HAY UNA ENERGÍA DISPONIBLE EN EL COSMOS

 

 

Ninguna relación, incluso si acaba en un corazón roto, es un error. Cada relación sirve al profundo propósito de acercarte más a tu verdadera alma gemela, siempre y cuando aproveches la oportunidad de transformar tu naturaleza al aprender de tus errores.

Hay una razón para todo y debemos entender que, cualquier cosa que nos ocurra en un momento determinado, es lo mejor que pudo haber ocurrido en ese momento. Dios sólo hace el bien. A pesar de que las razones no están claras para nosotros en el momento, los eventos de nuestra vida ocurren sólo porque los necesitamos para ayudarnos a avanzar en el camino.

Es importante desarrollar la habilidad de escuchar, y leer entre líneas, ya que el Creador nos habla a través de todas las personas. Las palabras que las personas nos dicen son la forma que tiene el Creador de pintar el cuadro de lo que necesitamos hacer en este momento, y en este tiempo de vida. Nunca subestimes lo que cualquier persona te diga.

El corazón no puede contener temor y amor al mismo tiempo. Cuando nuestros corazones contienen temor, no podemos amar. El temor es preocuparnos de que no obtengamos aquello que necesitamos. El amor es compartir con la otra persona. Cuando caminamos con amor en nuestro corazón, vivimos con amor, entonces estamos en afinidad con el Creador y no hay necesidad de temor. El amor es la energía más fuerte de todas.

Dios nos ama todo el tiempo, sin importar que hayamos sido «malos» o «buenos». El Creador nos ve en nuestros peores momentos, y sin embargo infunde vida dentro de nosotros cada mañana. ¿Por qué es tan difícil para nosotros perdonar a otros?

Nuestro mundo fue creado para que pudiéramos ser la causa y no el efecto. El propósito de esta existencia es proveer un laboratorio en el cual pudiéramos merecer nuestra alegría y realización. Así que mientras soñemos despiertos en ganar la lotería y en la partida de un tío millonario, te advierto que recibir sin merecer simplemente no funciona. Es por ello que lo que no ganamos, no nos satisface.

La crítica es la manera que tiene el Creador de decirnos dónde necesitamos enfocarnos para cambiar. La mayoría de nosotros estamos muy aterrados de asumir lo anterior. Seguro, la alabanza tiene su espacio, pero son esos momentos en los que alguien nos dice que no somos nada los que realmente nos motivan para volvernos algo. El truco es aprender a reenfocar el dolor, verlo como una oportunidad para crecer, para volvernos alguien mejor.

El lema de hoy es: No te tomes las situaciones o personas desafiantes de forma personal. Velas como oportunidades para no reaccionar. Si realmente quieres cambiar y convertirte en una versión mejorada de ti mismo, entonces presta atención a cómo respondes a los momentos difíciles. La gente o las circunstancias no son la prueba; sino el no reaccionar. El día de hoy, en lugar de culpar a los demás o a ti mismo, enfócate en los aspectos positivos y sabe que esta elección proactiva te ayudará a subir un peldaño más en la escalera hacia tu próximo nivel.

A veces la acción más proactiva que podemos llevar a cabo en un conflicto es alejarnos. Todos tenemos esas situaciones con personas en las que las cosas se calientan, y la otra persona llega a su límite, o está a punto de hacerlo. Puede ser muy destructivo alimentar este fuego. Muchas veces es útil tomar algo de espacio, dejar que la persona se «enfríe», y regresar de nuevo una vez que se haya obtenido otra perspectiva. Sin embargo, sé claro en lo siguiente: la espiritualidad es compromiso. Aunque nos hayamos alejado, no queremos dejar a la persona fuera de nuestras mentes, ni de nuestros corazones. Aunque la otra persona puede tener problemas en los que necesite trabajar, si está en nuestra película, entonces hay una razón y una oportunidad para hacer una corrección.

La negatividad nos abatirá si nos quedamos en ella mucho tiempo. Pienso que muchos de nosotros no respetan lo suficiente esta verdad espiritual. No captamos completamente que estar cerca de personas destructivas nos afectará, se filtrará dentro de nosotros y terminará por derribarnos. Es por ello que escoger nuestro medio ambiente es tan importante. En realidad, el único libre albedrío que tenemos es escoger nuestro medio ambiente, porque una vez que estamos en él, determina cómo crecemos.

