EL FLUJO DE LAS COSAS

 

 

Hice un viaje por Estados Unidos con mi hijo para visitar diversas universidades. Estábamos en el aeropuerto O' Hare e íbamos corriendo por uno de los abarrotados pasillos en un esfuerzo por llegar a nuestro avión que estaba a punto de salir.
 
Joey y yo corríamos a la misma altura, tratando de abrirnos paso entre la multitud. Un poco por delante de nosotros percibí a una mujer muy hermosa que caminaba rápidamente hacia donde estábamos.
 
Cuando estábamos a pocos metros, la miré a los ojos, unos ojos preciosos. Me paré en seco y, mientras pasaba a mi lado, me di la vuelta y me dije:
 
-Tengo que dirigirme a ella. La conozco de algo.
 
Me quedé absolutamente anonadado. Era algo muy misterioso, casi como si la vida futura que iba a vivir con ella me hubiera sido revelada. Algo me hablaba desde el futuro, desde lo que iba a ser. Tenía que ver con el misterio y con la trascendencia del tiempo.
 
Mientras se alejaba, me quedé allí parado, mirando en la dirección que había tomado. Joey había seguido corriendo hacia delante y cuando se dio cuenta de que yo no seguía, volvió corriendo hacia donde estaba y me tiró del brazo:
 
-Por Dios, papá, ¿qué haces? Vamos a perder el avión. ¡Vámonos!.
 
Me volví hacia Joey y le dije:
 
-Joey, hay momentos en los que un hombre tiene que hacer lo que tiene que hacer. Sigue adelante y coge ese avión. Yo cogeré el siguiente. Ya me las arreglaré para encontrarte.
 
Cuando lo pienso ahora, quizás fue la cosa más irresponsable que un padre podía hacer en esas circunstancias, pero en aquel momento actuaba por instinto y no sentía ni rastro de culpabilidad.
 
Sin mediar más palabras, me di la vuelta y empecé a correr detrás de la mujer. La encontré en la puerta de «American Airlines», a punto de tomar el avión para Dallas. Llegué a ella justo en el momento en que estaba dándole el billete al empleado de la puerta y agarrándola del brazo, tiré de ella. Le dije:
 
-Perdona, pero tengo que hablar contigo. Ven, por favor.
 
La mujer dio un paso atrás, hacia la rampa, y antes de que pudiera decir nada le pregunté:
 
-Dime, ¿estás casada?
 
Ella me miró y dijo:
 
-No, ¿y tú?
 
Un tanto aturdido le dije:
 
-Bueno, por supuesto que no, pero mira, yo vivo en Londres y ya sé que no nos hemos encontrado nunca, pero siento que te conozco de algo. Necesito tu nombre y tu número de teléfono para poder contactar contigo.
 
La mujer me miró y sin decir nada sacó una tarjeta y anotó el número de su casa, me lo dio y dijo:
 
-Me encantaría aprender más cosas sobre Londres.
 
El embarque de su vuelo estaba a punto de concluir y, tras ese breve intercambio, subió al avión. Yo me quedé allí unos momentos, después me di la vuelta y me di cuenta de que Joey había estado a mi lado, observándolo todo.
 
Mientras corríamos para intentar coger nuestro avión, traté de explicarle lo sucedido pero no pude.
 
Llegamos a nuestro hotel bastante tarde y anoté en mi diario:
 
-Hoy he conocido a una mujer que se llama Mavis Webster en el aeropuerto O' Hare. Era preciosa y aunque sólo estuve con ella dos o tres minutos antes de que montara en su avión, tengo una sensación de lo más curiosa. En su presencia he sentido una gran calidez. En un momento nuestros ojos se cruzaron, fue algo espiritual. Cuando corría tras ella era como si todo lo demás no importara. Apenas puedo describirlo. Es muy misterioso, pero tengo toda la sensación de que es amor.
 
Mavis era productora y presentadora de un programa de televisión; la noche antes de salir para Chicago había tenido un sueño y una intensa premonición sobre un encuentro con un hombre que jugaría un papel significativo en su vida.
 
Mientras estaba en Chicago y después de haber concluido sus asuntos se había dedicado a visitar una serie de amigos y había asistido a un par de fiestas. Cada vez que conocía a un hombre se preguntaba si sería el esperado, pero éste no acaba de materializarse.
 
Su última noche en Chicago, justo antes de salir hacia el aeropuerto, contó el sueño a su amigo y le dijo que se sentía decepcionada de que no se hubiera plasmado en la realidad. Y a la mañana siguiente yo la agarré por el brazo justo antes de subir al avión.
 
Unas dos semanas después nos vimos para comer en Dallas. Fue mágico. Pasamos el resto del día hablando de nuestras esperanzas y de nuestros sueños para el mundo. Hablamos del misterio que había rodeado nuestro encuentro y de los dones que ella tenía, de la agudeza de su percepción y de su intuición.
 
Cuanto más tiempo pasábamos juntos y más hablábamos, más teníamos la extática sensación de que las fronteras se hacían más tenues, se difuminaban. No sólo nos identificábamos el uno con el otro, sino con el mundo entero.
 
Poco después Mavis se trasladó a Houston y en el plazo de un año ya estábamos casados. Su amor por mí era sincero y genuino, e implicaba un compromiso de apoyarme de por vida, favorecer mi crecimiento espiritual y la realización de mi sueño.
 
