ES LA HORA DEL DESTINO

 

 
 
Una pareja de New Jersey tenía un invernadero junto a su casa, el cual estaba repleto de flores, incluso de narcisos, muy difíciles de cultivar en invernadero.
 
Una tarde de Enero la pareja salió de casa para acudir a su ensayo en la orquesta de aficionados en una población cercana a la suya. Pensaron que no sería mala idea llevarse un ramo de narcisos para regalarlo a sus compañeros y amigos y engalanar el local con brillantes colores naranja, amarillo y rojo y así añadir un poco de color a esa fría velada de invierno.
 
Cuando llegaron a la ciudad, el marido tomó un camino poco frecuente que discurría junto al río. Nevaba y la zona parecía deshabitada a excepción de un pequeño punto en el que se distinguía la figura de una mujer que caminaba sola. La reconocieron, era la madre de su primer vecino.
 
Detuvieron el vehículo para preguntarle si deseaba que la llevaran a algún sitio. Parecía un poco confusa, pero finalmente les dijo hacia dónde se dirigía y allí la condujeron. Cuando se bajó del coche le regalaron el ramo de flores.
 
Al cabo de unos tres días recibieron una nota procedente de aquella señora, en la que les agradecía su ofrecimiento, las flores, y les decía lo mucho que ese gesto había significado para ella. Añadía que toda su vida había sido enfermera, hasta su jubilación.
 
No quería ser una carga para su familia y por eso se proponía arrojarse al río, a menos que Dios le enviara alguna señal de que todavía la necesitaba en la tierra. Ese ramo de flores le había salvado la vida.
 
Dr. Wayne Dyer
 

Una de las grandes ironías de la vida es que, sin importar cuánto temamos al cambio, con frecuencia rezamos para que nuestras vidas cambien de alguna manera. Reconocemos que el cambio es constante, que nada permanece igual para siempre y, sin embargo, nos aferramos a la idea de que identificaremos con facilidad el cambio y de que, sobre todo, éste ocasionará un trauma mínimo.

Otra ironía es que, a pesar de todos nuestros temores al cambio, creemos que para que algo sea significativo en nuestras vidas, debe ser magnífico, obvio, grande sonoro y tener un resultado garantizado. Sentimos una desconfianza inherente hacia lo sutil; en especial hacia cualquier cosa que se toma su tiempo para realizarse.

No obstante, la verdad es que los acontecimientos más significativos que han dado forma a nuestras vidas han sido, por mucho, los más pequeños y sutiles.

Incluso dentro de los más grandes traumas de la vida, como la pérdida de un ser amado, un accidente mayor, la repentina pérdida de un empleo, un divorcio o cualquiera de los demás sufrimientos de la vida, lo que más recuerda el individuo tras el paso de los meses y cuando comienza a hablar acerca del doloroso suceso son las interacciones sanadoras o llenas de gracia que ocurrieron durante los momentos más oscuros.

Una conversación con la persona adecuada en el momento preciso tiene el poder de reestructurar toda nuestra vida y, de hecho, toda tu vida se ha formado justo de esa manera: a través de sucesos y encuentros con individuos significativos, cuyos momentos estelares no duraron más de sesenta segundos.

Sin embargo, como resultado de esos sesenta segundos, el camino de tu vida se modificó de manera muy profunda. Tal vez tu encuentro te condujo a un despertar espiritual o quizás abrió la puerta hacia el dominio cósmico; el cual, en última instancia, te motivó a examinar el significado y propósito de tu propia vida.

Para algunos, su momento de sesenta segundos rompió las barreras de los dolores del corazón y las heridas emocionales que impedían la sanación y la construcción de relaciones adultas saludables.

Siempre he tenido fe en que nuestras vidas no son eventos azarosos, que somos importantes para un ser divino; pero, sin importar cuánta fe creamos tener, aún nos sobrecoge la reverencia y nos maravillamos cuanto un momento que se desarrolla en nuestras vidas nos hace despertar justo el tiempo necesario para reconocer la presencia de dios en cada detalle de nuestras vidas.

Uno de esos momentos es suficiente para inspirar una dirección distinta de vida o disolver cualesquiera temores acerca de vivir y morir.

Caroline Myss

 
 
¡Soy señora de los destinos humanos! La fama, el amor, la fortuna siguen mis pasos. Recorro ciudades y campos, penetro en remotos desiertos y mares, y al pasar por chabolas, mercados y palacios, tarde o temprano llamo una vez a cada puerta. Si duermes, despierta; si celebras, levántate antes que me vaya. Es la hora del destino y quienes me siguen alcanzan todo aquello que desean los mortales, y vencen a todo enemigo salvo la muerte; mas los que dudan o titubean, condenados al fracaso, la penuria y la aflicción, me buscan en vano e imploran inútilmente. ¡Respondo que no, y nunca más regreso!
 
John James Ingalls
 
 
La naturaleza no gasta bromas; siempre es sincera, seria e inexorable; siempre lleva razón y los errores y los fallos provienen siempre del hombre. Desdeña al hombre que es incapaz de apreciarla en su justa medida y sólo se doblega y revela sus secretos al apto, al puro y al sincero.
 
Johann Goethe
 

El pensamiento produce resultados. Cuando deseas algo, te apegas conscientemente a obtenerlo como sea. Por el contrario, cuando esperas algo, dejas que tu poderoso inconsciente se sincronice con el Universo para que se cumpla.

Lo que esperas se materializará en cualquier momento por lo que hay que estar alerta y con la mente consciente para no dejar pasar dicha oportunidad.

Muchas personas desean obtener algo pero no entienden que el Universo opera de manera natural y con el menor esfuerzo, al igual que la tierra gira alrededor del sol o el agua fluye montaña abajo. Al no conseguir lo que desean, se olvidan del asunto.

A partir de este momento, el deseo se convierte en esperanza y pasa del consciente al inconsciente con lo que se incrementan notablemente las posibilidades de que se cumpla lo que una vez fue un deseo.

El problema radica en que cuando la oportunidad o el resultado se presenta, la persona se encuentra operando con la mente inconsciente o piloto automático, y deja pasar ante sus ojos lo que alguna vez deseó.

Elias Benzadon

 

Antes me la pasaba buscando, ahora espero.
 
Facundo Cabral
 

Haré una lista de mis deseos; llevaré esta lista conmigo a dondequiera que vaya. Leeré esta lista antes de hacer meditación y de entrar en silencio. La leeré cuando me despierte por las mañanas. Liberaré esta lista de mis deseos y me rendiré al seno de la creación, creyendo que cuando las cosas no son como yo quisiera, hay una razón, y que el plan cósmico ha diseñado para mi más grandeza que aquella que yo haya podido concebir.

Deepak Chopra

 
 
Un hombre dijo al Universo:
-¡Señor, existo!
Sin embargo, replicó el Universo:
-Esa circunstancia no ha creado en mí sentido alguno de responsabilidad.
 
Stephen Crane
 
 
Estar atentos de ver la oportunidad con tacto y coraje, y saber aprovecharla con fuerza y persistencia, logra forjar oportunidad en su máxima ejecución; éstas son las virtudes que nos encaminan al éxito.
 
Austin Phelps
 
 
El talento usa las oportunidades, el genio las crea.
 
John Panin
 
 
Hay una marea en los asuntos del hombre, que al llegar a ella, los conduce a la fortuna; al omitirla, todo el viaje de su vida estará envuelto en miserias. Debemos tomar la corriente cuando es conveniente
o perder la aventura.
 
William Shakespeare
 
 
Todo el curso de las cosas fluye para enseñarnos fe.
 
Ralph Waldo Emerson
 
 

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