ALGUIEN QUE GUSTE DE TI

 

 

 

En la medida que te quieres a ti mismo y haces lo que gusta, establecerás objetivos e ideales a alcanzar que sean altos, retadores y sustanciosos. El autoamor y la autoaceptación hacen que te sea más fácil llegar a conocerte y a comprenderte. Tus logros duraderos, tu autoexpresión y tu autorrealización en la vida están ampliamente mediatizados por el amor incondicional que sientas hacia ti mismo y hacia los demás.

 

Si te amas y te respetas a ti mismo y te crees capaz de llevar a cabo grandes cosas, lo más seguro es que consigas mucho más que si dudaras o no creyeses en tu potencial personal. Si esperas lo mejor de ti y de los otros rara vez serás defraudado. Si optas por pensar ideas cariñosas sobre ti y los demás, «desarrollas» más relaciones afectivas en todos los ámbitos de la vida.

 

La autoestima y el autorrespeto son las cualidades fundamentales de la personalidad genuinamente sana. Todo lo que hagas tendente a aumentar tu autoestima contribuye asimismo a hacerte más feliz. Puedes hablar positivamente contigo mismo todo el tiempo. Puedes visualizarte como la excelente persona en la que te podrías convertir.

 

Puedes llenar tu mente con  mensajes positivos de esperanza e inspiración. Puedes juntarte con gente alegre, optimista y con aspiraciones. Puedes organizar todos los aspectos de tu vida en el sentido de reforzar todos los buenos sentimientos que tengas con respecto a ti.

 

Cuanto más te agrades o te quieras tú mismo, más te agradarán y querrás a los demás. La suma de amor y de respeto que tienes para los demás y los que éstos  tienen contigo está en proporción directa al amor que te tienes a ti mismo.

 

Si haces y dices cosas que sean congruentes con el hecho de quererte a ti mismo, no pasará mucho tiempo sin que te sientas realmente positivo y cariñosos contigo mismo.

 

Tienes que estar dispuesto a aceptarte incondicionalmente a ti mismo, sin importarte lo que anteriormente hayas hecho o dejado de hacer. Puedes elevarte por encima de ti y apreciar objetivamente tus cualidades y atributos especiales.

 

Puedes resaltar tus puntos fuertes e ignorar las áreas en las que no despuntas del resto. Puedes gustarte y respetarte exactamente como eres y no como te agradaría ser algún día. La base de la autoestima es la autoaceptación.

 

Pues construir tu autoestima y tu sentido de valía personal asumiendo la plena responsabilidad de tu vida y de las consecuencias de todas tus acciones. Cuando llegas a convertirte en un individuo autoconfiado y autorresponsable , dejas de culpar o criticar a los demás o de preparar excusas por cosas de tu vida que no te gustan.

 

Te dedicas a mejorar aquellas áreas en las que eres infeliz en lugar de malgastar tus energías creativas elucubrando excusas o culpando a los demás de tu situación. Para que exista un alto nivel de autoestima, autoamor y efectividad personal, es fundamental que haya previamente un sentido de alta autorresponsabilidad. Todas estas actitudes interactúan y se refuerzan entre sí.

 

Puedes establecerte metas que valga la pena conseguir. El propio hecho de fijarte un objetivo interesante eleva tu autoestima. Mejora tu autoconcepto. Sólo una persona que se gusta y cree en sí misma, se atreverá a anotar una meta cuya consecución sea emocionante.

 

Y el simple hecho de anotarla por escrito hará que incluso aumente tu autoamor y tu autoconfianza. La propia acción de establecer una meta es el punto de partida para convertirte en la clase de persona que quieres ser. Es la clave para hacerte con el control de tu vida y sentirte orgulloso contigo mismo.

 

Cuidándote bien físicamente adquieres autoestima. Cuanto mejor te cuides, mayor autorrespeto y autoamor tendrás. Estos sentimientos se contagiarán a tus relaciones con los demás. Cuanto te tratas bien, tratarás bien a los demás.

 

El modo más rápido de disparar hacia arriba tu autoestima, es repetir simplemente «Me gusto, me gusto, me gusto» una y otra vez, cincuenta veces, cien veces al día, hasta que logres insertar el mensaje en lo más hondo de tu subconsciente. Y llega el momento en que tu subconsciente acepta por entero esta orden como si fuese una de tus instrucciones operativas.

