NO ME DEJÉIS CAER

 

 

 

La más importante y duradera relación que podéis entablar comienza cuando traéis un hijo al mundo; vuestro papel como padres perdura toda la vida. El papel más trascendente de los padres es querer y criar a sus hijos de forma que abriguen sentimientos de alta autoestima y de alta auto confianza.

 

El adulto medio probablemente pasa cincuenta años de su vida intentando superar los cinco primeros, por eso lo mejor que los padres pueden hacer por sus hijos es proporcionarles el apoyo afectivo y emocional que necesiten para crecer y desarrollarse creándoles un clima propicio en el que se sientan totalmente queridos por las personas más entrañables de su vida.

 

Al igual que una planta necesita sol y lluvia, el niño necesita cariño y protección.

 

El fracaso de muchos padres en cuanto a proporcionar suficiente cariño a sus hijos ocurre principalmente porque estos padres no se quieren a sí mismos, tienen una baja autoestima y encuentran una gran dificultad en darles a sus hijos más amor que el que sienten por ellos mismos.

 

Igualmente, los padres a menudo tienen la equivocada idea de que los niños nacen para satisfacer sus expectativas y tienen roces con sus hijos cuando sienten que no están dando la talla en lo que ellos esperaban que fueran o hicieran. Si la conducta del niño difiere de lo que esperan sus padres, dicha conducta merece la crítica y la desaprobación de éstos.

 

Sin realmente quererlo, le retiran el afecto y el apoyo. Pisotean la línea vital de los sentimientos del hijo. El niño siente entonces la falta de cariño, lo cual pone los cimientos para que más tarde aparezcan problemas de personalidad.

 

Toda conducta negativa o antisocial es un grito de ayuda, un intento de librarse de esos sentimientos de culpa, de enojo y de resentimiento que la crítica descalificadora empieza a despertar en nuestro ánimo desde los albores de nuestra existencia.

 

Tus hijos no son de tu propiedad. Tus hijos son de ellos mismos. Son un don de las alturas y, por ello un don temporal. Tus hijos han sido enviados por Dios y tu tarea consiste en quererlos y cuidarlos hasta que sean mayores.

 

Trátalos como si fueran unos dones preciosos puestos bajo tu custodia por un corto espacio de tiempo. Tu misión no es forzarles a que se conviertan en lo que tú quieres, sino alentarles a que desarrollen su propia particularidad e individualidad.

 

Cada niño es distinto a los demás y llega al mundo con su propia agenda y sus propios talentos, intereses y capacidades. Lo que tu hijo haga y llegue a ser es algo que posiblemente no se conocerá hasta mucho más tarde.

 

La misión del niño no es satisfacer las expectativas que de él tengan los padres, sino desarrollarse y madurar hasta el límite de su capacidad.

 

Si consideras a tus hijos como un preciado don que puedes disfrutar por poco tiempo, verás tu papel de padre de forma diferente. Cuando celebras y estimulas la naturaleza especial de tu hijo, éste crece como flor a la luz del sol.

 

Pero, si tratas de que tu hijo sea algo para lo cual no ha nacido, su espíritu se debilitará y su futura capacidad de felicidad y alegría se secará como las hojas de un árbol en otoño.

 

Tu mundo externo de relaciones reflejará tu mundo mental interno y tu verdadera personalidad. Lo que vuestros hijos sean y en lo que se conviertan, será un reflejo bastante fiel de lo que sois como persona.

 

Siempre que tengáis algún problema con vuestro hijo, mirad en vuestro espejo interior y preguntaos qué tenéis vosotros que podría estar causando esta situación.

 

Muchos padres culpan y critican a sus hijos cuando estos hacen algo que no les gusta. Los buenos padres ven en ellos la causa primaria del comportamiento de sus hijos.

 

Brian Tracy

 

 

 

Cuando se detiene el desarrollo de un niño, cuando se reprimen los sentimientos, sobre todo los de la rabia y el dolor, se llega a un adulto con un niño enfadado y dolido dentro. Este niño contaminará de forma inconsciente el comportamiento de la persona adulta. Puede parecer absurdo que un niño pequeño pueda seguir viviendo en un cuerpo adulto, pero este niño interno del pasado, abandonado y herido, es la fuente principal de la miseria humana. Hasta que no lo recuperemos y defendamos, seguirá exteriorizándose y contaminando nuestra vida adulta.

 

John Bradshaw

 

 

Para fomentar el pensamiento flexible entre los niños o los adolescentes, hay que permitirles equivocarse, aceptar que duden, inducirlos a que se revisen y actualicen a sí mismos, desarrollar en ellos la creatividad y el pensamiento divergente, inculcarles el pluralismo y los principios democráticos. Una premisa: no hay nada más peligroso que una idea, cuando es la única que se tiene, por lo tanto que tengan muchas ideas, además de un núcleo duro, no inamovible, sino duro. Enseñarles a explorar, a ser curiosos o mantener el asombro a flor de piel, dejarlos expresar sus puntos de vista, fomentar la autocrítica, eliminar todo tipo de prejuicios y autoritarismo. Pero lo más importante: los niños hacen más lo que ven hacer que lo que se les diga que hagan. Fomentar la flexibilidad entre los jóvenes implica que los no tan jóvenes seamos menos rígidos.

 

Walter Riso

 

 

El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que hay que encender.

 

Michel de Montaigne

 

 

Los niños necesitan modelos más que críticos.

 

Joseph Joubert

 

 

Lo que se de a los niños, los niños darán a la sociedad.

 

Karl Menninger

 

 

Antes tenía seis teorías sobre el modo de educar a los niños. Ahora tengo seis hijos y ninguna teoría.

 

Lord Rochester

 

 

De tal palo, tal astilla.

 

Anónimo

 

 

Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene.

 

José Martí

 

 

Un padre es un hombre que espera que sus hijos sean tan buenos como él hubiera querido ser.

 

Carolyn Coats

 

 

Yo soy rebelde porque el mundo me hizo así

Porque nadie me ha tratado con amor

Porque nadie me ha querido nunca a mí.

 

Yo soy rebelde porque siempre sin razón

Me negaron el cariño que pedí

Y me dieron solamente incomprensión.

 

Y yo quisiera ser como el niño aquél

Como el hombre aquél que es feliz

Y quisiera dar lo que hay en mí

Todo a cambio de una ilusión

Y cantar y reír y olvidar mi dolor.

 

Manuel Alejandro «Yo Soy Rebelde»

 

 

El problema con la familia es que los hijos abandonan un día la infancia, pero los padres nunca dejan la paternidad.

 

Osho

 

 

No es la carne y la sangre sino el corazón lo que nos hace padres e hijos.

 

Friedrich Von Schiller

 

 

Vive tu vida como te gustaría que tus hijos vivieran la suya. Tener hijos no lo convierte a uno en padre,  del mismo modo que tener un piano no lo vuelve pianista. Nunca se siente más seguro un niño que cuando sus padres se respetan.

 

Michael Levine

 

 

Conceded importancia a mis aspiraciones, pero no me dejéis caer.

 

Marie Haddou

 

 

 

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