A eso se comprometió y eso es lo que ha hecho. Yo sentía una profunda necesidad de hacer el mismo compromiso con ella y rezo cada día para tener la fuerza de poder cumplirlo.
 
En el mismo momento en que luchamos por conseguir una sensación de autonomía personal, nos vemos atrapados en fuerzas que son más amplias que nosotros mismos, por lo que al mismo tiempo que somos protagonistas de nuestras vidas, participamos de manera importante en un drama más amplio.
 
Sentí que en aquel momento de mi vida estaba trabajando en el flujo de las cosas, en armonía con el despliegue natural de todo el sistema, y que seguiría moviéndome de ese modo.
 
Al actuar desde la creencia de que era parte de un todo mayor y conservar al mismo tiempo la paciencia, la flexibilidad y una conciencia agudizada me llevó a todo tipo de incidentes imprevistos, encuentros y apoyo material con los que ningún hombre podría haber soñado.
 
Joseph Jaworski 
 

El empeño que ponemos en conseguir nuestros propósitos muchas veces se ve debilitado cuanto tropezamos con los obstáculos propios del camino hacia el éxito, por esta razón es importante reafirmar la confianza en ti mismo y en tus capacidades además de la certeza de que no estás solo porque la presencia del Señor Dios te acompaña y apoya en todo momento.

Usa tu intuición y no te desesperes, porque la ansiedad, el temor y la angustia te impedirán mantener la calma y la claridad mental que necesitas para reconocer las señales y las oportunidades. Aprende a ver más allá de las apariencias y a reconocer todo lo bueno que pueda suceder.

Recuerda que los obstáculos se presentarán porque son parte del proceso, así que mantén tu atención fija en cada paso que das, y recuerda que todo tropiezo representa una oportunidad para aprender y ajustar el rumbo que llevas.

No abandones. Ten fe, si aquello por lo que trabajas es bueno para ti, se te dará.  Repite frases afirmativas con frecuencia a lo largo del día para fortalecer tu confianza.  Lee libros inspiradores que te sirvan para mantener el valor y la determinación que necesitas para continuar adelante y al mismo tiempo practica la oración consciente para fortalecer tu fe.

El 50%  del trabajo te toca hacerlo a ti, y el otro 50% le corresponde ponerlo a la Divinidad; cumple con excelencia y responsabilidad con la parte que te corresponde a ti. Mantén siempre una actitud optimista.

Trabaja con pasión, haz todo lo que tengas que hacer y luego de haber dado tu mejor esfuerzo, entrégalo y ponlo en manos de la Divinidad para que esta encuentre el mejor momento y las mejores herramientas para hacer realidad tu sueño.

Cuando fluimos, los acontecimientos se suceden y encajan justo en su lugar, al mismo tiempo en que los obstáculos se van disolviendo.

 Maytte Sepulveda

 

 
¡Qué lindo destino el mío
si lluvia pudiera ser!
¡Besar la tierra sedienta,
y entre las piedras correr!
 
La lluvia tiene un destino
que yo quisiera tener.
El sol la lleva a los cielos
para ser lluvia otra vez.
 
Atahualpa Yupanqui
 
 
Tienes que prestar mucha atención a la conciencia. Ésta es una de las cosas que nuestra sociedad ignora. Se asume que la conciencia no requiere atención. Pero la conciencia es lo que da la atención. La conciencia misma requiere una conciencia muy alerta porque de otro modo simplemente se destruye a sí misma. Es un mecanismo muy delicado. Estás a punto de realizar un movimiento creativo. Simplemente ve con él. No puedes abordarlo de una manera fija de la misma forma que no tendrías una idea fija si te estuvieras preparando para pintar una gran obra de arte. Permanece alerta, sé auto consciente, de manera que, cuando se presente la oportunidad, puedas estar a la altura.
 
David Bohm, físico
 
 

Estás en un cuarto totalmente a oscuras y tienes una linterna en la mano. Enciendes la linterna y ves que hay una hermosa pintura que cuelga de la pared. Tal vez pienses:

-Es una obra de arte maravillosa, pero ¿es todo lo que hay?.

En ese momento, el cuarto se ilumina desde arriba. Miras a tu alrededor y descubres que estás en un museo de arte, rodeado por cientos de pinturas, cada una más hermosa que la anterior. Conforme estas posibilidades se revelan, te das cuenta de que tienes una cantidad colosal de obras de arte que puedes estudiar y amar. Dejas de estar limitado a ver sólo una pintura iluminada por la débil luz de una linterna. La sincronicidad enciende las luces, nos da la capacidad de tomar decisiones auténticas, en vez de ir por la vida adivinando ciegamente; nos permite ver significado en el mundo, comprender la conexión de todas las cosas, elegir la clase de vida que queremos vivir y cumplir nuestro destino espiritual y transformar nuestras vidas de acuerdo con lo que queremos.

Deepak Chopra

 

Siempre estamos en el lugar preciso en el momento preciso.

Gene Egidio

 
 
Si uno avanza con seguridad en la dirección de sus sueños, y se afana por vivir la vida que se ha imaginado, triunfará en una forma que no cabe esperar en las horas corrientes.
 
Henry David Thoreau «Walden»
 
 
La libertad pierde su sólida base sin su opuesto, el destino, que establece la tensión creativa necesaria para dar a la libertad su viabilidad. Tras perseguir nuestro destino durante muchos años podemos llegar a un punto en el que nuestra libertad y el destino parecen unirse.
 
Rollo May
 
 

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