DESCUBRÍ QUE SOMOS MUY PARECIDAS

 

 

La historia sobre mi madre es un ejemplo perfecto. Mi madre y yo tenemos una relación de mucha confianza y un día ella me dijo cuánto me quería, que yo era un regalo maravilloso en su vida. 

Le dije que era un regalo por lo bien que nos llevábamos, pero quizá su mejor regalo era Rose, su hermana mayor, que había sido una espina en su corazón durante la mayor parte de su vida.

Mi madre provenía de una familia de dieciséis hijos. Tía Rose era de las mayores y mi madre, de las menores. Le hice a mi madre una pregunta que me formulo a veces cuando encuentro dificultades en mis relaciones:

-¿Qué es lo que más te disgusta de tía Rose?

Escuché con atención los defectos que enumeraba. Luego le pregunté qué era lo que más le disgustaba de ella misma. Entonces, muy asombrada, me dijo que lo mismo que le desagradaba en su hermana. 

Poco después de esto, mamá y tía Rose comenzaron a escribirse. Hubo un largo intercambio. Hubo un largo intercambio de cartas, luego llamadas telefónicas y finalmente, en un viaje a la Costa Este, mi madre visitó a su hermana a quien hacía veintidós años que no veía. 

Hace poco, mi madre con toda inocencia me dijo:

-Resulta fascinante. De todos mis hermanos y hermanas, con Rose es con quien me llevo mejor. Descubrí que somos muy parecidas. En realidad, Rose ha sido una de mis mejores maestras y me ha ayudado a verme como en un espejo. 

Mi madre estuvo de acuerdo en que proyectamos la falta de tolerancia por nuestra propia conducta, en nuestras relaciones. Nuestro desagrado por cierta clase de comportamiento que tenemos, siempre lo recibimos de rebote proyectado por otras personas que se comportan de manera similar. 

Las demás personas nos ofrecen regalos en forma de reflejos de nuestras percepciones. Cuando elegimos recibir estos regalos, se nos presenta la oportunidad de ver con más claridad nuestras percepciones.

Y somos capaces de comenzar a buscar las maneras de perdonar que nos conducen a la paz de la mente en las relaciones con los demás y con nosotros mismos. 

Diane Cirincione

 

Los conflictos que afrontamos en la vida están en nuestras mentes. Parecen ser exteriores a nosotros sólo porque nuestros egos proyectan hacia fuera nuestros pensamientos. Entonces parece que el enemigo está fuera de nosotros.

Cada vez que nos dejamos convencer de que la causa de todo lo que ocurre está fuera de nosotros, alimentamos el ego. Para ocultar el hecho de que nuestros pensamientos crean nuestra realidad, los egos hacen uso de su mecanismo favorito, la proyección, que nos hace creer que:

Las proyecciones del ego no son fáciles de reconocer. Cuando alguien está enfadado con nosotros, por lo común experimentamos que nos ataca. Desde el punto de vista del ego aquella persona es una realidad que está fuera de nosotros y que no tiene nada que ver con los pensamientos escondidos en nuestra mente. Creamos una ilusión de separación «probando» que la otra persona está equivocada y que nosotros tenemos razón. En realidad, nuestras sensaciones de ser atacados están dentro de nosotros, en realidad provienen de nuestras batallas interiores con nuestros pensamientos conflictivos.

Funciona de la siguiente manera: imagine que su mente es como un proyector en un cine. Funciona de la misma manera para todos nosotros. Es como si todas las heridas, amores, alegrías, desilusiones, ataques, etcétera, del pasado estuvieran registrados en la película, guardados en los archivos de nuestros bancos de memoria. Algo que nos ocurre en el presente puede reunir a todas estas viejas películas y las proyectamos en el presente. 

Por ejemplo, una figura de autoridad enfadada con nosotros. Nos sentiremos heridos y rechazados y esos sentimientos pueden llamar a los recuerdos escondidos de conflictos similares que podamos haber tenido con nuestros padres, o con un maestro o quizás un ex jefe. Pronto estamos proyectando esas viejas películas en el presente. El presente y el pasado se fusionan. Eso evita que veamos el presente como realmente es.

La gente en la actualidad es diferente de la gente en los filmes del pasado, pero los temas son los mismos. Nuestras mentes proyectan las viejas películas con protagonistas del presente, filtrados por las lentes de los conflictos no resueltos del pasado. Cuando nos proyectamos al mundo exterior de esta forma, vemos un mundo que realmente se originó en nuestra mente. 

Mientras escuchemos solamente al ego, no veremos a los demás como quienes son realmente. Más bien el ego verá a cada persona y cada experiencia de nuestras vidas como una pantalla gigante en blanco sobre la que proyectaremos nuestros sentimientos y pensamientos del pasado. El ego trata de que el presente sea invisible para nosotros.

¿Cómo es posible que dos personas, que tienen una experiencia con la misma persona enfadada, tengan dos reacciones totalmente diferentes hacia ella? Una encuentra poca o ninguna dificultad para hacer funcionar la relación, para resolver el problema que ha surgido entre ellas.