 

Entonces será cuando notes la diferencia. Tu lenguaje corporal, tu actitud, tu expresión facial y tu tono de voz cambiarán a mejor. Te sentirás más positivo y entusiasmado con todo lo que hagas. Serás «programado» para que te sientas bien contigo mismo.

 

La mayoría de la gente nunca extiende el concepto de amor a ellos mismos y a sus autosentimientos. La principal causa de fracaso y de infelicidad en la vida es la baja autoestima. Debido a su baja autoestima, la gente se preocupa totalmente de ella misma y de sus propios sentimientos y se olvida de los sentimientos de los demás.

 

Una vez que la persona se quiere a sí misma, su tendencia natural es entonces proyectarse hacia fuera y hacer objeto de su cariño y cuidado a los demás seres. Es el sello de la persona sana y feliz.

 

Si te sientes particularmente satisfecho contigo mismo, tendrás un sentido más acusado de la amabilidad, paciencia y amistad con respecto a tus semejantes, aunque éstos sean completamente extraños. Si te sientes por algún motivo bienaventurado, instintivamente tratas de buscar a alguien que sea menos afortunado a fin de echarle una mano.

 

El autoamor te hace más generoso y magnánimo en todas tus acciones. Cuanto menos amor expreses, menos amor tendrás para ti mismo. Si no expresas amor en absoluto, te replegarás en ti mismo y te convertirás en un ser irascible, crítico e infeliz.

 

El antídoto para los sentimientos de miedo, duda y baja autoestima es salir y buscar a alguien a quien puedas ayudar, alguien a quien puedas expresarle tu amor. La mejor cura que hay de la infelicidad es hacer a alguien feliz.

 

Muchas personas ven esta cuestión desde la otra orilla. Cuando se sienten infelices o no queridas, creen que la solución está en alguien que las haga felices, alguien que las quiera y que les solvente todos sus problemas. Sin embargo, el amor es algo que tú elaboras. El amor tiene su expresión en la conducta positiva y constructiva que se tiene hacia otras personas.

 

Si aprendes a expresar el amor, no tendrás ningún problema en recobrar el amor perdido y a la postre llenar tu vida con él. Te enteras de la cantidad de amor que tienes en la vida, conociendo la cantidad de amor que das a los demás. ¡Tenemos que ser generosos!

 

Tú no puedes cambiar el mundo, pero puedes hacer que el mundo tenga una mejor persona: tú mismo. Puedes ponerte a trabajar sobre ti mismo para hacerte la clase de persona que admiras y respetas.

 

Todo lo que hagas para quererte y respetarte, aumentará tu capacidad para dar amor a los demás. Siempre que hagas o digas algo bondadoso o cariñoso a otra persona, incrementarás la cantidad de amor que te tienes a ti mismo. La acción, por tanto, es recíproca. Una genera a la otra y viceversa.

 

El amor es el principio y el fin. El propósito de tu vida es llegar a ser una persona totalmente afectiva. La vida es el estudio de la atención. Es cuestión de prioridades, de elecciones. Tu vida es la que tú haces mediante las prioridades que estableces y las cosas que eliges para centrar en ellas tu atención. Tu misión es vivir con alegría y esto es sólo posible colmando tu mente con ideas de amor, misericordia y perdón.

 

Brian Tracy

 

 

Trata de definir tus propios criterios de lo que es bello o estético. Descarta la perfección física y los criterios estrictos. Descubre y destaca las cosas que te gustan de ti. Tu autoimagen se transmite a otros y el aspecto físico es sólo uno de los aspectos de tu autoimagen. Saca tiempo para el disfrute. Decide vivir hedonistamente. Explora, busca, indaga. No racionalices tanto las emociones agradables. Elimina el «no soy capaz». No seas pesimista. No seas fatalista. Trata de ser realista. No recuerdes sólo lo malo. Revisa tus metas. Ponte a prueba y arriésgate. No importa qué seas y cómo seas, si realmente te agradas y te gustas, siempre encontrarás alguien que guste de ti.

 

Walter Riso.

