguas se van aclarando y conseguimos observar el fondo de nuestra personalidad. Es en las tinieblas del alma, donde podemos llevar a cabo el proceso alquímico de nuestra transformación, y donde también se ocultan nuestros mejores tesoros, esas piezas que echábamos en falta para obtener una vida más auténtica, plena y creativa. Si no aceptamos a nuestra sombra, ésta tratará de expresarse con nocturnidad y alevosía. Se desata una lucha interna que mantiene el ser humano, ese conflicto que se nos genera cuando somos incapaces de integrar nuestras inclinaciones contrarias, el bien y el mal. En tales circunstancias libramos una encarnizada batalla en la que cada parte tironea de nosotros hasta conseguir despedazarnos. Necesitamos conocernos y saber qué guardamos en nuestro cuarto oscuro para así poder entender a los demás. La única manera de conseguir una vida armoniosa es caminar pacíficamente acompañados de nuestra sombra peculiar.

 

Nereida Cuenca

 

 

 

¡Si todo fuera tan sencillo! Si en algún lugar existieran personas acechando para perpetrar iniquidades bastaría con separarlos del resto de nosotros y destruirlos. Pero la línea que divide el bien del mal pasa por el centro mismo del corazón de todo ser humano. ¿Y quien está dispuesto a destruir un solo fragmento de su propio corazón.

 

Alexander Soljenitsin

 

 

No hay nada que produzca tanto terror como enfrentarse a las tinieblas interiores, a nuestra sombra interna.

Haremos cualquier cosa para evitar tener que mirar en los recodos oscuros de nuestra alma. La oscuridad contiene muchas cosas a las que el ser humano no puede enfrentarse. Existe el mal, por supuesto, todos estamos familiarizados con eso, pero también hay muchas cosas que no son ni buenas ni malas, simplemente están más allá de nuestra capacidad de comprensión. Lo portentoso, lo mágico y todas nuestras futuras posibilidades están escondidas en esa oscuridad, y con demasiada frecuencia, con nuestras cortas miras, las confundimos con el mal. No existe ningún cambio que no empiece en las tinieblas del alma.

 

Robin Robertson

 

Recuerde que todo pensamiento desagradable que tenga hacia otra persona es algo que está pensando de usted mismo. Cada intento de venganza o de herir a otro es un ataque contra uno mismo.

Wayne Dyer

 

 

El mal de nuestro tiempo consiste en la pérdida de la conciencia del mal.

 

Jiddu Krishnamurti

 

 

Porque el bien que quisiera hacer no lo hago pero el mal que no quisiera hacer lo hago.

 

San Pablo

 

 

Todo lo que reprimimos nos debilita hasta el momento en que descubrimos que también constituía una parte de nosotros mismos.

 

Robert Frost

 

 

Más se ve la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

 

Refrán popular

 

 

Si en una situación dada usted sólo puede ver lo que todo el mundo ve, se puede decir que usted es un buen exponente de su cultura, y también que es una víctima de ella.

 

Samuel Ichiye Hayakawa

 

 

La mayoría de los hombres son subjetivos respecto a sí mismos y objetivos respecto a los demás, terriblemente objetivos a veces. Aunque, en realidad, lo esencial es ser objetivo respecto a uno mismo y subjetivo respecto a todo lo demás.

 

Soren Kierkegaard

 

 

 

Al investigar sobre los motivos profundos de nuestros enfados, llegamos a comprender algo muy importante. Nos enojamos a diario por multitud de cosas que en realidad no nos afectan directamente. Algo tendrán para que nuestra rabia se agite de ese modo, para que surjan nuestros comentarios irónicos o estalle nuestra furia, algo que seguramente no tiene mucho que ver con los hechos en sí mismos. Algo tendrán que roza nuestra zonas sensibles, esos lugares que solemos mantener ocultos ante nosotros mismos y ante los demás. Cuando nos vemos confrontados con estas zonas, sin que exista ninguna escapatoria, nuestros subconsciente reacciona con pánico. Tu irritación decrecerá cada vez que reconozcas alguno de tus puntos sensibles, aceptándolo como algo que debe ser protegido. La ira es una reacción de emergencia.

 

Walter Lübeck

 

 

El bien y el mal, la recompensa y el castigo, son las únicas motivaciones de una criatura racional; ésas son las espuelas y las riendas por las que toda la humanidad se pone a trabajar y se guía.

 

John Locke

 

 

A veces, sin darnos cuenta, buscamos a otras personas que tengan los mismos rasgos que nos desagradan en nosotros y entonces las criticamos y las subestimamos.

 

Gerald Jampolsky

 

 

Hemos encontrado al enemigo, somos nosotros mismos.

 

Walt Kelly «Pogo»

 

 

Cuando un individuo intenta ver su sombra se da cuenta, y también suele avergonzarse, de descubrir cualidades e impulsos que niega en sí mismo, pero que ve con mucha claridad en los demás, como el egoísmo, la pereza mental, la indolencia, las fantasías, la negligencia y la cobardía, la avidez exagerada por el dinero. Cuando nos enfadamos desproporcionadamente por el reproche de un amigo podemos estar completamente seguros de que tras nuestro enfado se oculta una parte de nuestra sombra de la que no somos conscientes. Obviamente es natural sentirse molesto cuando alguien «que no es particularmente mejor que nosotros» nos critique por los errores cometidos por nuestra sombra.

 

Marie-Louise Von Franz

 

 

Nuestras buenas y nuestras malas acciones nos siguen como una sombra.

 

Buda

 

 

Si odias a una persona, odias algo en ella que es parte de ti. Lo que no es parte de nosotros, no nos causa enojo.

 

Hermann Hesse

 

 

 

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