DISCERNIR LO ETERNO DE LO TRANSITORIO

 

 

Cuando te apegas demasiado a las cosas: una persona, el dinero, ¡la has fastidiado!. El reto de la vida consiste en apreciarlo todo y no encadenarse a nada. Cuando persigues demasiado las cosas, ellas se largan corriendo.

Esto sucede lo mismo con los animales que con los amores ¡e incluso el dinero!

Como cuando conoces en una fiesta a alguien que te cae bien, y te prometen:

-Te llamo la semana que viene.

Te quedas al lado del teléfono toda la semana ¡ni siquiera lo dejas para ir al cuarto de baño! De plantón al lado del teléfono y todo el mundo llama, menos la persona que tú esperabas.

¿Alguna vez te has visto en la necesidad desesperada de vender algo, un coche, una vivienda? ¡Nadie lo quiso! Por la urgencia, tú bajaste el precio, y ¿qué pasó? ¡Que tampoco lo quiso nadie! ¿Qué principio se deduce de eso? Al que desespera, ni los buenos días.

Habla con cualquier vendedor, da lo mismo si vende avionetas privadas para millonarios que detergentes domésticos. Cuando estás desesperado, entras en una espiral descendente ¡y cuando más apurado te ven, menos te compran! ¿Qué sucede cuando sólo tienes media hora para comer en el restaurante? Que se les olvida tu pedido.

Cuando el interés o el apego emocional a una transacción o un acontecimiento alcanzan la desesperación, los estorbamos, pero este principio tiene un reverso positivo: tómalo con tranquilidad y ¡bingo!

Te pasas un año y medio sin novio, o sin novia, y es la desesperación. ¡No te comes un rosco! Entonces abandonas y te dices:

-Si no tengo pareja, puedo perfectamente ser feliz a solas.

Verás entonces como acuden cual moscas al panal de rica miel.

Otro ejemplo clásico son las discusiones. ¿Qué ocurre cuando te empeñas en que alguien cambie de opinión? ¡Que se reafirman en ella más que antes! Deja de insistir, y verás como muchas veces se vienen por sí solos a la tuya.

Siempre que estamos desesperados por algo -que alguien nos llame, que nuestra pareja deje el tabaco, que nuestros jefes nos asciendan o reconozcan nuestros méritos- creamos un campo de energía que rechaza el acontecimiento deseado.

Pero no olvidemos que la serenidad no es falta de interés; es posible adoptar una actitud desprendida sin dejar de estar enérgicamente decididos a conseguir lo que deseamos. La persona serenamente decidida es la que sabe que el esfuerzo y la excelencia acabarán por recibir su recompensa, y se dice a sí misma:

-Si no gano en esta ocasión, será en la próxima, o la siguiente.

¿Como evitar la desesperación cuando estás en la desesperación? ¿Qué hacer concretamente? Es una cuestión de actitud. No hay que caer en la trampa de decirse:

-Necesito tal cosa para ser feliz.

¡Haz todo lo que esté en tu mano para conseguir que ocurra, y luego te dices:

-No necesito tal cosa para ser feliz.

Olvídalo y sigue ocupándote de los demás asuntos. Las más de las veces, el resultado esperado sobrevendrá.

Tanto en el lo mental como en lo físico rigen para nosotros las leyes naturales. ¡Pero la naturaleza no entiende las desesperaciones! La naturaleza busca el equilibrio, y no se puede ser desesperado y equilibrado al mismo tiempo.

La vida no tiene por qué ser una lucha permanente. Deja correr las cosas. Esto no es indiferencia, es no empeñarse en forzar los acontecimientos.

Y aunque digas que no sabes nada de leyes naturales ni cómo funcionan, tampoco hace falta entender la ley de la gravedad. El reto consiste en saber utilizar los principios; nadie nos exige que los entendamos.

Saber dar. Si quieres algo, ¡regálalo! Consigues más de aquello que quieres dando un poco de lo que tienes. Si el apego impide que las cosas buenas circulen hacia tu vida, la situación opuesta sería el desasimiento, hasta el punto de dar algo de lo que apreciamos. Lo que das se te devolverá.

El saldo de nuestro talonario no es la medida de nuestra prosperidad. La abundancia es la circulación de bienes por nuestra vida. La prosperidad es un flujo; consiste en dar y recibir.

Dar sin esperar que correspondan, de lo contrario estaríamos apegados a un resultado...y como ya sabemos, cuanto mayor el afán, menos se consigue. ¿Se debe disfrutar de las posesiones materiales? ¡Naturalmente! Procura sólo ser el dueño de ellas, y que ellas no se adueñen de ti.

Las cadenas del amor. María busca desesperadamente un hombre que la quiera. ¿Es de suponer que vaya a encontrarlo? Las probabilidades son escasas. En primer lugar, su desesperación ahuyenta a los pretendientes. Segundo, perjudica a su simpatía.

Federico le dice a su chica:

-Te necesito, ¡no puedo vivir sin ti!

