RANDY PAUSCH: LOS SUEÑOS VENDRÁN A TI

 

 

Randy Pausch

 

 

Lo que presento es una conferencia que di en la Universidad Carnegie Mellon, es una tradición que se llama «La Última Conferencia» (The Last Lecture). ¡Qué patético, si sabes que vas a morir y que tienes que dar una última conferencia!¿Qué le dirías a tus alumnos?

 

Para mí hay un elefante en la habitación y el elefante es que tengo cáncer en el páncreas que ha regresado después de quimioterapia, cirugía y radiación y que los doctores me han dicho que no hay nada más que hacer y que tengo meses de vida. Estos son los resultados de mis escaneos que dicen que mi cáncer pancreático se ha ido al hígado con aproximadamente una docena de tumores.

 

Esto no me gusta, tengo tres hijos pequeños, que quede claro: ¡Esto apesta!, pero no puedo hacer nada sobre el hecho de que voy a morir, estoy siguiendo los procedimientos médicos pero sé muy bien que esta película está por terminar. No puedo escoger las cartas que me han dado, sólo cómo jugarlas; siento desilusionarlos pero no escogí ser objeto de lástima. Y de hecho aunque voy a morir pronto, estoy físicamente fuerte, quizá más fuerte que la mayoría en esta sala.

 

Esta charla no es sobre la muerte, es sobre la vida y cómo vivirla, específicamente sobre los sueños de tu niñez y cómo conseguirlos. Los sueños de mi niñez, los sueños de tu niñez. Puedo decir que tuve una increíble y feliz niñez, regresé a ver los álbumes de fotos y no encontré ninguna en las que no estuviera sonriendo, tuve una gran niñez, me veía soñando, siempre soñando, fue un tiempo fácil para soñar. Cuando prendías tu televisión y veías al hombre alunizando ¡cualquier cosa era posible! Y no debemos perder ese espíritu.

 

 

Randy Pausch

 

 

¿Cuáles eran mis sueños de niño? Jugar en la liga nacional de fútbol. Es uno de los sueños que no conseguí y es importante  hacerlo notar. Si no consigues tus sueños puedes todavía conseguir mucho tratando de hacerlo. Hay una expresión que amo que dice: Experiencia es lo que obtienes cuando no obtienes lo que quieres.

 

Jugué en una liga por mucho tiempo, tenía un gran entrenador, Jim Gram, que cuando estaba en el entrenamiento me decía durante toda la práctica:

 

-¡Lo estás haciendo mal, hazlo otra vez, estás lento, empuja un poco más!

 

Y así durante dos horas. Después de la práctica otro de sus asistentes me dijo:

 

-El Coach Gram te trata muy duro.

 

-Sí.

 

-Eso es bueno porque quiere decir que se preocupa por ti. Cuando haces un mal trabajo y nadie te lo dice, quiere decir que se han rendido contigo. Cuando alguien te está corrigiendo durante dos horas lo hace porque quiere que lo hagas mejor.

 

Mi siguiente sueño: «Walt Disney Imaginering». Cuando tenía ocho años, mi familia programó ir a Disneylandia en California, fue una experiencia increíble, los paseos, las atracciones, los shows y todo lo demás. Me dije: quiero hacer cosas como esas cuando sea mayor.

 

Me gradué de la universidad y traté de llegar a ser parte de la gente que hace la magia. Lo que obtuve fue una amable carta de rechazo. Guardo esas cartas de rechazo todavía. Son inspiracionales. Dejé que las cosas pasaran y trabajé duro y me convertí en un ingeniero junior de investigación visual en mi facultad. Desarrollé las habilidades que eran valiosas para Disney y tuve la oportunidad de trabajar ahí y formé parte del equipo de «imaginaria», trabajé en el «Paseo en la alfombra mágica de Aladino».

 

Y qué creen: ¡Me tomó quince años logarlo! Y muchos intentos. Aprendí que cuando un muro aparece en nuestro camino, está por una razón, no es para detenernos, sino para mostrarnos cuánto queremos lograr.

 

¿Quieres conseguir tus sueños? Te recomiendo unos buenos padres. Yo tuve unos buenos padres. Esta es mi madre en su aniversario setenta –en el parque de atracciones manejando un carrito chocón-, estoy atrás y estoy riéndome.

 

Este es mi padre, en su aniversario ochenta –subido en la montaña rusa-. Vivía con un sentimiento de alegría y admiración que nunca hay que perder. Mi papá, ¡qué hombre tan increíble! estuvo en la Segunda Guerra Mundial, formó parte de esa gran generación; tristemente murió hace un año.

