NO PERDEREMOS EL CONTACTO CON LA VIDA


 
 
 

Pedí a Dios fortaleza para que pudiera triunfar. Me dio debilidad para que pudiera aprender a obedecer humildemente.

 

Pedí salud para que pudiera hacer grandes cosas. Me dio enfermedad para que pudiera hacer mejores cosas.

 

Pedí riquezas para que pudiera ser feliz. Me dio pobreza para que pudiera ser sabio.

 

Pedí poder para que pudiera tener el elogio de los hombres. Me dio debilidad para que pudiera sentir la necesidad de Dios.

 

Pedí todas las cosas para que pudiera disfrutar de la vida. Me dio la vida para que pudiera disfrutar de todas las cosas.

 

No conseguí nada de lo que había pedido, sino todo lo que había esperado.

 

Casi a pesar de mi mismo, mis oraciones no elevadas fueron contestadas.

 

¡Soy entre los hombres el más ricamente bendecido!

 

Soldado desconocido de la Confederación

 

 

Es muy importante seguir lo que te indica el corazón, porque contiene una inteligencia más alta que la que tienes en la cabeza. El acceso a la sabiduría del corazón te conecta con la más amplia sabiduría del mundo y te abre una puerta al corazón del universo.

 

Para vivir la vida más elevada es fundamental que tu corazón y tu mente trabajen armónicamente. Hay quienes viven completamente según su corazón, son puro amor y sentimientos. Esas personas suelen tener problemas al desenvolverse en el mundo real.

 

Parecen locos que se dejan llevar por el amor pero con poco juicio y sin conciencia práctica. Otros viven por completo en la cabeza, son pura razón y lógica y no dejan espacio a la pasión ni a la intuición.

 

La vida consiste en un equilibrio: que cabeza y corazón trabajen como socios, como compañeros en la vida. Vivir de un modo que sea sabio pero amable, práctico pero espontáneo, valeroso pero afectuoso, responsable pero apasionado. Cuesta tiempo y esfuerzo conseguir este equilibrio.

 

Tu corazón contiene mucha más sabiduría y dones de los que crees. Puedes pensar que tu mente tiene todas las respuestas, que si sólo pensaras más tendrías más. Puedes imaginar que si sólo reúnes más información y aprendes más habrás vencido en el juego de la vida. Y puedes creer que basta con figurarse qué no funciona en tu vida para saber cómo hacer que las cosas vuelvan a funcionar.

 

El camino de la cabeza al corazón no es breve. Lo  principal es que te pongas en marcha. Creo que todos alguna vez hemos tenido roto el corazón. No hablo del corazón que se rompe cuando perdemos a alguien que amábamos, me refiero a la ruptura que ocurre en el corazón cuando empezamos a advertir que nuestros sueños se marchitan y que jamás se han cumplido nuestros anhelos más profundos, cuando contemplamos el estado del mundo y los nada amables valores que ahí reinan y cuando no alcanzamos nuestras metas y empequeñecemos nuestro destino.

 

Cada uno de nosotros tiene que soportar la oscuridad; pero ella siempre pasa y la luz siempre regresa. En realidad cuando estás más dentro de tus problemas estás más cerca de las soluciones. Y cuando experimentas el dolor más profundo, la paz más grande se te está acercando.

 

Para volver a conectarte con tu corazón, revive las pasiones que han muerto en ti. Empieza a hacer las cosas que en el pasado te llenaban el gran corazón que tienes. Empieza por hacer lo que habla al apasionado niño que hay en ti, lo que te hace reír hasta que te duele el estómago.

 

 Redescubre las cosas que te emocionan y las que te llenan los ojos de lágrimas. Después de todo, el lugar que trae lágrimas a tus ojos es el lugar donde el universo quiere que estés.

 

Estás exactamente donde se supone que debes estar. Deja de preguntarte por tu camino y disfrutas del lugar donde has llegado. Te estaba destinado todo lo que te ha sucedido mientras caminabas. La aceptación es ahora la clave.

 

Ahora es un tiempo especial en tu vida; saboréalo. Estás recuperando tu vida original, la vida que te estaba destinada antes que otras cosas se te cruzaran en el camino.

 

Empieza a escuchar más esas llamadas interiores. Presta mayor atención a esos silenciosos dictados que hablan desde los lugares más profundos de ti. Están allí, tienen voz y anhelan que escuches. Los conocías de niño. Aprende a conocerlos de nuevo como adulto.

 

Empezar a escuchar más el corazón es un paso gigantesco para abrirlo y aprovechar los enormes regalos que tiene para ti. Las meras intenciones son como enormes olas que caen como cascadas en el universo e inevitablemente terminan entregando dones maravillosos. Sigue escuchando y observando.

 

Nuestros corazones nos hablan en los espacios de silencio de nuestra vida. Dedica tiempo a reflexionar. Y confía en que llegará un momento en que todos los cambios que esperas van a presentarse en tu vida. El universo es un lugar amistoso. Si confías en eso todo funcionará bien y entonces, sin que importe qué suceda, tu nueva realidad acudirá hasta ti.

 

Estos dictados te conducirán en ciertas direcciones, son las voces de tu corazón que te guían en la dirección de tu destino. Ten el valor de establecerte en el misterio de tu vida y podrás avanzar por tu camino.

