HAY UN CAMINO ABIERTO PARA CADA HOMBRE

 

 

-Las manos son los ojos y la lengua del tacto. A través de ellas, el hombre puede ver y alcanzar los sentimientos de otros.

-¿No es muy triste que las manos del hombre puedan golpear, lo mismo que acariciar?

-El dolor y el placer son como dos campanas, una junto a la otra. El tañido de una, repercute en la otra.

-¿Dolor y placer son tan parecidos?

-¿Son parecidos los ojos y la lengua? Vemos a la mariposa y a una horrible herida. Y la misma lengua que grita, también ríe.

 

-En las charcas hay algunos lotos los cuales crecen arriba del agua. Sus raíces se alimentan, aunque la flor no toque el agua. Algunas otras han crecido sólo hasta el nivel del agua. Y otras aún están debajo del agua.

-¿Debo ser diferente en mi trato según su altura?

-Examina la flor, ¿no es esta flor, en cualquier posición, una flor de todos modos?

-¿Debo tratar a todos por igual?

-Mientras te sea posible, sin humillarte, debes ser amable siempre.

-Pero las flores que están bajo el agua no conocen el sol. Los hombres que no me conozcan, no podrán comprender mi modo de ser.

-Admite sus costumbres. Pero respeta, primero, las tuyas propias.

 

-En mi vida he encontrado tres tesoros muy valiosos. El primero, la misericordia, porque con ella viene el valor. El segundo es la frugalidad, te hace ser generoso con los demás. El tercero es la humildad. A través de ella obtendrás el don de mando.

-Qué extraños tesoros. Aunque ¿Cómo deberé conservarlos? ¿En la memoria?

-No en la memoria, debes usarlos en tus actos.

 

Un buen soldado no es violento. Un luchador no debe estar enojado. Y quien sabe ganar no es vengativo.

 

 

-¿Cómo escoger una vereda pacífica si en el mundo no hay paz?

-La paz no está en el mundo sino en el hombre que escoge el camino.

-Quizá encuentre hombres que no quieren la paz.

-Entonces toma otro camino.

-¿Y si, de todos modos, hallo a los que aman la violencia y no la paz?

-Para lograr la perfección, el hombre debe tener compasión y sabiduría.

-¿Cómo puedo evitar pelear con un hombre que desee pelear conmigo?

-En un corazón unido a la naturaleza, aunque el cuerpo pelee no habrá violencia. Pero si no está en armonía, aunque el cuerpo descanse siempre habrá violencia. Se debe tratar de ser como la proa de un barco. Hiende el agua, pero en la estela que deja el agua está intacta.

 

 

Todo esto es un mundo redondo y brillante. Tú jamás conocerás mi mundo ni yo el tuyo. ¿Acaso ves con mis ojos? ¿Piensas con mi cerebro? Diez millones de cosas vivientes tienen igual número de mundos diferentes. Nunca pienses que eres el centro del universo, sabio, generoso y bueno. Tienes que buscar la sabiduría, la generosidad y la bondad después de honrarlas en todas partes.

 

-Cae la lluvia, el arroyo corre y está quieta la montaña. Cada uno actúa según su naturaleza.

-No existe el mal para el hombre. Cada quien piensa que lo que hace es bueno. Al menos para él.

Un hombre puede decir a sí mismo muchas cosas. Pero el universo del hombre, ¿se hizo acaso sólo para él?

-Si un hombre me hace mal y en pago lo castigo quizá no vuelva a hacer daño a otro.

-¿Y si tú no haces nada?

-Creerá que puede hacer a su antojo.

-Tal vez. O tal vez aprenda que muchos hombres son dañados, pero responden con gentileza.

 

-La telaraña está hecha por hilos tan sutiles que un suspiro puede destruirla. Sin embargo, para la araña, es puerto seguro. Cuando el viento sopla, la pluma danza alocada. Porque la pluma, más débil que el viento, no puede hacer otra cosa. Igual sucede al hombre. Los hay fuertes y débiles. ¿Cuál es más fuerte? ¿La madera o tu brazo?

-La madera.

-Destroza la madera, usa tu brazo como arma. Aunque la madera resista, no perdurará.

