ES ALGO QUE NOSOTROS CREAMOS

 

 

 

 

 

Posiblemente, lo que todos anhelamos más en la vida sea el amor y las relaciones amorosas. En lo más profundo de nuestro ser, lo que más deseamos en el mundo es amor. Todos buscamos establecer una relación especial. ¿Por qué, entonces, tanta gente vive una vida solitaria, buscando, esperando, pero en muy pocas ocasiones encontrándola?

 

El amor no es el resultado de la suerte o del destino, no es algo que nos sucede, es algo que nosotros creamos y todos tenemos el poder y la capacidad de hacerlo. Todos podemos amar y ser amados, todos tenemos la capacidad de crear relaciones amorosas. No importan las circunstancias en las que nos encontremos, la vida puede cambiar y está en nuestras manos hacerlo. La vida puede ser todo aquello que debería ser: gozo, misterio y amor en abundancia.

 

La gente comete el error de creer que, si tienen suerte, se enamorarán; se imaginan que un día irán andando por la calle y, de repente, verán a alguien y les dará el flechazo. Pero eso no es amor, es atracción física.

 

No cabe duda de que el amor puede crecer de una atracción física mutua, pero el amor verdadero nunca puede ser sólo físico. Para amar, para amar realmente, debes comprender a esa persona, necesitas conocerla y respetarla. Es preciso que su bienestar te preocupe de verdad.

 

No es posible conocer a alguien sólo por su apariencia física. Para amar a una persona de verdad debes verla por dentro, su naturaleza, su espíritu o su alma. Hay cosas que no pueden contemplarse con los ojos.

 

En el amor lo esencial sólo puede verse con el corazón. Por eso, una relación duradera basada en el amor verdadero no es una casualidad, algo que suceda por accidente o que sea el producto de la suerte. Tiene que construirse y cuidarse.

 

Si quieres que te amen, tú tienes que amar primero. Todos tenemos el poder de amar y de que nos amen y la capacidad para crear relaciones amorosas en nuestra vida. Por es tan triste que la gente decida vivir sin amor. Alguna gente decide no amar para evitar el dolor que la separación y la pérdida producen.

 

El amor está disponible para todo el mundo, pero debemos elegirlo. La vida está repleta de elecciones. Podemos elegir llevar la razón o que se nos ame; podemos elegir el perdón o la venganza, la soledad o la compañía. Siempre hay que hacer elecciones. Las personas que no cuentan con una relación  amorosa en la vida es porque, consciente o inconscientemente, lo han decidido así.

 

Muchas personas cometen el error de pensar que el amor sólo entrará en sus vidas cuando encuentren a la persona de sus sueños. Creen que sabrán lo que es el amor tan pronto como su «media naranja» entre en sus vidas. Pero lo cierto es que nunca encontrarán amor fuera, a menos que antes lo encuentren dentro de sí mismos.

 

En la vida logras lo que eres y eres lo que logras. Las relaciones no aportan el amor, nosotros ponemos amor en la relación. Cuando somos cariñosos, una relación cariñosa surge inevitablemente.

 

Si deseas amor, debes renunciar a tus miedos y estar dispuesto a no dejar pasar las oportunidades que surjan. A todos se nos ofrecen a diario muchas oportunidades, pero muy a menudo, las dejamos pasar por nuestros temores e inseguridades.

 

No puedes lograr una relación amorosa a menos que aprendas a amar. Cualquiera puede aprender a amar ya que es el estado más natural del mundo: amarte a ti mismo, a los demás y a la vida. Sean cuales sean nuestras circunstancias o posición en la vida, todos tenemos la capacidad de amar y ser amados, de disfrutar del amor en abundancia

 

Todos llegamos a ser aquello que pensamos. Si abrigas pensamientos de rabia, experimentarás rabia; si los abrigas de entusiasmo, te sentirás entusiasmado; si tienes pensamientos felices, experimentarás felicidad y si abrigas pensamientos de amor, experimentarás amor.

