¿Por qué trabajar tristes si
lo podemos hacer estando contentos?¿Por qué preocuparnos, si debemos
ocuparnos?¿Por qué criticar, si no nos gusta ser
criticados?¿Por qué juzgar, si no nos gusta que
nos juzguen?¿Si usted no es feliz con lo que hace
todos los días, cómo puede transmitir felicidad?
El mundo ha cambiado y por
lo tanto, nosotros también debemos cambiar. Muchos se preguntarán por qué
cambiar si hasta el día de hoy están bien como están.
En el mundo nada es estático,
todo cambia y se mueve y por lo tanto nosotros los seres humanos debemos
acompañar ese cambio.
El problema no está en las
cosas que a usted le suceden, sino en como ve o percibe las cosas que le
suceden.
Existen leyes y principios
universales que afectan nuestras vidas a cada momento. Por lo tanto, debemos
saber que hay principios invisibles que contribuyen a modelar nuestras
vidas. Si creemos que el Universo es gobernado por leyes, por qué no creemos
que nuestras vidas pueden estar afectadas de la misma manera, tanto que esa
pequeña diferencia nos llevará al éxito o al fracaso. Tú eres una de las
causas de lo que ocurre en tu vida. Tus propios pensamientos te hacen ser
causa.
No siempre es fácil cambiar
nuestros patrones de vida, pero es posible hacerlo. Sea cual fuere el punto
donde te encuentras actualmente, puedes lograr lo que desees. Siempre que
decidimos cambiar, enfrentamos resistencia. Todo cambio suscita un desafío.
No tenemos por qué
resignarnos a vivir siempre con nuestros actuales patrones de
comportamiento. Los patrones negativos pueden oponer resistencia, pero no
son invencibles. Ten presente que existe en ti la posibilidad de rediseñar
tus patrones de comportamiento para convertirte en la persona que deseas.
Cambiar es una decisión. La tomas, o no, sin vueltas, o sigues cosechando lo
mismo que has cosechado hasta hoy.
La realidad de las cosas
que te suceden, las creas tú con tus pensamientos negativos o positivos, tú
decides como percibirlos. La realidad es creada por la mente, podemos
cambiar la realidad al cambiar nuestra mente.
Tú eres parte del Universo,
como las estrellas y los árboles. Tienes derecho de estar aquí. Por ser
parte del Universo, estamos gobernados por leyes, como todo en el cosmos.
Necesitamos mantener el equilibrio, como lo mantiene el resto de la
naturaleza.
Toma tiempo crecer y toma
tiempo sanar, la vida se mueve en ciclos, pues tal es la ley universal. Todo
toma tiempo. La naturaleza siempre toma su tiempo. Todo lo de valor, belleza
y majestad demora en llegar a serlo. Lo mismo ocurrirá con nuestro propio
crecimiento y desarrollo. Todo en el mundo real, se toma su tiempo.
Siempre habrá tiempos
fáciles y difíciles. Uno de los grandes retos de la vida es enfrentar el
invierno, mientras se espera que mejoren las cosas. Las cosas habrán de
mejorar. Siempre es así. El problema es que mucha gente se rinde y regresa a
casa demasiado pronto. La marea siempre baja.
La naturaleza descansa de
vez en cuando, la tierra necesita descansar. Aprendamos de estas cosas. La
creencia de que no puedes jamás descansar será tu realidad hasta el momento
en que decidas otra cosa. Cuando hacemos del descanso parte de nuestro
estilo de vida, nos sucede como la tierra, que cuando se trabaja de nuevo
rinde mucho más. Por lo tanto, toma el descanso como una necesidad, no como
un objetivo.
El mundo es el reflejo de
nosotros mismos. Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos, todo el mundo
nos parece maravilloso. Cada uno de nuestros pensamientos y acciones derivan
de la imagen que tenemos de nosotros mismos.
El primer paso para mejorar
nuestros resultados es modificar la manera en que pensamos y hablamos acerca
de nosotros mismos. Si piensas que no puedes, es verdad, nunca podrás, pero
si tú piensas que puedes, dalo por hecho.
Una autoestima saludable
significa que no nos sentimos obligados a justificar ante nosotros mismos o
ante nadie. Las personas con una imagen sana de sí mismas exigen respeto de
los demás. Ellas mismas se dan buen trato, y con ello le indican al resto de
la gente cómo debe tratárselas. Cuando tú te des valor, cambies la actitud,
el mundo cambiará para ti.