-¿Puede el débil ser el más fuerte?

-El camino de la vida es como un arroyo. Si el hombre flota, su camino es suave. Si el mismo hombre nada siempre contra la corriente, quedará sin fuerzas. Para ser uno con el universo, se debe buscar el camino de la verdad y seguirlo.

 

Cuando ceses de esforzarte en entender, entonces sabrás sin entender.

 

-Aquí aprendemos a fortalecer nuestros cuerpos. Sin embargo, se nos enseña a reverenciar todo contra lo que podemos usar esa fuerza.

-Cuando tu vida esté amenazada o la vida inocente de otro estarás preparado para defenderla.

-Estando mejor preparado que otros ¿no debería luchar siempre?

-Ignora el tono insultante. Rechaza el golpe provocador. Huye siempre de la amenaza del necio.

-¿No es esa la actitud del cobarde?

-El jabalí salvaje huye del tigre sabiendo que ambos, bien dotados por la naturaleza con fuerza mortal pueden destruirse. Huye para salvar su vida. Lo mismo hace el tigre. Esto no es cobardía. Es amor a la vida.

 

El hombre, como el animal, fue creado para vivir con otros de su especie. Pero el significado de pertenecer a un grupo se encuentra en el consuelo del silencio y en compañía de la soledad.

 

Cuando un hombre no tiene nada, es entonces cuando mejor puede levantarse por sí mismo. Cuando dormimos lo que deseamos pasa como por magia. Pero despiertos comprendemos que, sin esfuerzo, un hombre es menos que nada.

 

 

El río busca su propio nivel. Jamás lucha contra la roca. Fluye alrededor. La roca se convierte en un refugio en el río.

 

-¿El sufrimiento lo trae uno mismo?

-No.

-¿Lo trae otro?

-¿Entonces, uno mismo y otro?

-¿Acaso tu ojo se metió en tu puño?

-¿Entonces, buscaré el modo de pagar?

-¿Cuál es la deuda?

-Mi sufrimiento.

-La venganza es un buque con agujero. No lleva nada dentro, sólo la promesa de un vacío eterno.

-¿Tengo que pagar las injurias siempre con bondades?

-Hay que pagarlas con justicia y perdón, pero la bondad, siempre con bondades.

 

-El miedo es el enemigo. La confianza es la coraza.

-¿Sin saber siquiera lo que pasará, no es ser sabio tener miedo?

-El que se conquista a sí mismo es el guerrero valioso. Haz lo que tengas que hacer, con el corazón tranquilo.

-¿Cómo puedo saber lo que es posible para mí?

-Mira bien el color del cielo. Y escucha el batir de las alas del ave. Busca en el aire el perfume del hielo en un caluroso día. Si has encontrado esas cosas, entonces lo sabrás.

 

-Estoy avergonzado

-Sentir vergüenza sin causa es un desperdicio. Estar avergonzado por una causa, también lo es. Pues deberías vivir corrigiendo el mal del que te avergüenzas.

-Desperté anoche sin ver nada, sin oír nada y tenía miedo.

-¿A qué?

-A la muerte.

-Aquel que sabe cómo vivir, no debe temer a la muerte. Camina sin miedo al rinoceronte, ni al tigre. No será herido en batalla.

-¿Cómo puede ser eso?

-En él, el rinoceronte no hallará donde hender su cuerno. El tigre, donde clavar su zarpa. Y las armas, no podrán herirte.

-¿Por qué es de esa forma?

-El hombre que sabe cómo vivir no tiene sitio en su alma para la muerte.

 

 

No sabemos, al despertar, si lo que vimos en sueños no existe. No sabemos, antes de morir, si la muerte no es el mayor de los gozos.

 

El odio es como beber agua salada. La sed se hace mayor. He visto al gusano de seda. Teje una hebra pensando que se protege a sí mismo. Pero es su tumba. El odio es un capullo que has tejido. No podrá protegerte jamás del sufrimiento.

 

Hay un camino abierto para cada hombre y deben buscarlo. Cuando el hombre encuentra su camino, los cielos son generosos.

 

Ed Spielman «Kung Fu»

 

 

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