LA FELICIDAD FORMA PARTE DE TI

 

 

 

 

 

 

Tú puedes cambiar el mundo. ¿Cómo puede cambiar el mundo un solo hombre? Cambiándose a sí mismo. Cuando un hombre se sumerge en el océano de la Luz, todos los hombres son alcanzados por la bondad de su fulgor. Has de desear el cambio en ti, estar abierto a que la transformación tenga lugar en tu interior. Pero si intentas provocarla comenzará una guerra en tu corazón que te dejará maltrecho y herido. Simplemente, abre tu corazón, y deja que la transformación tenga lugar cuando la Vida lo considere oportuno.

 

 

Cuando la vida te pida que dejes caer las viejas hojas de tu mente y de tu corazón, no dudes en hacerlo, para que tu alma pueda disponer de un vestido nuevo cada primavera.

 

A veces lo que nos parece feo, disonante y erróneo realiza hermosos trabajos que no superaría la más bella de las criaturas.

 

En la naturaleza del hombre está escrito amar; con un amor grande como el océano, un amor que todo lo abarca. El hombre tan sólo debe lanzarse a las mareas de la Vida con el corazón abierto, y su propia naturaleza hará el resto. Es el Amor el que traerá la transformación en tu alma, y con ella vendrá la transformación del mundo. Cuando un hombre alcanza el amor, el universo se estremece en su gloria.

  

La Belleza está en la mirada que contempla. Si la mirada es lo suficientemente atenta, encontrará a la diosa Belleza allá donde mire, porque Ella dio a luz todo lo que existe. Deja que la luz de tu alma salga por todos los poros de tu piel, y todo el mundo verá en ti la más radiante Belleza.

 

No hay nadie sabio y bueno, pues la sabiduría y la bondad son como un agujero en el suelo; cuanto más grande es, más vacío lo encuentras.

 

El pájaro no entiende de los mecanismos del vuelo y, sin embargo, vuela, Está en su naturaleza volar, como está en la naturaleza del hombre alcanzar el Amor.

 

Algunos amigos me hicieron daño cuando nuestros caminos se separaron. Tal vez no supe entenderlos. Quién sabe. Un día, en tu camino aparece alguien, y compartes con él tu vida, tus esperanzas. Luego, llega un día en que los caminos de nuestras vidas se separan, y con el dolor del alma en la mirada extiendes los brazos intentando tocar una vez más las yemas de sus dedos en la nada.

 

Hay quienes sin atreverse a caminar solos por la vida, se aferran, como el naufrago a un madero, a quien les muestra una puerta hacia la luz, con la esperanza de que sea otro el que les saque del dolor y el sufrimiento, sin darse cuenta de que nadie puede hacer el camino por ellos, sino tan sólo mostrarles el sendero.

 

Para alcanzar la felicidad, no la busques. Todo el mundo busca la felicidad y muy pocos la encuentran. Todo el mundo se pasa la vida persiguiendo un sueño por realizar y, cuando lo consiguen, alcanzan una felicidad que ellos creen que durará eternamente. Pero pasado un tiempo vuelven la monotonía y la desilusión, y todo el mundo vuelve a buscarse un nuevo sueño por cumplir, hasta que lo consiguen y vuelven a caer en la desilusión, y así sucesivamente. La felicidad duradera no se alcanza. No se puede alcanzar algo que siempre ha estado contigo.

 

Siempre hemos sido felices, pero sólo nos damos cuenta cuando ha pasado el tiempo, y la distancia nos permite ver la totalidad de lo vivido. La felicidad siempre ha estado en ti; nunca te ha abandonado. Ni siquiera cuando la vida te ha hecho pasar por el dolor y la amargura. Sólo que no la veías, tu obcecación por encontrarla y por huir del dolor no te dejaba verla.

 

Pon atención a tu vida, a lo que te rodea, a lo que sientes y descubrirás que eres feliz ya, en este momento, que la felicidad forma parte de ti, porque la felicidad es como una verde pradera en donde baila la vida sus danzas de vida y muerte, de amor y soledad. No busques la felicidad. Si deseas buscar algo, busca la vida.

 

No confundas la inteligencia con la sabiduría, y no desees tener algo que no necesitas para cumplir la misión que la Vida te ha encomendado. Ella le da a cada uno lo que necesita para hacer lo que tiene que hacer, y le da esa sabiduría en su propia naturaleza para que, sin ningún esfuerzo, pueda hacer las cosas necesarias en el momento necesario.

 

El camino más corto siempre es el más difícil, y sólo lo pueden recorrer los esforzados y valerosos.

 

Nada sucede porque sí cuando el corazón está dispuesto a escuchar. Abre tu corazón a la Vida. Escúchala. Y los mensajes se harán claros a tu alma bajo el grato manto del silencio.

 

Grian

 

 

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