5 - LEY DE LA INTENCIÓN Y EL DESEO |
Esta ley se basa en el
hecho de que la
energía y la
información existen en todas partes en la naturaleza. Todo
el universo, en su naturaleza esencial, es el movimiento de la energía y la
información
Los seres humanos, pertenecemos a una especie privilegiada. Tenemos un sistema nervioso capaz de tomar conciencia del contenido de energía e información de ese campo particular que da origen a nuestro cuerpo físico.
Experimentamos ese campo subjetivamente en forma de pensamientos, sentimientos, emociones, deseos, recuerdos, instintos, impulsos y creencias.
Este mismo campo es percibido objetivamente como el cuerpo físico, y por medio
del cuerpo, percibimos ese campo como el mundo. Pero todo está hecho de lo
mismo.
Nuestro cuerpo no es
independiente del cuerpo del universo, porque al nivel de la mecánica cuántica
no existen fronteras bien definidas. Ese campo cuántico más grande, el universo,
es nuestro cuerpo ampliado.
El sistema nervioso humano no solamente es capaz de tomar conciencia de la información y de la energía de su propio campo cuántico, sino que, como la conciencia humana es infinitamente flexible a través de ese maravilloso sistema nervioso, podemos cambiar conscientemente el contenido de información que da origen a nuestro cuerpo físico.
Podemos cambiar conscientemente el contenido de energía y de información de
nuestro propio cuerpo de mecánica cuántica y, por tanto, influir en el contenido
de energía y de información de nuestro cuerpo ampliado, nuestro entorno, el
mundo, y hacer que sucedan cosas en él.
Este cambio consciente se logra a través de las dos cualidades inherentes a la conciencia: la atención y la intención. La atención da energía, y la intención transforma. Cualquier cosa a la cual prestemos atención, crecerá con más fuerza en nuestra vida.
Cualquier cosa a la cual dejemos de prestar atención, se marchitará, se desintegrará y desaparecerá. Por otro lado, la intención estimula la transformación de la energía y de la información. La intención organiza su propia realización.
El acto de dirigir la intención sobre el objeto de la atención desencadenará una infinidad de sucesos espacio-temporales orientados a producir el resultado buscado, siempre y cuando que uno cumpla las otras leyes espirituales del éxito.
Esto se debe a que la intención, dirigida sobre el campo fértil de la atención, tiene un infinito poder organizador. Infinito poder organizador significa poder para organizar una infinidad de sucesos espacio-temporales, todos al mismo tiempo.
En el orden general de la naturaleza, todo se conecta y se correlaciona con todo lo demás. La naturaleza es una sinfonía. Y esa sinfonía es orquestada en silencio desde el fundamento último de la creación.
El cuerpo humano es otro buen ejemplo de esta sinfonía. Una sola célula del cuerpo humano realiza cerca de seis billones de funciones por segundo, y debe saber lo que todas las demás células están haciendo al mismo tiempo.
Lo que es asombroso acerca del sistema nervioso de la especie humana es que puede gobernar ese infinito poder organizador a través de la intención consciente. En la especie humana, la intención no está fija o encerrada en una red rígida de energía e información. Tiene una flexibilidad infinita.
Mientras no infrinjamos las otras leyes de la naturaleza, a través de nuestra
intención podemos, literalmente, dirigir las leyes de la naturaleza para
convertir en realidad nuestros sueños y nuestros deseos.
La intención sienta las
bases para el flujo fácil, espontáneo y suave de la potencialidad pura, que
busca pasar de lo inmanifiesto a lo manifiesto. La única advertencia es que
utilicemos nuestra intención para beneficio de la humanidad; pero eso es algo
que sucede espontáneamente cuando uno está alineado con las siete leyes
espirituales del éxito.
La intención es el verdadero poder detrás del deseo. La sola intención es muy poderosa, porque es deseo sin apego al resultado. El solo deseo es débil, porque en la mayoría de los casos es atención con apego.
La intención es
desear respetando estrictamente todas las demás leyes, pero en particular la
sexta ley espiritual del éxito:
la ley del
desapego.
La intención, combinada con el desapego, lleva a una conciencia del momento presente centrada en la vida. Y cuando la acción se realiza teniendo conciencia del momento presente, su eficacia es máxima. La intención mira hacia el futuro, pero la atención está en el presente.
