CENTRADO EN EL MOMENTO PRESENTE

 
 
 
 
Buda vivió una vida de grandes lujos durante sus primeros dieciocho años; cualquier deseo que tuviera era satisfecho, cualquier placer que deseara era colmado pero el joven se sentía vacío y anhelaba un sentimiento de plenitud que el placer era incapaz de colmar.
 
De modo que Buda abandonó su vida principesca para buscar una plenitud más duradera.
 
Entonces Buda se fue al extremo opuesto, llevó una vida de privaciones pero después de seguir una austera vida durante seis años, la abandonó. Su sed de paz interior no se saciaba ni con el extremo de los excesos ni con el de las privaciones.
 
Buda no osciló entre el extremo de los excesos y el de las privaciones; descubrió que ambos extremos eran un sendero doloroso e infructuoso. Aunque vivió algunos momentos maravillosos, no colmaron completamente su deseo de paz y seguridad duraderas.
 
En vez de buscar en ninguna parte, Buda decidió seguir el Camino Medio y centrarse en el momento presente en lugar de buscar soluciones extremas en el exterior.
 
Dirigió su atención a su interior y examinó atentamente aquello que ocurría en su cuerpo y en su mente; centró su atención en lo que ocurría, pero sin reaccionar ante ello.
 
No se apegó a los goces ni rechazó las cosas desagradables. Observó cómo seguían su ciclo natural surgiendo y desapareciendo sin interferir en ello. Lo que descubrió era sencillo y a la vez profundo.
 
Cuando no se apegaba al placer ni rechazaba el dolor, veía que sus atacantes perdían su poder. Así es como logró vencer esas fuerzas.
 
Al observar profundamente su interior, Buda liberó su mente de la tiranía del deseo. Descubrió las vidas de desdicha que había creado con la falsa idea básica de que el placer puede durar y el dolor evitarse.
 
Nos lastimamos a nosotros y a los demás una y otra vez al aferrarnos a las cambiantes experiencias, como nuestro cuerpo y nuestras relaciones.
 
Es inevitable que experimentemos cierto sufrimiento, porque las pérdidas y los cambios forman parte de la vida de todos, pero mucho sufrimiento que padecemos es opcional.
 
Lo creamos al resistirnos al momento presente y no aceptar que todo cuanto existe está destinado a cambiar, nos guste o no. En realidad no hay nada que deba causarnos atracción o rechazo.
 
Cuando observas atentamente cada momento, descubres que cosas tan opuestas como el placer y el dolor tienen sus ventajas y desventajas.
 
Buda comparó el Camino Medio a un tronco que se desliza flotando por un río. Una de las orillas representa los excesos y la otra las privaciones. Mientras el tronco se desliza por el río, evita ambos extremos.
 
Si se queda atrapado en cualquiera de ellos, el tronco se hunde o se pudre; pero si sigue el Camino Medio, se desliza flotando por el río y alcanza el océano de la libertad.   
 
Depende de cada uno reconocer esos extremos, igual que Buda lo hizo. Observó y contempló lo que aparecía ante él, fuera lo que fuera. No se dejó seducir por los placeres ni se dejó traicionar por el dolor, porque se mantuvo centrado en el momento presente sin apegarse o aferrarse a nada.
 
Ronna Kabatznick
 
 

En el Budismo Zen, el «Camino Medio», no significa transacción; significa algo más alto, como el vértice superior de un triángulo. Las personas no se sitúan en los lados opuestos del problema. Comparten un mismo lado mientras examinan la cuestión, comprendiendo las necesidades y creando una tercera alternativa que habrá de satisfacerlos. No se trata de una transacción sino de una transformación. Las dos partes consiguen lo que realmente quieren y en el proceso construyen una relación. La búsqueda de la tercera alternativa es un cambio de paradigma importante, que desplaza a la mentalidad dicotómica de «O esto o aquello». La diferencia en los resultados es muy grande.

Stephen Covey

 

La sociedad occidental está más preparada que la sociedad hindú porque es mucho más material y la materialidad es el preludio de la espiritualidad. La sabiduría Védica llegó a la India en un momento de opulencia, pero la sociedad hindú, en la fase presente de evolución, es un desastre.

Deepak Chopra

 

La base del budismo es causa y efecto. La tendencia general en mucha gente es culpar de lo que les pasa a los demás, a los padres, a los gobiernos. El budismo parte de la autorresponsabilidad. Todo lo que nos sucede, bueno o malo, tiene que ver con uno mismo.

José Gregorio Ramírez

 

Si la inteligencia es lo que me ayuda a hacer frente a las diversas situaciones de la vida, y la sensibilidad emocional lo que me permite tratar con otros seres humanos, la espiritualidad es lo que me salva de los excesos de ambas.

Ken O´Donnell

 

Seguiré llevando una vida sencilla, altruista, que se acerque al ideal budista del Camino Medio: no ser ni hostil al mundo ni víctima de él. ¡Qué ilimitado gozo me produce saber que la verdadera felicidad no existe!.

Dalai Lama

 

En el budismo tibetano no existen tabúes ni supuestos. Todo está sujeto a discusión y abierto a la exploración. El único mensaje que transmitió Buda es que uno es el que tiene que preguntarse y buscar las respuestas a todo, aprendiendo de nuestra propia experiencia.

Richard Gere

 

El medio siempre está lleno de agresiones, pero empiezas a entender por qué la gente se comporta de tal manera; aprendes que las emociones, como aparecen, se van. Te enojas, pero no pones energía en ellos y lo dejas pasar para no reaccionar violentamente. De una manera bien importante el budismo te lleva a analizarte a ti misma y tu medio, aprendes a controlar mejor lo que pasa en tu vida.

Carolina Murillo

 

«Todo existe» es uno de los extremos. «Nada existe» es el otro extremo. Debemos siempre mantenernos alejados de estos extremos, y seguir el Camino Medio.

Buda

 

Página Principal   Sabiduría oriental