 

Todos elegimos lo que deseamos pensar, lo que sucede es que en el curso de nuestra educación se nos enseña a elegir pensamientos equivocados. Le enseñamos a la gente a que juzgue a los demás, a que discrimine a los que son diferentes. Ama a un niño y el niño te devolverá su amor, simplemente porque es parte de nuestra naturaleza amarnos mutuamente.

 

El problema es que la percepción que un niño posee del amor depende principalmente de sus padres. La forma en que los padres tratan a sus hijos y se comportan entre sí determinará cómo el niño percibe el amor. Por eso tenemos que aprender de nuevo qué es el amor y qué significa dar amor. Debemos cambiar nuestras actitudes y creencias y, por tanto, nuestros pensamientos. Para ellos hacemos uso de las afirmaciones.

 

Una afirmación es una aseveración que haces en voz alta o en silencio y que, si repites lo suficiente, cambiará tus pensamientos y creencias. Las afirmaciones cambian nuestros pensamientos y creencias subconscientes. Nuestros pensamientos determinan nuestra acciones, las acciones producen nuestra conducta y la conducta conforma nuestro destino.

 

Las afirmaciones te ayudan a cambiar las creencias subconscientes, pero después debes considerar conscientemente lo que el amor significa para ti y qué significa amar a alguien.

 

Amar a alguien es cuidar de esa persona, es estar allí cuando te necesite, ayudarla, cuidar siempre de su bienestar, es pensar en sus necesidades y deseos. Si deseas tener relaciones con verdadero amor, debes considerar las necesidades de los demás. Y para eso necesitamos ponernos en su situación, intentar ver las cosas desde su perspectiva.

 

El problema es que la gran mayoría de las veces sólo pensamos en nuestras propias necesidades y no en las de los demás. Si no pensamos en las necesidades de los demás, es muy difícil mostrar amor hacia ellos.

 

Todo comienza con un pensamiento: los pensamientos amorosos conducen a acciones y experiencias amorosas. Tus pensamientos no sólo te ayudarán a atraer relaciones basadas en el amor, sino que además te ayudarán a reconocer a la pareja de tus sueños cuando entre en tu vida, al saber de antemano quién es tu pareja ideal pensando en los atributos que deseas ver en esa persona.

 

El amor no es ciego, pero el deseo sexual y la atracción sí lo son; si no has pensado de antemano en los atributos de tu pareja, es muy fácil acabar con alguien totalmente incompatible. Si te creas una imagen mental de la persona con la que te gustaría compartir el resto de tu vida, es mucho más probable que la reconozcas cuando aparezca.

 

Esa es precisamente la esencia del poder del pensamiento; para atraer algo o a alguien a tu vida, primero debes imaginarte que ya está ahí. Tu capacidad de amor y de ser amado, de crear relaciones duraderas y con corazón, tu capacidad para atraer a tu pareja ideal, comienzan con el poder de tus pensamientos.

 

Una de las razones por la que no hay amor en la vida de muchas personas es porque no se aman a sí mismas. Si no respetas, no puedes amar. No puedes amar a nada o a nadie a menos que antes lo respetes. Y la primera persona que merece tu respeto eres tú. Si no te respetas no puedes amarte, y si no te amas es muy difícil amar a los demás.

 

Mucha gente no se respeta a sí misma, Las razones son múltiples: no les gusta su físico, voz, personalidad o inteligencia; dejan de mostrar respeto por sí mismas y se consideran inferiores a los demás. Debemos aprender a aceptarnos, a apreciarnos, independientemente de lo que la gente diga de nosotros.

 

Tenemos que aprender que todo tiene un lugar en el mundo, que todos somos únicos y especiales. Nunca ha existido nadie como tú y nunca existirá. Ese hecho en sí hace a cada ser humano, a cada alma digna de respeto.