Mientras la atención esté en el presente, la intención hacia el futuro se cumplirá porque el futuro se crea en el presente. Debemos aceptar el presente tal como es. Aceptemos el presente y proyectemos el futuro.
El futuro es algo que siempre podemos crear por medio de la intención desapegada, pero nunca debemos luchar contra el presente.
El pasado, el presente y el futuro son propiedades de la conciencia. El pasado es recuerdo, memoria; el futuro es expectación; el presente es conciencia. Por consiguiente, el tiempo es el movimiento del pensamiento.
Tanto el pasado como el futuro nacen en la imaginación; solamente el presente, que es conciencia, es real y es eterno. Lo es. Es la potencialidad para el mundo del espacio y el tiempo, la materia y la energía.
Es un campo eterno de
posibilidades que se experimenta a sí mismo en forma de fuerzas abstractas,
trátese de la luz, el calor, la electricidad, el magnetismo o la gravedad. Estas
fuerzas no están ni en el pasado ni en el futuro; sencillamente
son.
Nuestra interpretación de estas fuerzas abstractas hace posible que tengamos la experiencia de los fenómenos concretos. Las interpretaciones que recordamos de las fuerzas abstractas crean la experiencia del pasado, mientras que las que anticipamos crean el futuro.
Ellas son las cualidades de la atención en la conciencia. Cuando estas
cualidades se liberan de la carga del pasado, la acción en el presente se
convierte en suelo fértil para la creación del futuro.
La intención, apoyada en
esta libertad indiferente del presente, actúa como catalizador para la mezcla
correcta de materia, energía y sucesos espacio-temporales para crear cualquier
cosa que deseemos.
Si tenemos conciencia del momento presente centrada en la vida, entonces los obstáculos imaginarios, los cuales constituyen más del noventa por ciento de los obstáculos percibidos, se desintegran y desaparecen.
El restante
cinco a diez por ciento de los obstáculos percibidos se pueden convertir en
oportunidades por medio de la intención focalizada.
La intención focalizada es la atención que no se aparta de su propósito. Tener una intención focalizada significa mantener nuestra atención en el resultado que perseguimos, con un propósito tan inflexible que impida completamente que cualquier obstáculo consuma o disipe la concentración de nuestra atención.
Se eliminan de la conciencia todos los obstáculos, de manera total y completa.
Así podemos mantener una serenidad inconmovible, a la vez que mantenemos con
pasión intensa el compromiso con nuestro objetivo. Éste es, simultáneamente, el
poder de la conciencia sin apego y la intención focalizada.
Aprendamos a aprovechar el poder de la intención, y podremos crear cualquier cosa que deseemos. Todavía será posible obtener resultados a través del esfuerzo y la constancia, pero a un precio; ese precio puede ir desde la tensión emocional hasta una enfermedad cardiaca o un trastorno de la función del sistema inmunológico.
Es mucho mejor dar los siguientes cinco pasos para poner en práctica la ley de la intención y el deseo. Cuando sigamos estos cinco pasos para cumplir nuestros deseos, la intención generará su propio poder:
1) Entremos en el espacio
de la conciencia pura. Eso significa ubicarnos en medio de ese espacio
silencioso que hay entre los pensamientos, entrar en el silencio, ese nivel de
sólo ser que es nuestro estado
esencial.
2) Una vez establecidos en ese estado de sólo ser, liberemos nuestras intenciones y nuestros deseos. Cuando uno está realmente en ese espacio, no hay pensamiento, no hay intención; pero en cuanto sale de él, en esa unión entre el espacio silencioso y un pensamiento, es posible introducir la intención.
Si tenemos una serie de metas, escribámoslas y concentremos nuestra intención en ellas antes de entrar en el espacio silencioso. Si deseamos una carrera de éxito, por ejemplo, debemos entrar en el espacio silencioso con esa intención, y así la intención ya estará allí como una tenue llama vacilante en nuestra conciencia.
Liberar las
intenciones y los deseos en este espacio significa sembrarlos en el suelo fértil
de la potencialidad pura y esperar a que florezcan en el momento propicio. No es
conveniente desenterrar las semillas de los deseos para ver si están creciendo,
o aferrarse rígidamente a la manera como deberán desarrollarse. Lo único que hay
que hacer es dejarlas libres.