La certeza sin acción no es suficiente. Vinimos a este mundo a ser los creadores de nuestro propio destino. Así pues, hacer el esfuerzo es nuestro trabajo. Nunca estamos solos en nuestra tarea, pero nuestro trabajo consiste en activar el proceso con nuestras acciones. Tomémonos el tiempo hacer el trabajo necesario para empezar a manifestar la Luz. Enfocarnos únicamente en la voluntad física nunca nos traerá felicidad duradera, ni tampoco apoyarnos exclusivamente en la espiritual. Necesitamos las dos para experimentar satisfacción al 100%.

Ser libre no es fácil. Incluso los israelitas, mientras vagaban en el desierto, anhelaban sus vidas de esclavitud en Egipto. ¿Por qué querría alguien regresar a la esclavitud? La respuesta se encuentra en los desafíos que acompañan la libertad. Cuando los israelitas estaban en Egipto, no tenían decisiones que tomar, no tenían responsabilidades que cumplir. Cuídate de la tentación de quedarte en situaciones poco satisfactorias simplemente para evitar el doloroso proceso de comprenderte a ti mismo y cambiar.

Todos y cada uno de nosotros tiene una tarea específica en este mundo. Si cumplimos con esta tarea, revelaremos la máxima cantidad de Luz para nosotros y el mundo. El destino de todos no es ser un erudito o un guía espiritual. Cada persona tiene que encontrar su lugar, su pieza única del rompecabezas, donde haga y dé lo más que pueda. Con frecuencia, eso ocurre de las formas más ordinarias y en los lugares más ordinarios. Siempre vemos lo que no estamos haciendo. En lugar de ello, analicemos cómo podemos hacer más bien en lo que ya estamos haciendo.

La mayoría de nosotros fuimos suficientemente afortunados para ser bendecidos con la capacidad de oír, pero ¿cuánto escuchamos realmente? Te sorprendería la frecuencia con la que recibimos soluciones a nuestros problemas, pero estamos tan ocupados hablando que no podemos detenernos a escucharlas. ¿Cuán a menudo nos encontramos pensando más en lo que vamos a decir que en escuchar lo que otra persona nos está diciendo? Generalmente, las palabras entran por un oído y salen por el otro. La importancia de escuchar a los demás es algo que siempre han comprendido las personas de alto nivel espiritual. Indiferentemente que la gente está en lo correcto o no, tenemos la responsabilidad de escucharlos. Si no cumplimos con esta responsabilidad, ¿cómo podemos esperar que los demás nos escuchen? Si queremos alcanzar un nivel donde seamos escuchados, entonces enfoquémonos en escuchar cuidadosamente a los demás. Busca maneras de ser un mejor oyente. Aprende a escuchar y no sólo a hablar. Cuando abrimos nuestros oídos, abrimos nuestros corazones para verdaderamente relacionarnos con los demás.

La apertura del Mar Rojo es uno de los eventos más conocidos de la historia. Justo antes de que el ejército egipcio alcanzara a los israelitas, estos clamaron a Dios por ayuda y la respuesta fue que se arrojaran al agua. Lo hicieron, el Mar Rojo se abrió y los israelitas corrieron hacia la libertad. ¡Qué milagro! Se requería que los israelitas demostrasen certeza total en sus capacidades semejantes a las de Dios al caminar hacia el mar con completa convicción en un resultado positivo. Naturalmente, cuando se pararon por primera vez a las orillas del mar, viendo al Faraón que se acercaba velozmente, se paralizaron por el temor y las dudas. ¿Pero sabes algo? Ni una sola molécula de agua se movió hasta que los israelitas superaron sus dudas y caminaron hacia el agua con total certeza. Ni una gota se movió hasta que quedaron con el agua al cuello. En ese momento, cuando el agua alcanzó sus narices mientras mantenían completa certeza, el mar se abrió revelándoles el camino hacia la libertad. ¿Cuál es la lección? Para tomar control de las leyes de la Madre Naturaleza, tenemos que tomar el control sobre nuestras dudas, caminar hacia delante a pesar de ellas.

Irradiamos un tipo de energía diferente cuando estamos con el ceño fruncido y pesimistas, en oposición a cuando estamos sonrientes y felices. Sonreír es un anuncio que dice «Entre», mientras que fruncir el ceño dice «No molestar». A muchos de nosotros nos cuesta sonreír porque estamos consumidos por aquello que nos falta en la vida. Piensa cuán radiantes serían nuestras vidas si pasáramos más tiempo obsesionados con la gratitud en lugar de la carencia.

