Empezamos a comprender que, si queremos cambiar la situación, debemos
cambiar nosotros mismos. Y que para poder cambiar efectivamente, debemos
primero cambiar nuestras percepciones.
Todos tenemos muchos mapas en la cabeza, que pueden clasificarse en dos
categorías principales: mapas del modo en que son las cosas, o realidades, y
mapas del modo en que deberían ser, o valores. Con esos mapas mentales
interpretamos todo lo que experimentamos. Pocas veces cuestionamos su
exactitud; por lo general ni siquiera tenemos conciencia de que existen.
Para
relacionarnos efectivamente con otras personas, debemos aprender a escuchar.
Y esto requiere fuerza emocional. El escuchar requiere tener cualidades del
carácter altamente desarrolladas tales como paciencia, estar abiertos y
desear comprender. Es mucho más fácil actuar desde un nivel emocional bajo y
dar consejos de alto nivel.
«De
adentro hacia afuera» significa empezar por la persona; más
fundamentalmente, empezar por la parte más interior de la persona, los
paradigmas, el carácter y los motivos. El enfoque de adentro hacia afuera
dice que las victorias privadas preceden a las victorias públicas, que
debemos hacernos promesas a nosotros mismos, y mantenerlas ante nosotros, y
sólo después hacer y mantener promesas ante los otros. Dice también que es
fútil poner la personalidad por delante del carácter, tratar de mejorar las
relaciones con los otros ante de mejorarnos a nosotros mismos.
De
adentro hacia afuera es un proceso, un continuo proceso de renovación basado
en las leyes naturales que gobiernan el crecimiento y el progreso humanos.
Es una espiral ascendente de crecimiento que conduce a formas
progresivamente superiores de independencia responsable e interdependencia
efectiva.
La
dependencia es el paradigma del tú: tú cuidas de mí, tú haces o no haces lo
que debes hacer por mí; yo te culpo a ti por los resultados. La
independencia es el paradigma del yo: yo puedo hacerlo, yo soy responsable,
yo me basto a mí mismo, yo puedo elegir. La interdependencia es el paradigma
de nosotros: nosotros podemos hacerlo, nosotros podemos cooperar, nosotros
podemos combinar nuestros talentos y aptitudes para crear juntos algo más
importante.
Las
victorias privadas preceden a las públicas. No se puede invertir ese
proceso, así como no se puede recoger una cosecha antes de la siembra.
Resulta increíblemente fácil caer en la trampa de la actividad, en el
ajetreo de la vida, trabajar cada vez más para trepar por la escalera del
éxito, y descubrir finalmente que está apoyada en la pared equivocada.
Las
personas no pueden vivir en el cambio si en su interior no persiste un
núcleo invariable. La clave de la capacidad para cambiar es una idea
constante de lo que uno es, de lo que persigue y de lo que valora.
Las
personas efectivas no se orientan hacia los problemas, sino hacia las
oportunidades. Alimentan las oportunidades y dejan de morir de inanición a
los problemas.
No se
puede tener éxito con otras personas si no se ha pagado el precio del éxito
con uno mismo.
Se
necesita mucha fuerza de carácter para disculparse con rapidez, de todo
corazón y no de mala gana. Para disculparse auténticamente es necesario ser
dueño de uno mismo y tener una seguridad profunda respecto de los principios
y valores fundamentales.
El
problema está en el modo en que vemos el problema.
La
ética del carácter se basa en la idea fundamental de que hay principios que
gobiernan la efectividad humana, leyes naturales de la dimensión humana que
son tan reales, tan constantes y que indiscutiblemente están tan «allí» como
las leyes de gravitación universal en la dimensión física.
La felicidad, por lo
menos en parte, puede definirse como el fruto del deseo y la aptitud para
sacrificar lo que queremos
ahora por lo que queremos
finalmente.