 

Cuando te preguntas qué respetas en ti, tu cerebro buscará invariablemente una respuesta. También es muy útil plantearse esa misma pregunta con otras personas, especialmente con gente que nos desagrada. Tu mente se centrará en lo que respetas en ellas en vez de en lo que te disgusta. Una vez que esto suceda, te resultará más fácil mostrarte más cariñoso y comprensivo con ellas al actuar de una forma más bondadosa y considerada hacia los demás.

 

Hay mucha gente que trata a los demás como si no valiesen nada, pero lo cierto es que todos procedemos del mismo Creador, todos estamos hechos a la imagen y semejanza de Dios. Uno de los peores errores que se puede cometer en la vida es infravalorar el poder de un individuo. Toda persona tiene el poder de cambiar el mundo y, a su manera, cada persona lo hace. Cuando respetamos el verdadero valor de los demás, comenzamos a tratarlos de forma diferente.

 

La gran mayoría de los problemas que tenemos en el mundo surgen porque perdemos el respeto a nosotros mismos, a los demás y a la vida; perdemos la capacidad de amar. Si respetásemos las creencias de los demás, podríamos empezar a querernos mutuamente.

 

Una vez que has descubierto tu propia valía, empiezas a ver la de los demás y los respetas por ello. Sólo después de respetarte y quererte empiezas a sentirte cómodo en la presencia de otras personas. Cuando buscas en los demás atributos dignos de respeto, tu actitud hacia ellos cambia y te resulta más fácil mostrarte cariñoso.

 

Si quieres recibir amor, todo lo que tienes que hacer es darlo. Y cuando más des, más recibirás. El amor es como un bumerán, siempre vuelve a ti. Es posible que no proceda de la misma persona a la que tú se lo diste, pero de una manera u otra volverá. Y volverá con creces.

 

Lo que no debes olvidar es que a diferencia de las posesiones materiales o del dinero, el amor es una fuente inagotable y todos podemos dar sin miedo a que se acabe. Cuando damos, no perdemos nada. De hecho, la única manera de secar el amor es si no lo entregamos.

 

Uno de los problemas que muchos tenemos es que no queremos ser los primeros en dar, sólo damos después de recibir. Con demasiada frecuencia el amor es condicional. Esperamos a que la otra persona dé el primer paso; pero así, muy poca gente logra conocer el amor: se pasan la vida esperando a que alguien les ame antes. El amor verdadero es incondicional, consiste en no pedir nada a cambio.

 

Si deseas conocer el amor abundante, debes estar dispuesto a dar amor incondicionalmente, sin exigir nada a cambio. De otra manera, no es amor. Un regalo no es un regalo si no se entrega voluntariamente, y el amor no es amor si no se ofrece sin condiciones. Por esta razón una de las formas más maravillosas de experimentar las delicias del dar y del amor es mediante la práctica de actos bondadosos.

 

La entrega es una manera segura de garantizar la felicidad y el amor duraderos entre dos personas. Si te centras en lo que deseas ofrecer en una relación, en vez de en lo que deseas sacar de ella, nunca te equivocarás. Toda relación consiste en dar y tomar; si deseas tomar más de lo que das, acabarás experimentando problemas en la relación.

 

Si te centras en lo que puedes darle a tu pareja, nunca puedes equivocarte. Antes de comprometerse a una relación de por vida, la gran mayoría de la gente sólo piensa en lo que su pareja podrá darles. Si modificaran un poco su perspectiva y se preguntasen qué pueden hacer ellos por su pareja, estarían concentrándose en lo que ellos pueden aportar en vez de estar ofuscados por lo que sacarán de ella.

 

De este modo, estarían manifestando una actitud amorosa que contribuiría a crear una relación con amor. Siempre y cuando des, siempre y cuando contribuyas con algo, encontrarás el amor.