3) Permanezcamos en el estado de auto-referencia. Esto significa permanecer establecidos en la conciencia de nuestro verdadero yo - nuestro espíritu, nuestra conexión con el campo de la potencialidad pura.
También significa no vernos a nosotros mismos
a través de los ojos del mundo, o dejarnos influir por las opiniones y las
críticas de los demás. Una buena manera de mantener el estado de auto
referencia
es no divulgar nuestros deseos; no compartirlos con nadie, a menos que la otra
persona tenga exactamente los mismos deseos que nosotros y entre los dos exista
una unión fuerte.
4) Renunciemos a nuestro
apego al resultado. Esto significa renunciar a nuestro rígido interés por un
resultado específico y vivir en la sabiduría de la
incertidumbre. Significa disfrutar cada momento de la
jornada de la vida, aunque desconozcamos el
desenlace.
5) Dejemos que el universo
se encargue de los detalles. Nuestras intenciones y nuestros deseos, una vez
liberados en el espacio silencioso, tienen un
infinito poder
organizador.
Confiemos en que ese
infinito poder organizador de la intención orquestará todos los detalles por
nosotros.
Recordemos que nuestra
verdadera naturaleza es el espíritu puro. Llevemos la conciencia de este
espíritu a donde quiera que vayamos, liberemos suavemente nuestros deseos, y el
universo manejará los detalles por
nosotros.
Deepak Chopra
Si he conseguido ver más lejos, es porque me he aupado en hombros de gigantes. No sé lo que pareceré a los ojos del mundo, pero a los míos es como si hubiese sido un muchacho que juega en la orilla del mar y se divierte de tanto en tanto encontrando un guijarro más pulido o una concha más hermosa, mientras el inmenso océano de la verdad se extendía, inexplorado frente a mi.
Isaac Newton
El mundo no es realmente como se ve. Al reducir la materia a sus componentes más pequeños, encontramos átomos y partículas subatómicas. Estos trozos de materia vibrando a una velocidad enorme, realmente son paquetes de energía. El mundo material está compuesto de energía. En realidad nada es sólido y la velocidad de la vibración de estos paquetes de energía determina si es un objeto sólido o no. El mundo material sólido que crees conocer, es solo una masa de energía vibrando a diversas velocidades. Cuando pensamos, nuestro cerebro produce energía y vibraciones. Si a cada acción corresponde una reacción opuesta de igual magnitud, cada vez que generamos un pensamiento, con su muy particular vibración, producimos una reacción o consecuencia. Debido a la gran cantidad de pensamientos que generamos diariamente, son numerosas las vibraciones que emitimos y las consecuencias que provocamos.
Eduardo Crusco Granados
Dios no solo juega a los dados, a veces los tira donde no se pueden ver.
Stephen Hawking
Lo que llamamos casualidad no es más que la ignorancia de las causas físicas.
Gottfried Leibnitz
Nunca te expreses más claramente de lo que eres capaz de pensar.
Niels Bohr
Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender.
Marie Curie
Hay que hacer de la vida un sueño y de un sueño una realidad.
Pierre Curie
El hombre que ha perdido la facultad de maravillarse es como un hombre muerto.
Albert Einstein
En la naturaleza la mejor política posible es ser lo más conservador posible.
Werner Heisenberg
Si uno no puede comunicar lo que ha estado haciendo, su trabajo carecerá de valor.
Erwin Schrödinger
Querer es una gran cosa porque a la Voluntad suelen seguir la Acción y el Trabajo y el Trabajo va casi siempre acompañado del Éxito. La Voluntad abre las puertas del Éxito brillante y feliz, el Trabajo franquea estas puertas y al fin de la jornada el Éxito llega a coronar los propios esfuerzos.
Louis Pasteur
Cuando te comprometes profundamente con lo que estás haciendo, cuando tus acciones son gratas para ti y, al mismo tiempo, útiles para otros, cuando no te cansas de buscar la dulce satisfacción de tu vida y de tu trabajo, estás haciendo aquello para lo que naciste.
Gary Zukav