Mientras no tengamos en
cuenta cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo vemos a los otros, no seremos
capaces de comprender cómo ven los otros y qué sienten acerca de sí mismos y
de su mundo. Sin conciencia, proyectaremos nuestras propias intenciones
sobre su conducta, y al mismo tiempo nos consideraremos objetivos.
El poder de
comprometernos con nosotros mismos y de mantener esos compromisos es la
esencia del desarrollo de los hábitos básicos de la efectividad.
No puede huir de
problemas en los que se ha metido usted mismo.
Saber que necesito
escuchar y saber cómo escuchar no basta. A menos que quiera escuchar, a
menos que tenga ese deseo, no se convertirá en un hábito de mi vida. Para
crear un hábito hay que trabajar en esas tres dimensiones.
La escucha empática
entra en el marco de referencia de la otra persona. Ve las cosas a través de
ese marco, ve el mundo como lo ve esa persona y comprende lo que siente.
Empatía no es simpatía. La simpatía es una forma de acuerdo, una forma de
juicio. Y a veces es la emoción y la respuesta más apropiada. Pero a menudo
la gente se nutre, se alimenta con la simpatía, lo cual la hace dependiente.
La esencia de la escucha empática no consiste en estar de acuerdo; consiste
en comprender profunda y completamente a la otra persona, tanto emocional
como intelectualmente.
Si la escalera no está
apoyada en la pared correcta, cada paso que demos no hará más que acercarnos
antes al lugar erróneo.
Es posible estar
atareado, muy atareado, sin ser muy efectivo.
El verdadero
autorrespeto proviene del dominio de sí, de la verdadera independencia.
No se pueden recoger
frutos cuando faltan las raíces. Éste es el principio de la secuenciación:
la victoria privada precede a la victoria pública. El autodominio y la
autodisciplina son los cimientos de una buena relación con los otros.
Un modo de
determinar cuál es nuestro círculo de preocupación consiste en distinguir
los «tener» y los «ser». El círculo de preocupación está lleno de «tener»:
me sentiré contento cuando tenga casa propia; si tuviera un jefe que no
fuera tan dictador; si tuviera una esposa más paciente; si tuviera un hijo
más obediente; si ya tuviera mi título; si tuviera más tiempo para mí. El
círculo de influencia está lleno de «ser»: puedo ser más paciente, ser
sensato, ser cariñoso. El foco está en el carácter.
Hasta que una persona no
pueda decir, profunda y honestamente, «Soy lo que soy como consecuencia de
mis elecciones de ayer», tampoco podrá decir «Elijo otra cosa».
El amor -el
sentimiento- es el fruto de amar, el verbo.Las
personas reactivas hablan del sentimiento; ellas se mueven por sentimientos.
Si nuestros sentimientos controlan nuestras acciones, ello se debe a que
hemos renunciado a nuestra responsabilidad y que permitimos que nuestros
sentimientos nos gobiernen.
La cólera o
ira desproporcionadas, la reacción exagerada ante una pequeña provocación y
el cinismo son formas de corporizar las
emociones reprimidas. Las personas que
se reprimen constantemente, y no trascienden los sentimientos para darles un
significado superior, acaban descubriendo que ello afecta la calidad de su
autoestima y finalmente la calidad de sus relaciones con los otros.
Para el
espíritu humano es mucho más ennoblecedor permitir que la gente se juzgue a
sí misma, y no juzgarla. Y en una cultura basada en la confianza alta,
también es más exacto. En varios casos, las personas saben en sus corazones,
mejor que en los informes, cómo están yendo las cosas. El discernimiento
interior suele ser mucho más preciso que la
observación o la medición.
La persona
verdaderamente efectiva tiene la humildad y el respeto necesarios para
reconocer sus propias limitaciones perceptuales y apreciar los ricos
recursos que pone a su disposición la interacción con los corazones y las
mentes de otros seres humanos.
Si dos
personas tienen la misma opinión, una de ellas es innecesaria. Para mí no
representaría ninguna ventaja comunicarme con alguien que ve lo mismo que
yo. No necesito hablar, comunicarme, con alguien que esté de acuerdo
conmigo; quiero comunicarme con usted porque ve las cosas de modo
diferente. Valoro esa diferencia.