 

Y cuando mi madre fue a ver sus cosas fue cuando descubrió que en la guerra había obtenido una medalla de bronce por su valor. ¡En cincuenta años de matrimonio nunca se la mostró! Es un gran mensaje de humildad que pude aprender de mi padre.

 

Mi mamá. Las madres son personas que te aman aunque les jales el pelo. Esta es la clase de relación que tuve con mi madre. Y hablando de humildad, estaba siempre ahí manteniendo todo en forma. Cuando me iba a graduar de la escuela tuve exámenes verdaderamente duros. Me la pasaba en casa quejándome de lo difícil que eran las pruebas de doctorado. Mi madre me dijo:

 

-Sé como te sientes, recuerdo cuando tu padre tenía tu edad, estaba luchando contra los alemanes en la guerra.

 

Llegó el día que obtuve mi doctorado, estaba tan orgulloso y mi mamá me presentaba con todos diciendo:

 

-Este es mi hijo, es doctor pero no de la clase que cura a la gente.

 

Probablemente una de las cosas maravillosas que hicieron mis padres fue que me dejaran pintar mi cuarto. Dije un día que quería pintar cosas en las paredes y dijeron que sí. Pinté una nave espacial, vivíamos en un rancho y puse un elevador que no iba a ningún lado. Pueden ver lo «nerd» que era, puse una ecuación cuadrática. Pero lo grande es que me dejaron hacerlo, que dejaron que expresara mi creatividad, eso es más importante que lo limpias que pueden estar unas paredes, fui bendecido con unos padres que lo vieron de esa manera.

 

 

Randy Pausch

 

 

Mis padres me enseñaron la importancia de la gente sobre las cosas. Crecí y me compré mi primer automóvil, estaba muy emocionado, brillaba increíblemente. Estos son mis sobrinos Christopher y Lara, cada mes me los llevaba un fin de semana para darle un respiro a mi hermana y su esposo.

 

Nos íbamos de aventura, ponían sus zapatos en mi carro nuevo. Mi hermana comenzaba a decirles que cuidaran mi carro nuevo, que no lo ensuciaran. Y rompieron a reír, porque sobre sus hombros detrás, sin querer, abrí una soda y la vacié en la parte trasera del auto. Llegó mi hermana corriendo y me preguntó:

 

-¿Qué haces?

 

-Es una cosa, ¡es solamente una cosa!

 

Estuve orgulloso de haberlo hecho porque el fin de semana, cuando los llevaba a casa, me doy cuenta que tienen gripe y que se vomitan en la parte trasera de mi carro. Y no importa cuando valor se le de a esa limpia y brillante cosa, no se compara con lo bien que me sentí sabiendo que no hacía sentir culpable a un niño de ocho años porque tenía gripe.

 

Siguiente. Es mejor que decidas pronto si eres «Tiger» o «Igor». «Tiger» es energético, optimista, curioso, entusiasta y se divierte. Y nunca subestimes la importancia de estar alegre. Voy a morir pronto y he escogido estar alegre hoy, mañana y cualquier día que me quede.

 

Si quieres conseguir tus sueños es mejor que juegues honestamente con los demás. Un consejo que es difícil de seguir: Di la verdad. Segunda cosa: cuando la «riegues», discúlpate. Una buena disculpa tiene tres partes: Lo siento, fue mi culpa, cómo hago para corregirlo. La gente se salta esta tercera parte, pero es lo que se puede llamar sinceridad.

 

La última cosa es que, si hay personas que no nos caen bien o cosas que no nos gustan, he encontrado que nadie es pura maldad. Si esperas lo suficiente te mostrarán su lado bueno. No puedes apresurarlo, pero puedes ser paciente.

 

Se agradecido, la gratitud es una cosa muy sencilla y muy poderosa. Cuando llevaba diez años como miembro de la facultad había quince muchachos en mi laboratorio de investigación y los llevé una semana a «Disney World» con mi dinero y mis compañeros me dijeron:

 

-Eso va a costar mucho, ¿cómo lo vas a hacer?

 

-Estos muchachos han trabajado día y noche por años y por ellos he conseguido el mejor trabajo de mi vida, entonces, ¿por qué no hacerlo?

 

Y por último, no creo que quejarse y cuestionarse todo resuelva realmente los problemas. Él es Jackie Robinson, primer jugador negro de Grandes Ligas. En su contrato aparecía que no tenía que quejarse si la gente lo escupía. No me importa si te cae bien Jackie Robinson o una persona como yo que tiene un par de meses para vivir. Puedes escoger que el tiempo que te quede esté lleno de energía y esfuerzo o gastarlo quejándote, o por otro lado emplearlo jugando el juego duro; posiblemente te ayude más si escoges este.