 

Si deseas encontrar un amor verdadero, primero debes buscar a una amiga verdadera. Si lo que deseamos es amor en abundancia, si lo que deseamos es un amor para toda la vida, debemos mirar más allá de la mera apariencia física. El amor verdadero se basa en la amistad, no en la atracción física.

 

La verdadera base de una relación amorosa y duradera se construye compartiendo creencias, metas y aficiones, además de buscando el respeto y la admiración mutua. Mucha gente aún comete el error de creer que el amor surge de la atracción física, pero el aspecto físico es efímero y desaparece con el paso del tiempo.

 

Por otro lado, un amor basado en la amistad y el respeto crece cada día. Cuando busques a tu pareja, en vez de centrarte exclusivamente en la atracción física que puedas sentir, asegúrate de que comparte tus creencias, valores y metas.

 

Para hacer amigos lo único que se requiere es ser amigable. Para hacerte con amigos especiales, lo que necesitas es mostrarte amigable con la gente que comparte tu sistema de valores y aficiones. Las personas que no tienen realmente una afición, es importante que empiecen a pensar en una afición, que descubran algo que les apasione. No tiene que ser algo demasiado especial.

 

Una vez que encontramos algo que nos guste será más fácil encontrar a alguien que comparta esas aficiones, porque ya tenemos algo en común. Si no tienes nada en común con la otra persona es muy difícil mantener una relación íntima con ella.

 

La gente está demasiado preocupada por encontrar pareja, pero lo cierto es que si se centraran en construir amistades sólidas, lo otro les seguiría. La amistad es un elemento crucial si deseamos crear una relación para toda la vida, ya que es un ingrediente esencial del amor. Al considerar si una persona es nuestra pareja ideal o no, es bueno preguntarse si es mi mejor amiga.

 

Si la respuesta es negativa deberíamos considerar dos veces antes de comprometernos para el resto de nuestra vida en esa relación. Muchas relaciones se han salvado gracias al poder de la amistad. La amistad es algo que puede crearse, todo lo que necesitas hacer es construir una base común, cosas que podáis hacer juntos.

 

Dos personas pueden hacerse amigos de nuevo y, a partir de ahí, reconstruir su relación amorosa, ya que cuando la amistad florece también lo hace el amor.

 

El amor es la fuerza curativa más poderosa del universo, es más poderosa que cualquier medicina. Tocar a alguien encierra un poder tremendo. Crea un vínculo entre las personas y rompe las barreras de una manera que ninguna otra cosa consigue; y todos respondemos a ello. El roce contiene una energía que produce milagros.

 

El contacto físico, los abrazos y cogerle la mano a una persona son muy importantes si deseamos dar y recibir amor. Nos cambia física, mental y emocionalmente. Si deseamos recibir amor en abundancia es esencial que establezcamos contacto físico. No es tan fácil tocar o abrazar a alguien pero eso te da una buena razón para intentar destruir barreras.

 

Recuerda que para amar necesitas ser valiente. Debes estar dispuesto a correr el riesgo del rechazo y del dolor, pero la mayoría de las veces no será necesario porque saldrá bien. La gente se abrirá a tu gesto. Todo lo que tienes que hacer es abrir tus brazos a los demás y verás cómo la gente te abre su corazón. De esta manera experimentarás la energía del amor encendida por el poder del contacto.

 

El amor no puede forzarse. Debemos dejar que las personas que amamos sean libres. Cuando amamos a alguien debemos permitirle tomar sus propias decisiones y vivir a su gusto, en vez de intentar que lo haga de acuerdo a nuestras preferencias. Todos necesitamos nuestro propio espacio; la gente necesita ser libre en una relación, si no es así pronto se sentirán atrapados.

 

Si realmente amamos a una persona debemos respetar sus deseos y necesidades. Si nos aferramos demasiado a alguien, acabaremos ahogándolo emocionalmente. Además, adoptamos esta actitud de excesivo apego por celos, inseguridades y miedos, no por amor.