Cuando ya
tenemos autoconciencia, debemos elegir los propósitos y principios que
pondremos en práctica en la vida; de otro modo
alguna otra cosa llenará el vacío, y
perderemos nuestra autoconciencia para ser como animales rastreros, cuya
finalidad primordial es la supervivencia y la reproducción.
Lo que
somos puede transmitirse con una
elocuencia mucho mayor que cualquier otra cosa que digamos o hagamos.
Las personas
proactivas llevan consigo su propio clima. El hecho de que llueva o brille
el sol no supone ninguna diferencia para ellas. Su fuerza impulsiva reside
en los valores, y si su valor es hacer un trabajo de buena calidad, no
depende de que haga buen tiempo o no.
Sólo
podemos lograr una mejora considerable en nuestras vidas cuando dejamos de
cortar las hojas de la actitud y la conducta y trabajamos sobre la raíz,
sobre los paradigmas de los que fluyen la actitud y la conducta.
Hay tres
valores fundamentales en la vida: el de la experiencia, o de lo que nos
sucede; el creador, o de lo que aportamos a la existencia y el actitudinal,
o de nuestra respuesta en circunstancias difíciles, como por ejemplo en
enfermedades terminales. El más alto de los tres valores es el actitudinal;
en otras palabras, lo que más importa es el modo en que respondemos a lo que
experimentamos en la vida.
Es mucho
más fácil culpar a los otros, al condicionamiento o a las condiciones por
nuestra propia situación de estancamiento. Pero somos responsables de
controlar nuestras vidas y de influir poderosamente en nuestras
circunstancias trabajando sobre el ser, sobre lo que somos.
En todos
los casos, es uno mismo quien tiene la responsabilidad de actuar. Si espera
que los demás actúen sobre usted, actuarán sobre usted.Nuestra naturaleza básica consiste en actuar, no en que se actúe sobre
nosotros. Esto nos permite elegir nuestras respuestas a circunstancias
particulares, y además nos da poder para crear las circunstancias.
Dr. Stephen
Covey
Preferiría ver un sermón que oír uno cada día
Preferiría que alguien me acompañe en vez de caminar solo
El ojo es mejor alumno que la oreja y más deseado que la
oreja
El buen consejo confunde, pero el ejemplo es siempre muy
claro
Los mejores predicadores son los que viven, los que predican
sus credos
Ver el bien puesto en acción es lo que todos necesitamos
Yo podría aprender a hacerlo pronto, si tú me lo muestras
hecho
Puedo mirar tus manos en acción, pero tu lengua puede correr
muy rápido
Los discursos que usted da pueden ser muy sabios y verdaderos
Pero preferiría aprender mi lección al observar lo que usted
hace
Puede ser que no entienda los maravillosos consejos que
quiere enseñar
Pero no hay ninguna equivocación en la forma como se comporta
y cómo vive.
Edgar Guest
Nunca
tropezará su pie al quedarse parado en un lugar. Cuanto más rápido avance,
existirá mayor peligro de tropezar, pero también existirá la mayor
probabilidad de llegar a algún sitio.
Charles
Kettering
Mientras los demás tan solo ven lo que he logrado y conseguido, o, mejor
dicho, lo que me ha salido bien, lo que ha dado buenos resultados, en estos
instantes de lo que soy más consciente es de lo que hubiera debido hacer, lo
que hubiera podido hacer, pero no he hecho. En una palabra: lo que le debo a
la gracia de haberme sido regalados cincuenta años de vida tras haber pasado
las puertas de Auschwitz.
Dr. Viktor Frankl
La
actitud es el pincel con el que la mente colorea nuestra vida. Y somos
nosotros quienes elegimos los colores.
Adam
Jackson
Mi
corazón es como un río, mi corazón es como esas colinas que nunca cambian.