 

 

Randy Pausch y familia

 

 

Les dije que esto es parte de la conferencia que di en la Universidad y es importante saber porqué di esta conferencia. La conferencia no es de cómo conseguir tus sueños de niñez, es más que eso, es de cómo vivir tu vida, porque si vives tu vida de la manera correcta, los resultados se harán cargo de ellos mismos y los sueños vendrán a ti, porque si la vives adecuadamente los sueños te llegarán.

 

Será grandioso si algunas personas se benefician con esta charla pero en realidad ni siquiera la di para las cuatrocientas personas que vinieron a la Universidad. Quise dar esta conferencia para tres personas –mis hijos Dylan, Logan y Chloe- para que cuando sean grandes la puedan ver. Gracias.

 

«The Oprah Show», 22 Octubre 2007

Invitado: Randy Pausch

 

 

Randy Pausch The Last Lecture

 

 

 

No vencemos a la muerte viviendo más tiempo; vencemos a la muerte viviendo bien y a plenitud pues la muerte nos va a llegar a todos. La pregunta es qué hacemos entre nuestro nacimiento y el momento en que morimos. Porque cuando llega la muerte, es demasiado tarde para hacer todas las cosas que siempre has querido hacer.

 

No son las cosas que hicimos de las cuales nos arrepentimos cuando estamos en el lecho de muerte, sino las cosas que dejamos de hacer.

 

Van a necesitar encontrar su pasión. Muchos de ustedes ya la han encontrado, muchos la encontrarán después, pero no se den por vencidos en buscarla. Encuentren su pasión y síganla. Si hay algo que he aprendido en mi vida es que no van a encontrar esa pasión en cosas. Y no encontrarán esa pasión en el dinero porque mientras más cosas y más dinero tengan, más van a mirar alrededor y usar eso como la métrica y siempre va a haber alguien que tenga más. Así es que su pasión debe venir de cosas que los llenen de adentro. Y honores y premios son cosas bonitas pero sólo si reflejan el verdadero respeto de sus colegas, y la buena opinión de gente a quienes uno admira es un honor tremendo que he recibido. Encuentren su pasión, y en mi experiencia no importa lo que hagan en el trabajo o en situaciones oficiales, esa pasión se basará en la gente y se verá reflejada en las relaciones que tengan con las personas y lo que ellas piensen de ustedes cuando llegue su hora. Esperé a tener treinta y nueve años para casarme porque tuve que esperar todo ese tiempo para encontrar a la persona cuya felicidad sea más importante que la mía y si tuviera que desear una sola cosa, deseo que ustedes encuentren esa clase de pasión y esa clase de amor en sus vidas.

 

 

Randy Pausch y esposa

 

 

Les aseguro que he hecho muchas cosas realmente estúpidas y ninguna de ellas me molesta. Todos los errores, todas las tonterías y las veces que he estado abochornado no me importan. Lo que importa es que puedo mirar atrás y decir que casi cada vez que tuve la oportunidad de hacer algo interesante, lo he tratado de hacer y allí está mi consuelo.

 

Hay que hablar claro y cerciorarnos de que los demás entienden nuestras circunstancias. Y es un error pretender que nos compadezcan.

 

Mi esposa Jai y yo, al saber que el cáncer se había extendido, nos abrazamos y nos echamos a llorar, pero después decidimos reírnos. ¡Y cómo nos hemos reído! Hacemos chistes a costa del cáncer y de cualquier otra cosa. En una ocasión fui a bucear con unos amigos y uno comentó que a mí no hacía falta ponerme bloqueador solar. El humor es uno de nuestros mayores dones. Sería terrible perderlo. 

 

En lo profesional me da gusto que el «Proyecto Alice» enseñará a millones de jóvenes a programar computadoras y divertirse. Ése ha sido mi oficio: divertirme haciendo cosas difíciles. El proyecto puede ser un legado.

 

 

Randy Pausch

 

 

No veo cómo lo que he hecho pueda interpretarse como muestra de valor. Conozco personas mucho más valientes. A veces me angustia la idea de dejar a tres hijos y entonces me encuentro con alguien que tiene cinco.

 

Hoy en este mismo instante, es un día maravilloso. Yo soy el más afortunado. Me rompe el corazón pensar que mis hijos se quedarán sin padre, pero no importa la edad, sino cómo hayas vivido. Yo no escogería morir a los cuarenta y siete años, pero mi vida ha sido increíble.

 

 

Dr. Randy Pausch (1960-2008)

 

 

Randy Pausch

 

 

 

 

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