1. LEY DE CONTROL |
Haga una pausa de diez minutos por cada dos horas de trabajo. Repita estas pautas en su vida diaria y piense en usted, analizando sus actitudes.
Aprenda a decir «no» sin sentirse culpable, o creer que lastima a alguien. Querer agradar a todos e un desgaste enorme.
Planifique su día, pero deje siempre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que no todo depende de usted.
Concéntrese en apenas una tarea a la vez. Por más ágiles que sean sus cuadros mentales, usted se cansa.
Olvídese de una vez por todas que usted es indispensable en el trabajo, casa o grupo habitual. Por más que le desagrada, todo camina sin su actuación, a no ser usted mismo.
Deje de sentirse responsable por el placer de los otros. Usted no es la fuente de los deseos, ni el eterno maestro de ceremonia.
Pida ayuda siempre que sea necesario, teniendo el buen sentido de pedírsela a las personas correctas.
Separe los problemas reales de lo imaginarios y elimínelos, porque son pérdida de tiempo y ocupan un espacio mental precioso para cosas más importantes.
Intente descubrir el placer de cosas cotidianas como dormir, comer y pasear, sin creer que es lo máximo que puede conseguir en la vida.
Evite envolverse en ansiedades y tensiones ajenas. Espere un poco y después retorne al diálogo y a la acción.
Su familia no es usted, está junto a usted, compone su mundo, pero no es su propia identidad.
Comprenda qué principios y convicciones inflexibles pueden ser un gran peso que evitan el movimiento y la búsqueda.
Es necesario tener cerca siempre a alguien a quien le pueda confiar y hablar abiertamente.
Conozca la hora acertada de salir de una cena, levantarse del palco y dejar una reunión. Nunca pierda el sentido de la importancia de salir a la hora correcta.
No quiera saber si hablaron mal de usted, ni se atormente con esa basura mental. Escuche lo que hablaron bien de usted, con reserva analítica, sin creérselo todo.
Competir en momentos de diversión, trabajo y vida entre pareja, es ideal para quien quiere quedar cansado o perderse la mejor parte.
La rigidez es buena en las piedras, no en los seres humanos.
Una hora de inmenso placer sustituye, con tranquilidad, tres horas de sueño perdido. El placer recompensa más que el sueño. Por eso, no pierda una buena oportunidad de divertirse.
No abandone sus tres grandes e invaluables amigas: Intuición, Inocencia y Fe.
Entienda de una vez por todas que usted es lo que usted haga de usted mismo.
Instituto Francés de Ansiedad y Estrés
El foco o «locus» de control es una variable de tipo personal asociada a las creencias que la persona tiene sobre la determinación o causa de los eventos que se le presentan. El foco de control puede ser externo o interno. Entre ambos y grandes diferencias: el primero atribuye lo que le sucede en su vida a causas que no puede controlar y el segundo asume las responsabilidades de lo que le pasa. En una situación hipotética de la quiebra de una empresa, cada tipo de individuo reaccionaria de manera distinta.
Si el foco de control es «externo», las personas que se ubican en este lugar atribuyen las situaciones que le suceden su vida a causas externas a ellos y creen que los cambios ocurren independientemente de su capacidad de intervención. Dentro de este rango nos encontramos a la persona «metasocial» que ubicaría las causas del fracaso de la empresa en la mala suerte; diría que Dios así lo decidió o daría explicaciones parecidas. Igualmente nos encontramos a la persona «dependiente» que achacaría su debacle financiera al estado, a las formas de conducción del país; ante las cuales su acción en poco o nada hubiese contribuido a que el resultado fuera diferente.
Si el foco de control es «interno», las personas que se ubican en este lugar se responsabilizan de las situaciones que le suceden en la vida y reconocen en sí mismos el poder para cambiarlo. Dentro de este rango nos encontramos a la persona «interdependiente», la cual no sólo señalaráa al Estado por la quiebra de la empresa sino que analizaría sus propias acciones y valoraría en qué medida influyeron en el fracaso. Igualmente nos encontramos a la persona «individual» que ubicaría las causas de la iniciativa fallida sólo en sí mismo y en sus acciones.
Alejandro Moreno, sacerdote salesiano y psicólogo
Uno es responsable absoluto de lo que pasa con su vida: nada nos sucede por casualidad, por contingencia. Cuando asumes eso, aprendes la manera de mejorar tu vida. Es un cambio interno. No se busca cambiar afuera, porque uno no se siente mejor. Eres responsable de tu vida, no víctima de lo que te pasa. Una persona que siente más control de su vida es una persona más feliz.
José Gregorio Méndez
La vida en situación de pobreza está asociada a falta de control interno. La pobreza es con frecuencia una cuestión de deseo. Mucha gente que vive en condiciones financieras difíciles no piensa en ser exitosa; no crean el deseo de serlo. Simplemente se quedan allí.
Karen Berg, cabalista
Es importante que la gente asuma las responsabilidades de lo que le pasa, pero no la culpabilidad.
Dr. Arnaldo Montaner, psiquiatra y psicoanalista