MAESTROS DEL AMOR INCONDICIONAL

 

 
 
A ellos no les importa que sus padres sean altos o bajos, delgados o gordos; no les importa el color de su piel, sus creencias religiosas o incluso que no tengan ninguna religión. Los aman incondicionalmente.
 
El poder del amor incondicional radica en su inocencia.
 
No saben del ayer o el mañana ni de la hora que es, sino que creen que este instante es el único tiempo que existe, que este instante es un tiempo para el amor.
 
Una parte de ellos les identifica como seres espirituales; iluminan cualquier lugar en el que se encuentran con la muy especial luz del amor que ellos encarnan. Saben que son la luz del mundo.
 
No necesitan palabras para comunicarse porque una parte de ellos sabe que la forma de comunicación más elevada en este mundo es la comunicación de amor de corazón a corazón, que siempre tiene lugar sin palabras.
 
Les enseñan a los padres a tener una paciencia que éstos ignoraban poseer, y esa paciencia infinita es una parte integral del amor incondicional.
 
Les enseñan a los padres el poder de la bondad y la ternura.
 
Les enseñan a los padres que nuestras mentes están siempre unidas y que podemos presentir lo que le está sucediendo al otro aun sin estar en el mismo lugar.
 
Saben de corazón que cuando uno da amor, éste siempre es recibido, y que dar es recibir.
 
Estas son algunas de las lecciones de amor incondicional que los recién nacidos les dan a sus padres. Los recién nacidos son magníficos maestros del amor incondicional porque no juzgan a sus padres sino que los aceptan enteramente, tal como son.
 
Centro de Curación por la Actitud
 
 

Una joven pareja acababa de traer a su casa a su segundo hijo, recién nacido. Era un domingo por la tarde, y la hija de tres años de este matrimonio se puso a insistir en que quería ir al dormitorio del bebé ella sola. A los padres les sorprendió la intensidad de la petición de la niña. Percibieron algo muy urgente y vital en la súplica, algo que venía de lo más hondo de ella. Al principio sospecharon que la motivación de la niña podían ser sus celos hacia el hermanito y les preocupó la posibilidad de que le hiciera daño al bebé. Lo hablaron entre ellos y decidieron que, como había un intercomunicador entre su habitación y la del bebé, podrían escuchar y asegurarse de que todo estaba bien. La pequeña entró sola en la habitación del bebé, mientras los padres escuchaban. La oyeron cerrar la puerta y luego escucharon sus pasos acercarse a la cuna. Hubo un momento de silencio, y entonces oyeron la voz de su hija que le susurraba suavemente al hermanito:

-Bebé, hazme acordar cómo es Dios. Estoy empezando a olvidarlo.

 
Diane Cirincione
 
 

Una de mis hijas vino y se me quejó:
-¿Cómo es que en la televisión eres tan inteligente y resuelves los problemas realmente difíciles que tiene la familia en sólo treinta minutos, mientras que en casa eres tan lento?
-Es que en la televisión tengo buenos guionistas –repliqué rápidamente. Y en lo que concierne a ti, recuerda que tú no llegaste a nuestras vidas con un manual de instrucciones, ¡y estamos haciéndolo lo mejor que podemos!

 

Robert Young, actor

 

 

Recordemos que cada niño viene al mundo con un carácter único y diferente y con una serie de talentos muy especiales. Nuestra responsabilidad como padres consiste en inculcarles ciertos valores que les servirán para construir su vida y la relación con los demás, comprendiendo y respetando su verdadera esencia; además de apoyarlos a desarrollar sus talentos y a fortalecerlos frente a sus debilidades.

 

Maytte Sepúlveda

 

 

Tenemos que desmitificar a nuestros padres para tratar con ellos en un plano humano.


John Bradshaw

 

 

La patología en nuestra relaciones parentales a menudo se debe a que tenemos una necesidad y un anhelo dolorosamente profundos de unirnos a nuestros padres, sea cual fuere la forma externa que pueda asumir esa relación en determinado momento. Anhelamos tanto su aprobación y su amor, que estamos dispuestos a unirnos a ellos en su insensatez para obtenerlos.

 

Dr. Gerald Jampolsky

 

 

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