 

Es importante deshacernos de nuestro apego físico, pero también de cualquier cosa que obstaculice el amor: nuestros prejuicios y enjuiciamientos de los demás. Si tienes prejuicios hacia una persona o un tipo de gente no podrás evitar que tu conducta hacia ellos se vea afectada. Es mucho más difícil tratar con cariño a una persona contra la que tenemos prejuicios.

 

Tener prejuicios significa juzgarla antes de tener la oportunidad de conocerla verdaderamente. La gran mayoría de los prejuicios son ridículas generalidades que no son más que estereotipos.

 

También debemos renunciar a nuestro ego. Muy poca gente es consciente de que nuestro ego es el mayor obstáculo que se interpone entre el amor abundante y nosotros. Antes de iniciar una discusión, pregúntate si realmente es importante que la opinión de la otra persona sea diferente de la tuya y si merece la pena dañar vuestra relación por defender tu punto de vista.

 

Si la respuesta es que no merece la pena, entonces no empieces una discusión. Puedes poner tu energía en ganar una discusión o en ganar amor. Si el amor es tu prioridad, no te preocupes por demostrar que llevas la razón y que la otra persona está equivocada en asuntos sin importancia. En vez de eso, déjalo pasar.

 

Si lo que deseamos es amor, debemos desprendernos de cualquier cosa que se interponga en el camino. Nuestro ego es sólo una de ellas; debemos desprendernos de la rabia, la acritud y el resentimiento. Si deseas experimentar amor abundante debes aprender a perdonar. El resentimiento sólo ayuda a destruir el espíritu, mientras que el perdón libera el alma para que podamos amar.

 

Nadie puede pretender ser perfecto, pero si aprendemos a perdonar los errores de los demás, podremos lograr relaciones perfectas. Todos cometemos errores y, si deseamos que la gente nos perdone por los nuestros, nosotros debemos estar dispuestos a perdonarles por los suyos.

 

La rabia, el miedo y el resentimiento son emociones humanas, naturales, y tienen su lugar dentro de nosotros. Si queremos conocer el amor debemos estar dispuestos a dejar ir esas emociones negativas, a no aferrarnos a ellas. Si te aferras estarás creando una suerte de prisión emocional que te impedirá amar. 

 

Una de las grandes dolencias que afligen a la humanidad es nuestra incapacidad de comunicarnos los unos con los otros. Uno de los mayores problemas que tiene la gente es que, aunque sabe amar, es incapaz de expresar y comunicar el amor que siente. Si verdaderamente deseamos conocer el amor y crear una relación amorosa, debemos estar dispuestos a expresar nuestros sentimientos.

 

No se imagina cómo pueden cambiar las cosas al oír a alguien dándonos las gracias o diciéndonos que nos quiere. Es parte de la naturaleza humana. Todos necesitamos sentir y saber que se nos aprecia. Muchas veces no expresamos nuestros sentimientos ni escuchamos lo que la otra persona está intentando comunicarnos. Si queremos amar, primero debemos aprender a expresarnos; si no podemos comunicar nuestros sentimientos, no podremos recibir ni dar amor.

 

El amor supone compartir y comunicarse con nuestros seres queridos. Pero la comunicación va más allá de la simple expresión de tus sentimientos hacia la otra persona. También supone compartir tus metas, miedos, esperanzas y problemas. Si uno se reserva los problemas que está atravesando, acabará excluyéndose y sintiéndose deprimido. Además, le estará negando a sus seres queridos la oportunidad de ofrecerle ayuda y apoyo.

 

Si la gente quiere conocer el amor y  mejorar sus relaciones, debe aprender a comunicarse. Las personas necesitamos sentir que se nos aprecia para sentirnos amadas. El amor no es algo fijo; se asume que una vez que amamos a alguien, el amor estará presente y durará toda la vida. Pero la verdad es que el amor no es algo estático, es más bien como una planta: crece y florece, o se marchita y  muere.