¿Cuál es la raíz de las oportunidades perdidas? Simplemente la falta de paciencia. Porque, después de todo, ¿qué es la paciencia? Tan sólo el conocimiento inamovible, la certeza de que ocurrirá lo que sea mejor para nosotros. La paciencia nos permite ahuyentar todas las dudas y mantenernos en el camino durante los momentos difíciles, en lugar de buscar o crear sustitutos mediocres de la realización.

Comenzamos la vida como turistas, pero a menudo nos volvemos espías. Los turistas vienen a ver lo bueno, a disfrutar el viaje, a observar todo lo que este lugar tiene para ofrecer. Los turistas están animados, son entusiastas y están felices por visitar. Los espías buscan problemas, siempre se enfocan en lo que está mal, olfatean lo negativo y lo débil. Si quieres ser feliz, entonces aprende a vivir la vida con la conciencia de un turista.

Vinimos a este mundo a crear cambios y transformaciones positivas en nuestro interior, y en el mundo a nuestro alrededor. Los cambios positivos siempre encuentran resistencia, conflicto y obstáculos. Debemos abrazar las dificultades y las situaciones calientes en la vida ya que ése es el método para encender nuestras reacciones para transformarlas.

El rechazo nos lleva a lo desconocido, lo que la mayoría de las personas define como malo. Pero las personas exitosas se condicionan a ellos mismos para reconocer que en el rechazo es donde se encuentran las cosas buenas. No tienen miedo de encontrar otra puerta. ¿Qué tal si cada vez que enfrentamos el rechazo, pensamos en ello como una oportunidad para nosotros de abrir una puerta hacia un lugar mejor, en vez de darle tanto poder, tiempo y energía a ese rechazo? Cuando cambiamos nuestro sistema mental de esta forma, abrimos la puerta con entusiasmo porque nuestro siguiente nivel está, de hecho, esperando por nosotros.

Tristemente, sólo cuando las personas salen de nuestra vida es que las vemos por quienes realmente eran y lo que tenían para ofrecernos. Esto no sólo es cierto para las personas, sino para muchas otras cosas. ¿Cuántos de nosotros no rezamos por salud sólo cuando ésta se ve en juego, o por sustento económico cuando nuestras cuentas bancarias están bajas? Con mucha frecuencia, sucede que comenzamos a apreciar lo que tenemos sólo cuando comenzamos a perderlo. La apreciación puede ser una herramienta poderosa para conservar nuestras bendiciones y una conexión fuerte con la Luz. Cuando apreciamos, podemos experimentar la bendición. Cuanto más agradecidos seamos por algo, más potencial tenemos de sentirnos plenos a través de ello. La apreciación verdadera y profunda es la realización. Deberíamos buscar despertar nuestra apreciación por el aire que respiramos, por estar aquí para vivir, amar y aprender un día más. Es más fácil enfocarnos en lo que no tenemos en nuestra vida en lugar de estar agradecidos por todas las bendiciones que tenemos. Hay una energía disponible en el cosmos que nos permitirá ir en contra de nuestra naturaleza y escoger ver las bendiciones, para así permanecer conectados con todo lo que es bueno en nuestra vida.

La restricción determina cuánta Luz recibimos en nuestra vida. Mientras más resistas tu comportamiento reactivo, más felicidad y placer irradiará en tu vida.

Cada día, nos ponemos una fachada para poder evitar sentir dolor o vacío, y el trabajo del ego es decirnos que nuestras máscaras nos funcionan. Tal vez seamos alguien que dice muchos chistes para evitar conversaciones serias, o tal vez nuestro disfraz sea actuar sin vernos afectados, fingir que no nos importa la opinión de la gente cuando, en realidad, cada vestigio de crítica es un golpe fulminante. Sin importar cuál sea nuestra fachada, siempre oculta lo mismo: la verdad. Si ocultamos nuestros miedos, inseguridades, pensamientos e intenciones no tan agradables, no podremos enfrentarlos y superarlos. Cuando somos honestos respecto a nuestras características que no nos agradan, dejamos de ser limitados o bloqueados por éstas. Dedica tiempo para hacerte dos preguntas de vital importancia: «¿Qué intento ocultar?» y «¿Qué máscara uso? Nuestra máscara es lo que nos separa de la Luz. ¡Cuanto más rompamos la fachada, más espacio hacemos para la Luz! Imagina un día sin necesidad de usar nuestras máscaras. Sin miedos o personalidades falsas. ¡Sin reprimirnos ni necesitar la aprobación de nadie! La verdad puede liberarte.

Yehuda Berg, cabalista

 

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