Un
estudiante estaba cruzando el Ganges en una barca. El barquero era
analfabeto.
El
estudiante, dirigiéndose a él, le preguntó:
-Amigo, ¿has estudiado historia y geografía?
-No, -respondió el
barquero.
Y el estudiante agregó:
-Entonces tú desconoces la inmensidad del mundo con
todos los pueblos que en él se encuentran. ¡Qué vida malgastada!
Poco después el estudiante volvió a preguntar:
-¿Has estudiado ciencias?
-No, -respondió el
barquero.
Y el estudiante añadió:
-En tal caso tú careces de una visión profunda de
las cosas y has perdido la mitad de tu vida.
De nuevo
volvió el estudiante a preguntar:
-¿Has estudiado literatura y lenguas extranjeras?
Y ante la
negativa del inculto barquero declaró:
-Has perdido desde luego las tres cuartas partes de
tu vida.
El barquero
permaneció silencioso. Transcurrió el tiempo y de súbito se levantó una
violenta tempestad. El viento soplaba con fuerza y la barca estaba a punto
de naufragar. El rostro del estudiante estaba desencajado. El barquero,
serenamente, le preguntó:
-Señor, ¿sabéis nadar?
El
estudiante respondió, visiblemente preocupado:
-No
Y el
barquero afirmó:
-Vais a perder toda vuestra vida.
Sri Ramakrishna
Muchas
personas se cruzan en nuestra vida de manera fugaz.
Aparecen sin avisar y un día se van, tal vez, sin decir adiós.
Tienen una misión que cumplir, son nuestras maestras y maestros.
A veces, la lección es sencilla y aprendemos rápido, otras
veces, la asignatura es difícil y nos cuesta aprender, en
ocasiones, nos duele el no poder entender.
Vienen porque
los llamamos y pedimos su ayuda. Si vivimos en lo
que es, nos enseñan lo que pudo haber sido y si lo
meditamos bien, lo que podría ser. En su presencia
olvidamos muchas veces para qué los trajimos y nos
cuesta entender que aunque sean nuestros maestros, lo
somos también de ellos porque todos somos
discípulos y maestros a la vez.
Pensemos en
las personas que han pasado por nuestra vida y
reconozcamos con cariño lo que vinieron a enseñarnos.
Para ello, tal vez sólo basta con desnudar el recuerdo del
manto de drama del que lo habíamos revestido.
Elias Benzadon
Cada uno de los
sujetos que aparecen en tu vida es tu maestro. Aunque nos vuelvan tarumbas,
aprendemos, porque nos enseñan dónde están nuestros límites. Que sean
nuestros maestros no significa que tengamos que amarlos.
Andrew Matthews
La única
manera de aprender algo realmente es enseñándolo.
Stephen
Covey
Las
personas que nos lo ponen difícil están en nuestra vida porque las hemos
puesto allí. Tienen importantes lecciones que enseñarnos.
Wayne Dyer
A muchos de
nosotros se nos ha inculcado que el conocimiento requiere de muchos años de
experiencia y de edad, y que los maestros tienen algo que enseñar y nada que
aprender de sus discípulos. Sin embargo, cuando empezamos a reconocer que
hay un discípulo y un maestro en cada uno de nosotros, nuestra perspectiva
cambia. Comenzamos a entender que cada uno de nosotros tiene algo que
aprender, y que todos somos igualmente maestros más allá de la edad o las
«credenciales» que tengamos. Cuando el discípulo esté listo aparecerá el
maestro. ¡Y viceversa!
Gerald
Jampolsky
Cada
persona o situación de nuestra vida es una lección. Podemos aprender de cada
circunstancia y relación. La vida es una facultad. La diferencia entre la
facultad y la vida es que uno se olvida de que se inscribió. Contraemos
amnesia de inscripción. Luego llega el profesor y comienza la clase. Todos
son maestros en la vida porque en todas las situaciones hay lecciones que
aprender. Sin embargo, una vez comenzada la clase, uno inmediatamente
comienza a juzgar y a disgustarse con el maestro. ¿Por qué disgustarse o
enojarse? El maestro sólo cumple su función, como todos. Cuando uno vive de
acuerdo con esta idea, la vida deja de ser una lucha y se convierte en una
aventura de clases, lecciones y graduaciones. En la vida diaria, cuando
surgen situaciones desagradables o incómodas con otras personas, sólo
tenemos que recordar que hay una lección que aprender y los otros nos
asisten en el aprendizaje, como se lo hemos pedido, en algún nivel.
Liah
Holtzman
Las únicas
personas instruidas son las que han aprendido la forma de aprender y de
cambiar.
Carl Rogers
Nadie es
tu enemigo; ninguno tu amigo: todos son tus maestros.
Florence
Scovel Shinn
Acostúmbrese a
mantenerse al acecho de las ideas interesantes y nuevas que otros han puesto
en práctica con éxito. Su idea tiene que ser original únicamente en cuanto a
su adaptación al problema sobre el que está trabajando.