DIGAN LO QUE DIGAN DE MÍ

 

 
 
 
 

Yo estaba en Jaipur y por la mañana vino a verme un hombre que me dijo:

 

-Eres divino.

 

Le dije:

 

-¡Tienes razón!

 

Él estaba ahí sentado cuando llegó otro hombre que estaba muy en contra mía y que entonces me dijo:

 

-Eres casi diabólico.

 

-¡Tienes razón! –le respondí.

 

El primer hombre se quedó un poco preocupado. Me dijo:

 

-¿Qué quieres decir? A mi me dijiste que tenía razón y también le dices a este hombre que tiene razón; los dos no podemos tener razón.

 

Le dije:

 

-No sólo dos personas; millones de personas pueden tener razón sobre mí; porque digan lo que digan de mí, están hablando de ellos mismos. ¿Cómo pueden conocerme? Es imposible; ni siquiera se conocen ellos mismos todavía. Todo lo que dicen es su propia interpretación.

 

De modo que el hombre dijo:

 

-¿Entonces quien eres tú?

 

-Yo soy yo mismo –le contesté. No tengo interpretación sobre mí mismo, y no hace. falta. Estoy simplemente deleitándome en ser yo mismo, signifique lo que signifique. Soy feliz siendo yo mismo.

 

Osho

 

 
Uno de los aspectos más desconcertantes de las relaciones es la incomodidad que sentimos por el solo hecho de estar en presencia de ciertas personas. Independientemente de lo que hagan o digan, hay algo en ellas que nos provoca una respuesta cargada de repulsión, antagonismo, cólera; cualquier cosa menos aceptación o amor.
 
¿Por qué alguna gente nos afecta de ese modo mientras que con la mayoría de las personas que tratamos nos sentimos cómodos, afectuosos y bien predispuestos? ¿Por qué reaccionamos en forma tan negativa a la presencia de algunas personas? ¿Es por ellas? ¿Es por nosotros mismos? ¿O es un poco por ambos?
 
Una de las realidades más difíciles que posiblemente haya tenido que afrontar cualquiera de nosotros es el hecho de que lo que me desagrada o no puedo tolerar en otras personas es el rasgo de personalidad que aún no he podido zanjar en mi propia vida. Lo que me pueda molestar de la otra persona refleja algo que no he perdonado ya sea en mí mismo o en alguien de mi pasado.
 
Mi intolerancia en mis relaciones presentes es en última instancia una intolerancia conmigo mismo o con alguien de mi pasado. Por ejemplo, digamos que a usted le fastidia mucho una persona que tiene una actitud muy dominante en su lugar de trabajo. Aunque no le guste, al parecer no puede cambiar el modo como se siente cuando está con esa persona.
 
Entonces un día  se da cuenta de que esa persona le hace recordar a su padre, cuya actitud dominante lo atemorizaba a usted de niño.
 
¿Cómo puede ser? Esto sucede porque almacenamos todas nuestras experiencias pasadas, tanto las afectivas como las dolorosas, en lo más profundo de la mente.
 
La mayor parte del tiempo apenas tenemos conciencia de que guardamos los recuerdos de estas experiencias, y nos cuesta creer que nuestro pasado realmente puede afectar el modo como percibimos nuestro mundo en el presente.
 
Cuando otra persona manifiesta una opinión, expresa un deseo o refleja un sentimiento similar a ciertas experiencias almacenadas en nuestra mente, el pasado puede volver a presentarse, estimulando nuestros viejos rencores, autocríticas o sentimientos de desamparo.
 
Nuestras reacciones automáticas ante ciertas personas o situaciones en el presente, por lo tanto, son de hecho reacciones a nuestro pasado.
 
Nuestras relaciones más difíciles a menudo son como espejos que reflejan problemas inconclusos del pasado. Sólo cuando podemos hacer un alto, explorar dentro de nosotros y luego revivir esas experiencias, estamos en condiciones de empezar a perdonarnos a nosotros mismos o a otros.
 
Para tener relaciones plenas y equitativas en el presente, es necesario remediar nuestras viejas relaciones no curadas con nosotros mismos y otras personas del pasado.
 
Gerald Jampolsky
 
 
 
Perdónate tus propias carencias, y automáticamente dejarás de buscarlas en otras personas. Los demás nos devuelven el reflejo de lo que somos. Si prestamos atención, siempre hay mensajes que nos indican por dónde necesitamos crecer. La cuestión siempre está en uno mismo. Cuando nos hemos perdonado a nosotros mismos, dejamos de criticar a los demás.
 
Andrew Matthews
 
 
 
Si uno vive en el pasado, si se aferra a los rencores y los resentimientos, no puede funcionar con eficacia en el presente. Aunque no siempre es fácil, creo que librarse del pasado es un proceso esencial en nuestra vida cotidiana.
 
Wally Haas
 
 
Lo que te molesta en los demás, es que aún no lo tienes trabajado en ti.
 
Luis Espinoza «Chamalu»
 
 
 
Mil cortes en las hojas del árbol del mal equivalen a uno solo en las raíces.
 
Henry David Thoreau
 
 
 
Un sentimiento que no se expresa nunca muere: está enterrado vivo y surge más adelante de la peor manera.
 
Stephen Covey
 
 
Los seres humanos «proyectan» para expulsar de su interior y localizar en otros características, sentimientos o deseos que rechazan en sí mismos.
 
Ana Julia Jatar
 
 
-Perdone, señor –dijo el tímido estudiante- pero no he sido capaz de descifrar lo que me escribió usted al margen en mi último examen.
-Le decía que escriba usted de un modo más legible –le replicó el profesor.
 
Anthony de Mello
 
 
Si somos capaces de ver lo que es bello, es porque también nosotros somos bellos, ya que el mundo es un espejo, y devuelve a cada hombre el reflejo de su propio rostro.
 
Paulo Coelho
 
 
Observa lo que las personas contemplan con escepticismo y a menudo descubrirás aquello de lo que carecen.
 
Harry Emerson Fosdick
 
 

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