 

Lo único con que puedes realmente contar en la vida es con lo inesperado. La magia que es tu vida se despierta cuando te instalas en el misterio de todo esto. Todos deberíamos pasar más tiempo en la fantasía a que está destinada nuestra vida.

 

El corazón nos desea libres. Uno de los mayores deseos del corazón es que seamos exploradores, que viajemos por la vida sin perder el asombro; pero esto no sucederá si nos cerramos a las posibilidades de la vida.

 

Necesitamos abandonar todas las nociones preconcebidas acerca del aspecto que debe tener nuestra vida y acerca de lo que implica ser feliz. Estamos más plenamente vivos si vivimos con la sensación de maravilla y asombro; una forma muy libre de vivir abierta al misterio de todo.

 

Este modo de desenvolverte como ser humano despertará de vez en cuando tus miedos. Es natural. Pero siente esos miedos y actúa de todas maneras. Deja, sencillamente, que los miedos te invadan, deja que te laven. Finalmente pasan. Y ésta es la clave: para que tu vida sea grande, tu fe debe ser mayor que tus miedos.

 

Sólo cuando tienes fe en el hecho que el universo es un lugar amistoso y es mayor que los miedos que te han limitado, sólo entonces acudirá a ti tu vida más brillante. Tu fe en el hecho que el mundo tiene en cuenta tus mejores intereses pero suele enviar sus milagros disfrazados de dificultades tiene que ser mucho más grande que el temor de que esas dificultades te arruinen la vida.

 

Tu fe en la inteligencia del universo tiene que ser mucho más grande que tus temores de estar solo. Hay un plan mucho mayor que se está desplegando y debes confiar en él. Si lo haces, el encantamiento de tu vida tendrá permiso para emerger a la superficie.

 

Robin Sharma

 

 

Hoy, antes del alba, subí a la colina, miré los cielos apretados de luminarias y le dije a mi espíritu:

-Cuando conozcamos todos esos mundos y el placer y la sabiduría de todas las cosas que contienen, ¿estaremos tranquilos y satisfechos?

Y mi espíritu dijo:

-No, ganaremos esas alturas sólo para seguir adelante.

 

Walt Whitman

 

 

Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestros ojos volverán a brillar. Si no perdemos el contacto con ese niño, no perderemos el contacto con la vida. Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a alegrarse sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.

 

Paulo Coelho

 

 

El hecho de que sea irrepetible es lo que hace tan dulce la vida.

 

Emily Dickinson

 

 

La vida es demasiado breve para ser pequeña.

 

Benjamín Disraeli

 

 

No ceses de llamar y la alegría de dentro finalmente abrirá una ventana para ver quién está ahí.

 

Rumi

 

 

Siéntate ante un hecho como un niño y prepárate para abandonar toda noción preconcebida. Sigue dondequiera, humildemente, cualquier abismo que te ofrezca la naturaleza o nada aprenderás.

 

Thomas Henry Huxley

 

 

Lo más hermoso que podemos experimentar es lo misterioso. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos. Aquél a quien esta emoción le resulta extraña, aquél que ya no puede hacer una pausa y maravillarse ni detenerse y quedarse atónito, bien podría estar muerto; sus ojos se han cerrado.

 

Albert Einstein

 

 

El silencio es el sonido más fuerte que existe.

 

Lao-Tsé

 

 

En el silencio esperan todas las melodías imaginables.

 

Ludwig Van Beethoven

 

 

El hombre busca la multitud para ahogar el clamor de su propio silencio.

 

Rabindranath Tagore

 

 

Cuando no se tiene imaginación, morir es poca cosa. Cuando se tiene, morir es demasiado.

 

Louis-Ferdinand Céline

 

 

Y puedo cambiar. Puedo vivir a partir de mi imaginacióny no de mi memoria. Puedo relacionarme con mi potencial ilimitado en lugar de hacerlo con mi pasado limitador. Puedo convertirme en mi propio creador.

 

Stephen Covey

 

 

Nunca tengas miedo a nada. Nunca te dejes llevar por los engaños y la tentación de los sufrimientos. Tu vida está en tu interior. Lo que des de ti, se transformará en tu riqueza.

 

Carlo Nessi

 

 

Muchas veces las circunstancias fuerzan cambio y transformación en nuestras vidas, circunstancias con las cuales no nos sentimos a gusto y que crean dolor. En ese sentido, el dolor se convierte en ayuda espiritual porque él nos dice que algo anda mal. Si no sintiéramos dolor seguiríamos con el problema en lugar de buscar una solución.

 

Leo Booth

 

 

Felicidad es no necesitarla.

 

Séneca

 

 

Sólo puede ser feliz siempre el que sepa ser feliz con todo.

 

Confucio

 

 

Lo mismo tarda uno en ver el lado bueno de la vida que en ver el malo.

 

Jimmy Buffet

 

 

El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos.

 

Francisco de Quevedo

 

 

El arte de vivir consiste menos en eliminar nuestros problemas que en aprender a convivir con ellos.

 

Bernard Baruch

 

 

La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito.

 

Ralph Waldo Emerson

 

 

Aprendemos a ser sabios más por el fracaso que por el éxito. Con frecuencia hallamos lo que convendrá, descubriendo lo que no conviene y, probablemente, el que no cometió nunca un error, nunca descubrirá nada.

 

Samuel Smiles

 

 

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