 

La comunicación es el agua que mantiene vivo el amor. Cualquiera puede aprender a comunicarse con los demás. Lo primero que debes hacer es vencer el miedo. Unas personas temer parecer estúpidas y otras que los demás las rechacen.

 

Procura recordar que cuando te encuentras o estás con una persona, podría ser la última vez que lo hagas. Por tanto, ahora que tienes la oportunidad dile lo que siempre has querido decirle. Uno de los pesares más grandes de la vida es la angustia de no haberle dicho a un ser querido, antes de que muriese, que lo querías o lo importante que era para ti.

 

Necesitamos establecer comunicación con nuestros seres queridos para impedir que los problemas se acumulen en la relación. Muchos problemas suelen surgir porque uno o ambos miembros de la pareja no saben transmitir sus pensamientos y sentimientos. A consecuencia de ello se acumulan resentimientos y rabia que, tarde o temprano, causan que la persona «explote».

 

Si aprendiésemos a comunicarnos adecuadamente, los pequeños malentendidos y aflicciones podrían arreglarse cuando son aún pequeños y de poca monta. La mejor manera de lograrlo es aprender a expresarnos claramente con nuestros seres queridos y a escuchar a los demás cuando hablan de sus sentimientos. Si no establecemos una comunicación fluida, es imposible mantener una relación.

 

Cuando aprendemos a comunicar y a compartir nuestros sentimientos y experiencias de forma abierta y sincera, nuestra vida cambia. La vida es como un bosque; a veces nos perdemos y sentimos confundidos, pero si compartimos nuestras experiencias e impresiones con los demás, el viaje no parecerá tan desalentador y puede que juntos encontremos mejores caminos y modos de vivir.

 

La gente asume que el amor sólo está relacionado con el afecto y el romance, pero es muchísimo más: el amor no existe sin el compromiso. Si quieres experimentar amor en abundancia, si quieres amar y que te amen, si quieres una relación para toda la vida, debes comprometerte a ser «amante». Hasta que no te comprometas en la relación, nunca podrás crear un vínculo estable y basado en el amor.

 

Cuando verdaderamente amas a una persona, te comprometes con ella y con la relación. Te asegurarás de estar siempre ahí cuando te necesite, y nada ni nadie se antepone a ella. Si queremos amor en la vida, debemos hallar maneras de vencer nuestros miedos y estar dispuestos a comprometernos con las personas o cosas que nos son queridas.

 

La falta de compromiso es un problema muy habitual. Después de todo, es completamente natural que, si has sido víctima del rechazo, el ridículo y la aflicción en el pasado, ahora intentes evitarlos. La gente que ha sido herida decide subconscientemente a partir de ese momento no establecer relaciones estrechas e íntimas con otra persona. No están dispuestas a arriesgarse a que la separación y la pérdida les ocasione otra herida emocional.

 

Su miedo al dolor es superior a su deseo de amor y, por tanto eligen vivir una vida gris y sin amor para evitar el dolor de la pérdida; pero con esa decisión también se privan del gozo del amor. Al final acaban entumecidos, incapaces de sentir, y viven en silenciosa desesperación porque saben que el amor está abierto para todos, pero los riesgos y el dolor les impiden lanzarse.

 

Una razón por la que muchas relaciones no funcionan es porque la gente es incapaz de comprometerse. Toda relación está sujeta a altibajos, tiempos buenos y malos. La manera en que nos comportamos cuando surgen estas situaciones difíciles es crucial para la relación. Para que una relación funcione con éxito la pareja debe hacerla su prioridad, situarla en sus corazones por encima de cualquier otra cosa.

 

Por muy acaloradas que sean sus discusiones, ningún miembro de la pareja amenazará con romper la relación, Una vez que la separación se convierte en una posibilidad, por muy remota que sea, comienzan a aparecer los verdaderos problemas.