Tú tienes la capacidad de
amar, de interesarte por los demás y de actuar humanitariamente. No eres
simplemente un humano. Eres un ser humano. Reconoce tu propio valor y
atrévete a vivir cómo fuiste creado, un ser excelente y extraordinario. Ten
presente, que en el mundo no hay otro igual que tú, tú eres único.
Una de las maneras más
fáciles de sentirse bien con uno mismo es reconocer lo que hay de hermoso en
los demás. Habla siempre bien de ti mismo. Si no se te ocurre nada bueno
sobre tu persona cierra la boca.
Ama a tu prójimo como a ti
mismo. Amar al prójimo como a uno mismo implica que debemos amarnos nosotros
mismos, que debemos mantener un equilibrio entre nuestras necesidades y las
necesidades de nuestro prójimo.
La mente es el arquitecto
del cuerpo y el cuerpo es un reflejo de tus pensamientos. El dolor nos hace
abrir los ojos. Nos induce a observar las cosas de manera diferente. Tanto
en caso del dolor físico como el dolor emocional, si continuamos haciendo la
misma tontería, seguiremos sufriendo.
Un trastorno emocional
puede hacer que vuelvas a rever tus prioridades. Lo que debemos saber es que
la gente de éxito aprende de tales experiencias y ajusta sus acciones de
modo que los tropiezos de la vida resulten menos dolorosos.
Alguien preguntó una vez
qué podía hacer por los pobres. Lo mejor que puedes hacer por los pobres es
no ser uno de ellos.
Lo único que tenemos es el
presente. Independientemente de lo que haya ocurrido ayer y de lo que pueda
pasar mañana, el ahora es el punto donde te encuentras. La clave de la
satisfacción y la felicidad es fijar tu mente en el presente.
No contamos más que
con el presente. Vivir el ahora quiere decir disfrutar todo lo que se hace,
por el hecho mismo de hacerlo, y no por el resultado final. Vivir el ahora
es expandir nuestra conciencia para hacer más placentero el momento
presente, en lugar de evadirnos.
Cuando vivimos el presente,
erradicamos de nuestra mente el miedo. En esencia, el miedo es la
preocupación por los eventos que pudieran ocurrir en el futuro. Dicha
preocupación puede llegar a paralizarnos hasta el punto de no permitirnos
hacer prácticamente nada constructivo.
El tiempo no existe, salvo
en nuestras mentes. El tiempo presente es el único con el que cuentas.
Aprovéchalo al máximo. Jamás esperemos, salgamos a la búsqueda. ¡Vive la
vida en el presente y no pierdas tu sueño por la cosas que vendrán!.
El perdón es el punto de
partida para poder crecer. Perdonarte a ti mismo o perdonar a otro, es haber
decidido vivir el presente. No perdonarnos nosotros mismos significa
permanecer en una espiral de culpabilidad, y someternos a un poco más
de angustia mental.
Para poder crecer, debemos
perdonar y perdonarnos, olvidar las causas que generaron ese perdón.
Perdonar es aligerar la carga que llevamos a cuesta para poder volar. Cuando
optamos por perdonar, un maravilloso principio entra en acción. Al sufrir
nosotros una transformación, los demás también cambian. Al modificar la
actitud hacia los demás, ellos a su vez empiezan a cambiar su conducta.
Nuestra opción en la vida es seguir adelante y vivir el presente o
encadenarnos a rencores y amarguras del pasado.
Ningún camino es demasiado
largo para el hombre que permanezca decidido, sin premura, sin buscar
honores y con paciencia, pero está demasiado distante para aquél que carece
de estas cualidades.
Cualquier cosa que usted
transmita a los demás le será devuelta como un boomerang. Sólo es cuestión
de tiempo el recolectar lo que uno ha sembrado. Una persona que se interesa
por otro suscita el interés. Lo primero que usted debe hacer es asegurarse
de que se siente bien en su interior. Es de suma importancia preocuparse de
sí mismo y esforzarse por conquistar la felicidad. Mientras usted no sea
feliz, le será imposible hacer feliz a otra persona, no podrá ayudar a los
demás, no tendrá éxito en nada de lo que haga.