 

 

Se ha producido un gran cambio en mi ética personal. Quien se presente en mi vida pretendiendo controlar o juzgar será repelido por mi energía emocional. Ya no siento la necesidad de demostrar algo o de dar cuenta de mis creencias. He superado la obsesión de convencer a las personas sobre la verdad de mi posición o de situarme en el polo opuesto de su punto de vista. Irradio un tranquilo sentido de lo que soy, respetuoso con la manera de ser de los demás.

 

Wayne Dyer

 

 

Cuando no nos gustamos a nosotros mismos, molestamos a las demás personas. También nos provocamos mucho estrés. Cuando nos aceptamos un poco más, dejamos de jugar estos juegos. Gustarte a ti mismo significa perdonarte. Si has cometido algunos errores graves, si has lastimado a otra persona o a ti mismo, sentirte culpable no servirá de nada. Cuanto te perdonas por tus errores, de manera automática empiezas a perdonar a los demás cuando cometen esos errores. La manera en que te sientas con respecto a ti depende de ti. Cuando no recibas aliento ni apoyo de nadie, apóyate a ti mismo. Reflexiona en los logros que has tenido; piensa en las cosas positivas y generosas que haces. Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos nos llenamos de salud, tenemos más energía y los problemas no nos parecen tan graves. Cuando nos sentimos tristes, o cuando no nos gustamos a nosotros mismos, es casi como si nos castigáramos. Nos alimentamos con comida chatarra o provocamos discusiones. No es que lo hagamos de manera consciente, pero así pasa. Para sentirte bien, nunca critiques, acepta los cumplidos, ofrece más cumplidos, distingue tu comportamiento de tu persona, pasa tiempo con personas positivas, continuamente proyecta en tu cabeza películas sobre cómo quieres ser. Las personas que no dejan de decirte lo maravillosas que son tienen poca confianza en sí mismas. Las personas que no dejan de decirte lo ricas o listas que son, o cuántos amigos famosos tienen, usualmente no se agradan mucho a sí mismos. Su estrategia es que si logran gustarte, tal vez empiecen a gustarse a sí mismos. La gente que no tiene mucho y que no puede hacer mucho es la que habla más. Si comprendes por qué la gente alardea, entonces dejarán de irritarte tanto.

 

Andrew Matthews

 

 

Uno de los trucos de la vida consiste, más que en tener buenas cartas, en jugar bien las que uno tiene.

 

Josh Billings

 

 

Siempre debemos tener amor dentro de nosotros, y lo principal es amarnos, primordialmente, a nosotros mismos.

 

Emma Rabbe

 

 

En un polo de mi existencia formo una sola cosa con las piedras y los árboles. Allí tengo que reconocer el dominio de la Ley Universal. Allí es donde nacen los cimientos de mi existencia. Su fuerza está en que se halla firmemente sujeta en el abrazo del mundo comprensivo, y en la plenitud de la comunión con todas las cosas. Pero por el otro polo de mi ser estoy separado de todo. Allí soy absolutamente único, yo soy yo, yo soy incomparable. Todo el peso del universo no puede aplastar esta individualidad mía. Yo la mantengo a pesar de la tremenda gravedad de las cosas. Es pequeña en apariencia pero grande en realidad; se mantiene firme ante las fuerzas que quisieran robarle aquello que la caracteriza y hacerla una con el polvo.

 

Rabindranath Tagore

 

 

Un ser humano es una parte del todo llamado por nosotros «Universo», una parte limitada por el tiempo y el espacio. Él experimenta su propio ser, sus pensamientos y sentimientos, como si estuvieran separados del resto, lo cual es una ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es una especie de prisión para nosotros, que nos obliga a ser fieles a nuestros deseos personales y a sentir afecto sólo por aquellos que nos rodean. Nuestra tarea debe consistir en escapar de esa cárcel ampliando nuestro círculo de simpatía hacia los demás para acoger con los brazos abiertos la belleza que encierran todas las criaturas vivientes y la naturaleza.

 

Albert Einstein

 

 

El hombre quiere a la mujer que se quiere. La mujer quiere al hombre que se quiere.

 

Padre Ricardo Búlmez

 

 

Página Principal   Amor