La otra se siente frustrada y enojada, convencida de que la relación es imposible. Una persona puede sentirse atacada por otra, alguien que trata de herirla. La otra persona verá no un ataque, sino temor y demanda de ayuda para poder amar. 

El resultado de la proyección es siempre el mismo: «como pensamos así vemos». Los pensamientos de enfado, que no son de amor, proyectan un mundo y unas relaciones de enfado y sin amor. Los pensamientos amorosos y pacíficos se extienden desde nuestros corazones y mentes, creando un mundo de relaciones de amor y paz. 

Cuando empezamos a ver que realmente proyectamos nuestros pensamientos, sentimientos y viejos conflictos al mundo, es cuando empezamos a comprender que podemos sentir lo que evitamos, entonces estamos en la posición de ver que no somos víctimas de nuestras relaciones. Solamente somos víctimas de nuestros propios pensamientos y eso podemos dominarlo. 

Podemos volver a preparar nuestras mentes para tener solamente pensamientos llenos de amor y de paz, una elección que podemos hacer en todo momento y todos los días. Cuando lo hacemos, tomamos la responsabilidad de nuestras propias proyecciones y relaciones, elegimos la creación de relaciones positivas, con amor, lográndolo. 

Cuando estamos en conflicto en nuestras relaciones actuales, la curación verdadera puede llegar solamente cuando nos recordamos que nuestra perturbación se basa en las proyecciones de experiencias pasadas. Habrá sucedido unos pocos minutos antes o muchos años antes. La curación de los conflictos actuales proviene de la curación del pasado y de recordar que nunca nos perturban los motivos que creemos que lo hacen.

La percepción es lo que experimentamos como resultado de la proyección de nuestros pensamientos y sentimientos desde la mente hacia fuera. Lo que creemos que vemos con nuestros ojos es en realidad un espejo de nuestros pensamientos interiores.

Dr. Gerald Jampolsky

 

Empecemos a aceptar la verdad de que todas nuestras mentes están unidas y que los pensamientos agresivos que dirigimos hacia otros representan nuestra propia agresión hacia nosotros mismos. 

Un Curso de Milagros

Cuando tratamos de descubrir lo mejor que hay en los demás, descubrimos lo mejor de nosotros mismos.

William Arthur Ward

En la comedia cinematográfica «Amor Ciego» aparece Mauricio Wilson al que le desagradan las personas que tienen defectos congénitos y se retira molesto cuando aparece Walt que tiene «espina bífida», mas no ocurre igual con su amigo Hal Larson  a quien no le molesta en absoluto esta presencia. De igual manera, opta por no seguir saliendo con una novia ya que tiene un dedo del pie más largo que lo normal. En otra escena, le expresa a Anthony Robbins su incomodidad ya que su amigo Hal está saliendo con mujeres feas y le hace un comentario al maestro sobre el tamaño de su nariz a lo que este le contesta:

-¡Gracias por notarlo!.

Al final de la película, Mauricio le explica a su amigo Hal que él tiene un defecto congénito imposible de operar que consiste en un apéndice al final de la espalda en forma de cola móvil. Este defecto hace que él no mantenga relaciones con mujeres por miedo a ser rechazado. Cada vez que Mauricio Wilson veía a alguien con algún defecto físico o con algo que recordara de alguna manera, por la forma, su defecto, proyectaba sobre él su problema. De igual manera, al rehuir las relaciones sentimentales, le molestaba que su amigo Hal las tuviera ya que él proyectaba la carencia de las mismas. Sólo podemos reconocer en los demás aquello que nos pertenece, sea bueno o malo. Aquello de lo que carecemos o deseamos obtener, nos molesta verlo en los demás. 

Elias Benzadon

Los más valiosos seres humanos son aquellos que se han realizado y la más alta cualidad que poseen es ser independientes de la buena opinión de los demás. 

Abraham Maslow

Todo cuanto haces es accionado por una emoción, ya sea del deseo o del miedo. 

Brian Tracy

Cuando te miras a ti mismo, ¿te gusta lo que ves? Si te gusta lo que ves, eres la persona que deberías ser. Porque tu reflejo se refleja en todo lo que haces y todo lo que haces se refleja en ti. Cuando te despiertas cada día, ¿te gusta cómo te sientes? Si te gusta cómo te sientes, no tienes nada que esconder porque tu reflejo se refleja en todo lo que haces y todo lo que haces se refleja en ti. Hacer algo por otra persona no es realmente para otra persona, hace más del doble por ti que alguna cosa que hagas sólo para ti. Cuando te acuestas a dormir ¿te gustan todos tus sueños? Si te gustan todos tus sueños, la vida es tan feliz como parece porque tu reflejo se refleja en todo lo que haces y todo lo que hace se refleja en ti.

Hal David «Lost Horizon»

Un barco en puerto está seguro pero los barcos no son construidos para eso. 

Grace Murray Hopper

Si cierras la puerta a todos los errores, también la verdad se quedará fuera. 

Rabindranath Tagore

No hay circunstancia por infortunada que sea de la cual una persona inteligente saque alguna ventaja. Y no hay circunstancia por feliz que sea que el necio no convierta en una desventaja. 

La Rochefoucauld

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