La mente subconsciente es
también la sede de la creatividad del ser humano, de la intuición y de las
ideas, de todas aquellas cosas que son intangibles. La intuición se presenta
de pronto, apuntando en una dirección en particular. Todo lo que el hombre
ha conseguido hasta el día de hoy, empezó con una idea.
La intuición es una fuerza
directriz que nos guía de una manera aparentemente irracional y que con
tanta frecuencia resulta ser extremadamente certera. Cuando uno está lo
bastante relajado para escuchar esa voz interior, el subconsciente le
presenta la solución en forma de una intuición o una idea. Es necesario
adquirir un sentido que nos permita oír la voz interior.
Todo lo que emites hacia el
universo se te refleja. Siempre atraemos hacia nuestras vidas aquello en lo
que más pensamos, aquello en lo que más creemos. Tu mente es un magneto.
Piensa en lo que deseas, y lo conseguirás. Imagina que tus pensamientos son
nubes invisibles que se levantan para acumular resultados. Disciplinando tus
pensamientos determinas los resultados que obtendrás.
El cambio en el ser humano
viene desde adentro hacia afuera. Si queremos que el mundo cambie, que las
cosas que nos suceden cambien, debemos cambiar nosotros primero y luego todo
lo demás cambiará.
Nuestra mente no puede
desplazarse en sentido negativo con respecto a las cosas, no puede hacer más
que moverse hacia ellas. Cuando tememos perder algo nos ponemos en posición
de perderlo. Concéntrate en lo que tienes y disfrútalo, no pienses en perder
lo que posees. Deja de pensar y sufrir por lo que no tienes. Enfoca tu
atención en lo que deseas. Si dejas que tus temores te obsesionen, éstos te
abrumarán. Debemos vivir el presente.
Nada es instantáneo, todo
lleva su tiempo, y el cambio en el ser humano es igual. Tómese su tiempo
para cambiar, no se exija a usted más de lo que usted puede dar. No se cree
expectativas y metas que no podrá cumplir. Todo se realiza, paso a paso,
primero un pie, luego el otro, y así hasta que llegará el momento que usted
estará corriendo.
Recopilado por Eduardo Crusco Granados
Cuando un hombre es capaz de reconocer
el valor en otros, la brillantez y la inteligencia, es porque ya ha reconocido
esto en sí mismo y es capaz de descubrirlo también en otros.
Si somos acomplejados, si esa tierra
que es nuestra mente y nuestro corazón no está conquistada, no vamos a querer
rodearnos de gente inteligente porque nos intimidan.
Trabaja en creer en ti y en entender
que hay áreas donde tú serás bueno y otras áreas donde otro es bueno. Aprende a
dar, pero también a recibir.
La arrogancia es simplemente el escudo
de los inseguros. No te escondas de tus debilidades, enfréntalas y fortalécete,
creando los muros de contingencia que necesitas. Negar nuestras debilidades es
auto engañarnos y pronto estará fuera del camino del éxito y la felicidad.
La única manera de hacer decisiones
correctas es con conocimiento. Es por esto, que es común tomar decisiones
inadecuadas en nuestra vida y encontrarnos infelices y frustrados.
Conocerse a sí mismo es una acción
indispensable para el éxito. Para hacer esto es ideal rodearnos de gente que con
amor nos dejen ver lo que debemos cambiar o evitar.
Hay gente que vive haciendo mucho y
pensando poco, el resultado es falta de efectividad. Hay otras que dedican mucho
tiempo a pensar pero no actúan en acorde a sus pensamientos y los resultados son
muchas ideas y pocas obras. Lo adecuado es combinar las dos cosas.
Pensar es el vehículo para llegar a los
resultados, no es el fin. En nuestra vida tenemos que tomar tiempo para
renovarnos, revalorizarnos, redefinirnos y crear las estrategias para lograr lo
que deseamos, pero cada idea debe ser respaldada por una acción concreta.
Muchos tememos equivocarnos, es por
esto, que no respaldamos nuestras ideas con acciones, sin embargo sin acción no
hay verdadero aprendizaje, es en la acción que aprendemos y nos corregimos para
direccional nuestra vida hacia nuestras metas.
Dirige tu mente creyendo y produciendo
valor en ellos. Sé tú mismo el creyente de lo que posees, y transmítelo con
seguridad y certeza. No esperes que otros crean en ti si tú no lo has hecho
primero. Toma las acciones, produce los resultados y convéncete de que sí
puedes, luego otros se convencerán también.