 

Estar comprometido a algo, sea lo que sea, significa que abandonar no es una opción cuando las cosas se ponen mal. Nuestro problema es que muchas veces no estamos realmente comprometidos con la situación y, por tanto, renunciamos en los momentos difíciles. El compromiso es un ingrediente esencial en la vida.

 

Si deseamos atraer amor y estabilidad a nuestra vida y a la de las personas que amamos y nos aman, es preciso establecer un compromiso con uno mismo e involucrarnos en eso que consideramos importante; se trata de que el amor y las relaciones con amor sean para ti lo más importante en tu vida.

 

El compromiso es una prueba de verdadero amor; si no te sientes realmente comprometido con una persona es porque no la amas. El compromiso es lo que establece la diferencia entre sentir por alguien amor o simplemente agrado.

 

La pasión no está limitada al sexo. La pasión es entusiasmo y un profundo interés por algo. Cuando alguien o algo te apasiona de verdad se convierte en importante y estás continuamente pensando en su bienestar. Cuando perdemos nuestra pasión también experimentamos una pérdida en nuestra capacidad de amar. Si pierdes el interés por alguien y deja de entusiasmarte, es bastante más difícil continuar amándole.

 

Una relación amorosa necesita de la pasión. La pasión es como una chispa mágica que enciende el amor y lo mantiene vivo. Si pierdes la chispa, la relación acabará apagándose. No sucede del día a la mañana, sino que lleva tiempo. A través de nuestros pensamientos y sentimientos es posible crear una pasión mucho más poderosa que la que lograríamos con una simple «química corporal».

 

Cuando estamos verdaderamente interesados en algo o en alguien, cuando realmente nos sentimos enardecidos, nos volvemos apasionados. En una relación amorosa esto se traduce en que siempre nos centramos en los atributos y los rasgos que nos fascinan de la otra persona. Para mantener viva la pasión entre la pareja, pueden recrear experiencias pasadas que os resultaron apasionantes o despertaron vuestra pasión, también introducir espontaneidad en la relación.

 

Para ser felices en la vida, todos necesitamos sentir pasión por alguien o por algo. Es posible sentir pasión por nuestro trabajo, nuestras creencias, nuestras aficiones, pero ante todo, debemos sentir pasión por nuestros seres queridos. El amor y la felicidad comparten la misma esencia; todo lo que necesitamos hacer es vivir cada día con pasión.

 

Los problemas a los que nos enfrentamos en una relación, normalmente son producto de otros que acarreamos desde la infancia sólo si dejamos que nuestro pasado nos domine. El futuro no tiene por qué ser equivalente al pasado. Sea cual sea nuestro pasado, sean cuales sean nuestras experiencias, todos tenemos la capacidad de cambiarlas.

 

Si no confías en alguien no puedes amarle porque sin confianza sospechamos de todo el mundo, nos volvemos presa de la ansiedad y tememos que la persona nos traicione. Eso puede ejercer una presión insoportable en la relación: un miembro se siente ansioso y el otro atrapado. La confianza es un ingrediente esencial en toda relación con amor.

 

Además de confiar en las otras personas, debes aprender a confiar en la relación en sí. Los pensamientos y los miedos pueden acabar haciéndose realidad. Si te imaginas ciertos tipos de problemas, tus temores se verán reflejados en tu conducta y, al final, tú mismo acabarás creando el problema.

 

Mucha gente se imagina problemas antes de que éstos verdaderamente existan. Una actitud así no conduce al amor ni a la felicidad. La única forma de salir de esa trampa es aprender a confiar en los demás, en ti y en la vida. La otra cara de la moneda es que también es necesario comportarse como alguien digno de confianza para que tu pareja no tenga verdaderamente motivos de sentirse insegura.

 

No necesitamos ser víctimas de nuestro pasado. Todos tenemos capacidad de cambiar, el futuro no tiene que ser equivalente al pasado. Nosotros mismos escribimos el libro de la Vida. La próxima página no tiene por qué ser igual que la anterior. Podemos empezar un nuevo capítulo. Lo que haya sucedido en el pasado es, en cierta medida, irrelevante.

