La felicidad es parte de un espíritu
que completa la vida, nos da una fuerza impresionante para hacer lo que sea
hasta lo imaginable. Parte de la felicidad es la risa, demuestra felicidad
aunque se dice que las personas felices ocultan un gran vacío y las personas
tristes son al revés, cargan una mecha muy grande de felicidad esperando ser
prendida.
La tristeza es un dolor que no es
físico, sino mental; puede venir bien sea por el amor, la amistad; en fin por
lo que sea y nos ahoga un gran vacío.
La furia es como un vaso de agua
mientras más se llena, más grande es. En una buena persona, tardaría mucho en
cosecharse y en una mala persona, podría convertirse en una bomba de tiempo
que no se sabe cuando va a estallar. ¡ Si combinamos una persona que tenga
tristeza y furia, es mejor no saber que pasaría !
Cuando somos niños, no comprendemos
casi nada. Lo que pensamos es en cosas materiales y en diversión, pura
diversión.
En la
adolescencia, empezamos a entender más cosas que antes no entendíamos.
Pensamos en lo que dicen y lo que dirán de nosotros o de los demás; tratamos
de ser adultos pero nos damos cuenta que no podemos y si alguien nos
pregunta qué recordamos de la adolescencia, le respondemos con un suspiro
de terror diciendo: unas
marcas de acné en la cara.
En la edad adulta, comprendemos todo lo
que teníamos que saber pero ahora somos simples niños con todo lo nuevo que
hay que aprender y aquí vuelve a comenzar esta historia.
La soledad es sentir que nada más nos
tenemos a nosotros y que nadie está con nosotros. Sentimos que estamos solos
en este mundo, que no tenemos a nadie; la soledad es uno de nuestros grandes
enemigos en esta vida. Debemos huir de ella porque si no nos alejamos de ella,
después no habrá escapatoria. La soledad nos encierra en ella, cuando llega a
nuestras vidas, nos llega una gran depresión, una gran tristeza. Muchas
personas en esta vida dicen que están solos, que la soledad es su único amigo,
pero es mentira: si buscamos la razón para no sentirnos solos, la podemos
encontrar y si no la hemos hallado, tenemos que ser pacientes y esperarla que
con toda seguridad, nos llegará¡Tranquilidad es lo que hay que tener en
esta vida y sobre todo si se trata de un tema como la soledad; tranquilidad,
que la soledad no viene para quedarse!
El rechazo está ligado al desprecio.
Cuando alguien nos rechaza, nos da mucha tristeza y eso es símbolo de que no
somos bienvenidos, de que ahí no se nos quiere. El rechazo puede venir de
muchas cosas, bien sea amistades, el amor, etc. El rechazo es algo muy fuerte,
cuando a nosotros nos rechazan, nos dan un gran golpe al corazón y no hay
manera de remediarlo. ¡Una vez que te rechacen, ese golpe te hará más fuerte
para el siguiente y así hasta la muerte!
El amor es lo más fuerte de este mundo
y empieza así: primero vamos caminando por donde sea y de repente se nos nubla
la mente cuando vemos pasar a esa belleza enfrente de nosotros; después que
sabemos qué es lo que queremos, nos enfrentamos con los peores temores: con el
miedo y con la pena. Cuando nos acercamos un poco, cuando nos vemos de cerca,
parece que nos dieran una descarga eléctrica, nuestro cuerpo tiembla más que
una lavadora,
nuestro corazón recibe un durísimo golpe. Pero después, con el tiempo, nuestro
corazón, gracias a ese golpe, se hace más fuerte para otra oportunidad que se
presente. Muchas personas juegan con la palabra amor, muchos creen estar
enamorados. Enamorarse tiene que ser de todo, es lo más fuerte que existe y si
jugamos con ello, podría irnos mal después. ¡Si juegas con el amor, después
el jugará contigo!
La muerte es algo muy poderoso,
cuando pensamos en ello, sentimos un gran escalofrío que recorre nuestro
cuerpo y destripa nuestro corazón. Muchas personas, cuando tú les preguntas
qué piensan de la muerte dicen que falta mucho tiempo, pero lo que ellos no
saben es que tenemos los días contados, bien sea porque podemos morir por lo
que sea, cuando sea y a la hora que sea; otras personas dicen que morir es
como dormir eternamente y yo pienso que cuando dormimos, no sentimos, ni
vemos, ni sabemos que estamos ahí y ninguno de nosotros puede escapar a
eso: es un destino cruel el que nos han dado. Cuando nos ponemos a pensar que
perderemos todo lo que tenemos, todo lo que hicimos y todo lo que nos falta
por hacer, en fin, tenemos que soportar esta crueldad y disfrutar de la vida,
que sino el tiempo se nos va. ¡No hay que buscar a la muerte, hay que esperar
que llegue!