Yo nunca cambio y nunca cambiaré.
Rebecca
Lavelle «My heart is like a river»
Lo
que no está de acuerdo con el paradigma reinante
es apartado.
Everett Mendelsohn
La
gente complica las cosas porque teme enfrentar los asuntos más sencillos.
Patrick Lencioni
Mientras
más grande sea la dificultad, hay más mérito en superarla.
Epicuro
Confía en el mensaje del
maestro, no en su personalidad.
Confía en
el significado, no sólo en las palabras.
Confía en el significado real, no en el provisional.
Confía en tu mente sabia, no en tu mente ordinaria,esa que hace juicios
Buda
¿Cuál es la respuesta?.
Eso no importa. ¿Cuál es la pregunta?.
Gertrude Stein
La mejor manera de
saber de qué madera estás hecho consiste en observar tu comportamiento
cuando estás presionado por alguien o por algo. Entonces, para bien o para
mal, aflora tu verdadero yo.
Brian Tracy
Al borde del océano de
la vida, morimos miserablemente. A veces nos hallamos más alejados cuando
más cerca estamos. Nos encontramos al borde de un océano de poder, pero cada
uno debe emprender los pasos que lo lleven hasta ahí. Unos pocos instintos
fuertes y unas pocas reglas simples no son suficientes.
Ralph Waldo Emerson
Decide qué puede
hacerse y se hará, y entonces hallarás la manera.
Abraham Lincoln
Había creado una
elegante y señorial campaña publicitaria para los automóviles Rolls-Royce
con la siguiente cabecera:
«A sesenta millas por hora, el mayor ruido que se oye en el nuevo
Rolls-Royce procede de su reloj eléctrico».
Cuando el ingeniero jefe de las fábricas Rolls Royce leyó esta frase, movió
la cabeza tristemente, diciendo:
-Ya va siendo hora de que hagamos algo para mejorar ese condenado reloj.
David Ogilvy,
publicista
Creo que más que
cualquier cosa, son nuestras decisiones, y no las circunstancias de nuestra
vida, las que determinan nuestro destino.
Anthony Robbins
Existo como soy, con eso basta
Si nadie
más en el mundo lo sabe,
permanezco
sentado, contento,
y si cada
uno y todos lo saben,
permanezco
sentado, contento.
Un mundo lo
sabe, y para mí es con mucho
el más
grande y ése soy yo mismo.
Y si recibo
el reconocimiento hoy,
o en diez
mil o diez millones de años,
puedo
recibirlo ahora con alegría,
o con igual
alegría puedo esperar.
Walt Whitman
No hay que
dudar que un pequeño grupo de personas comprometidas puede cambiar el mundo;
en realidad nunca ha ocurrido otra cosa.
Margaret Mead
La
experiencia es el nombre que le damos a nuestros errores.
Oscar Wilde
Conseguirás la grandeza, cuando prescindas
de la dignidad de los que están por encima de tí y hagas que los que están
por debajo prescindan de tu dignidad; cuando no seas arrogante con el
humilde, ni humilde con el arrogante.
Anthony de Mello
Yo no sé
cual es la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de
complacer a todo el mundo.
Bill Cosby
Rodéate sólo de personas que te eleven más
alto.
Oprah Winfrey
Las mejores
cosas de la vida no son cosas.
Art
Buchwald
Los
principios que lo rigen crean el mundo en que usted
vive; si cambia estos principios, cambiará su mundo.
Blaine Lee
¿Qué gano si consigo lo que ambiciono?Un
sueño, un respiro, un momento alegría efímera.
¿Quién compra un minuto de risas y llora una semana
o busca la eternidad para obtener
un juguete?¿Quién destruye la vid por una uva dulce?
William Shakespeare
¿Cómo podremos recordar nuestra ignorancia,
según exige nuestro crecimiento, si continuamente usamos nuestros
conocimientos?
Henry David Thoreau
Felicidad no es hacer lo que uno quiere
sino querer lo que uno hace.