 

Mucha gente ha caído en la apatía y renunciado a encontrar pareja; muchas otras se sienten atrapadas en una relación sin amor y desdichada. Pierden la esperanza, se desilusionan y se vuelven sórdidos y cínicos. Se creen víctimas y, por eso mismo, se convierten en víctimas.

 

Van por la vida en solitario, sintiéndose atrapados o esperando a que alguien aparezca y las cambie por ellos. No quieren entender que la única persona capaz de cambiar algo en nuestra vida somos nosotros mismos. Nadie más.

 

Dr. Adam Jackson

 

 

 

 

Perdóname si descubro en ti mis flaquezas, perdóname si veo en ti mi fealdad, mis asperezas, perdóname si apuesto en ti mis sueños, mis ideales, mi irrealidad. Me busco en la dirección opuesta, hasta entender que no estoy en ti y descubrirme, para sentir de hecho el amor y encontrarlosin búsquedas ni dirección, simplemente siendo.

 

Jerusa Borges

 

 

El amor es mucho más que el encuentro de dos cuerpos, mucho más que la unión de dos personas. Es la propia conciencia de la Existencia: la creencia en las fuerzas divinas, que cuidan de todo el universo y nos llevan el uno al otro, con la misma fluidez con que aproximan una nube de una montaña, que nos proporcionan una fuerza sobrehumana, que dan energía al viento, al mar y a la lluvia y que nos hacen grandes como árboles gigantescos. En el amor seguimos un camino, realizando una historia, cuyo final, a pesar de todo nuestro conocimiento, sólo sabremos cuando lo completemos. La única certeza que tenemos es la que el amor es una condición inherente al ser humano. Así como la flor emana su perfume, el hombre exhala de forma natural el amor; y es tan inevitable como que la tierra mojada desprenda su olor característico,

 

Roberto Shinyashiki

 

 

En el amor, no siempre son los fallos lo que más nos perjudica, sino la manera de proceder después de haberlos cometido.

 

Ovidio

 

Lo que pensamos es menos de lo que sabemos; lo que sabemos es menos de lo que amamos; lo que amamos es mucho menos de lo que existe; y en esta concreta extensión, somos mucho menos de lo que somos.

 

Ronald Laing

 

 

Somos responsables de aquello que hacemos, de lo que no hacemos y de lo que no dejamos de hacer.

 

Albert Camus

 

 

El corazón es bastante grande para contener mucho amor. Cuanto más se da, más se recibe.

 

Victor Hugo

 

¡He colgado muy pronto! ¿Por qué me habrá telefoneado? ¡Ah, sí! Ya recuerdo, hablé demasiado y escuché muy poco. Perdón, recité un monólogo y no dialogué. Impuse mi opinión y no intercambié ideas. Por no haber escuchado, no aprendí, por no haber escuchado, no llevé nada conmigo, por no haber escuchado, no comulgué. Perdón, estaba ocupado. Y ahora estamos separados.

 

Michael Quoist

 

Por ser exacto, el amor no cabe en sí

Por encantado, se revela

Por ser amor, invade y se queda.

 

Djavan

 

Gozar de una buena autoestima es estar contentos con nosotros mismos y creer que nos merecemos disfrutar de las cosas buenas de la vida, exactamente igual que cualquier otra persona.

 

Jerry Minchinton

 

 

Mi padre estaba muriendo en el hospital. Tenía cáncer y el dolor que padecía era insoportable. Yo no quería que muriese, pero tampoco quería que siguiera sufriendo. En ese momento supe en lo más profundo de mi corazón que amar, a veces, significa no aferrarse a los seres queridos.

 

Judith Renshaw

 

 

 

El amor es el proceso en que tú me muestras el camino de regreso a mí mismo.

 

Antoine de Saint-Exupéry

 

 

Página Principal   Amor