Eso no es amor, es apetito feroz. No es posible necesitar desesperadamente a una persona y amarla al mismo tiempo. Además, si fuese verdad literal que no puedes vivir sin determinada persona, serías un caso patológico, ¿y quién quiere cargar con un problema así?

Amar a una persona significa dejarla en libertad de ser quien ella decida. Amar es dejar que forme parte de tu vida si ella así lo elige. Otra vez estamos hablando de un equilibrio. Para tener algo, o a alguien, déjalo suelto.

Andrew Matthews

 

Aquel que se obceca en el gozo, destruye la vida sublime, pero el que acaricia con suavidad una alegría a medida que pasa, vive en un eterno amanecer.

 

William Blake

 

 

Discernir lo Eterno de lo transitorio es la primera cualidad para el Sendero.

 

Sankara

 

 

Es maravilloso el poder del que nunca desespera.

 

Ovidio

 

El mejor disfrute es la libertad, no la opresión ni la posesión, pero estamos empeñados en poseer, para no disfrutar. Cuando posees las cosas, las dejas de tener. La persona que posee no cela a alguien, en realidad no ama, más bien cree que lo hace. El celoso ama con amor posesivo y desesperado, y la desesperación sólo hace ver las apariencias de las cosas. Amar no es poseer, amar es disfrutar y compartir. El que se apega a algo no lo disfruta, lo sufre. El que pretende «ser propietario» de una persona, la hace sufrir hasta la saciedad.

 

Ricardo Bulmez

 

 

Para obtener la libertad, primero hay que darla.

 

Audrey Hepburn «Always»

 

 

Cuando seas capaz de ser feliz cuando alguien a quien amas mucho ya no está aquí como cuando estaba, habrás aprendido qué es el amor.

 

Annie Besant

 

 

Hay una emoción egoísta que lastima con frecuencia se le llama amor. No es más que una sombra del hacedor de milagros. Igual que la ciencia, el arte y la inventiva no desean reformar a nadie, ni aman a nadie, no intentando reformar a los demás se transforman ellos. Dejando libres a los demás, el amor los une. Un amigo es un amante. No predica, no encuentra faltas, no condena. Deja en libertad y, al hacerlo, une.

 

Starr Daily

 

La desesperación es el resultado de cada intento que se hace de tomarse en serio la comprensión y la justificación de la vida del hombre. La desesperación es el resultado de pretender tomarse en serio la vida con todas sus bondades, la justicia y la razón, y de cumplir con sus exigencias. La desesperación es como un río; en una orilla están los niños; en la otra los hombres maduros, los que han despertado ya de su letargo.

Hermann Hesse

 

El desapego permite vivir totalmente en el presente comprendiendo de pleno los hechos y experimentando la verdad que se encuentra allí.

Anne Bancroft

 

La raíz del dolor está en el deseo. El sufrimiento se extingue al abandonar el apego al deseo. Abandonar el sufrimiento constituye un proceso. Cuando el apego no está presente, hay un espacioso sentimiento de aceptar las cosas tal como son. Dejar de apegarte no significa aniquilar, rechazar los sentimientos, o pretender que no tengas fuertes sentimientos. Dejar de apegarte significa aprender a intimar con el deseo y la cólera y a relacionarte con esos apegos sin aferrarte a ellos, reaccionar o reprimirlos.

Buda

 

La mayoría estamos tan ansiosos por cambiar como lo estuvimos por nacer, y atravesamos los cambios en un estado similar de shock.

James Baldwin

 

En este mundo todas las cosas pasan y cambian incesantemente. Sin embargo, en virtud de nuestros más profundos deseos de eternidad, envolvemos a estos fenómenos cambiantes con la sombra de nuestra propia inmortalidad. La vida del hombre es como un río. Sean cuales sean las vueltas y revueltas individuales de su curso, siempre anda buscando el mar. Algunas veces discurre apaciblemente a través de recodos y arboledas. Algunas veces es nuestro propio ego el que nos sujeta apasionadamente, no comprendiendo que es una cosa de poca importancia y una sombra pasajera del Hombre Verdadero. No podéis ser libres de las cosas a las que os aferráis. Aferrarse es pertenecer a la cosa aferrada, es una atadura. Aquello que liberáis os pertenece. Vosotros no le pertenecéis porque pertenecéis al Amor. Todas las cosas por debajo del amor atan y oprimen. Presionan e infligen daño. El Amor es la Realidad, el Liberador, el Hacedor de Milagros. Al hacer felices a los demás les proporcionáis un anticipo del cielo en la tierra.

Clara Codd

 

Tener una mente abierta a todo y no apegada a nada. En todas nuestras relaciones, si podemos amar a alguien lo bastante como para dejarle ser exactamente lo que ha decidido ser, sin expectativas ni apegos por nuestra parte, conoceremos la verdadera paz durante toda nuestra vida. El verdadero amor significa que uno ama a una persona por lo que es, y no por lo que uno cree que debería ser. Eso es tener una mente abierta, así como la ausencia de apego.

Wayne Dyer

 

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