1. LEY DE CONTROL

 

 
 
 
 
 
La ley de control nos dice que te sentirás positivo en la medida en que percibas que controlas tu propia vida, mientras que te invadirá una sensación negativa cuando notes que no ejerces aquel control o experimentes que tu persona se halla influida de manera notoria por una persona o fuerza externa.
 
Esta ley o principio está ampliamente reconocido en psicología bajo el nombre de teoría del «lugar de control». Generalmente se admite que la mayoría de los estados de estrés, ansiedad, tensión y enfermedad psicosomática aparecen como consecuencia de sentirse la persona controlada o que no controla alguna parte importante de su vida.
 
Por ejemplo, si sientes que tu vida está a merced de tus deudas, de tu jefe, de tu delicada salud, de tus malas relaciones o de la voluntad de otras personas, lo más probable es que sufras estrés.
 
Este estrés se manifestará en forma de irritación, enfado y resentimiento y, si no se le pone remedio, evolucionará hacia un estado de insomnio, depresión y malestar físico de varias clases.
 
Tu lugar de control puede tener un carácter interno o externo. Es decir, te puedes sentir responsable de tu propia vida, feliz, positivo y confiado o, por el contrario, puedes sentirte controlado por otros, impotente, atrapado y víctima.
 
En cualquier caso, el hacerte con las riendas de tu vida comienza por el control de tus pensamientos, que es lo único sobre lo que puedes ejercer un completo dominio. Lo que pienses acerca de cualquier situación determina tu sentir sobre ella y este sentimiento es lo que determina tu conducta.
 
La autodisciplina, el autodominio y el autocontrol se consiguen desde el momento en que puedes dirigir tu pensamiento. Ninguna persona o situación puede hacerte sentir algo; solo la forma de pensar sobre una determinada persona o situación te hace sentir eso que sientes.
 
Básicamente, hay dos formas de controlar cualquier situación que te esté causando estrés o malestar psíquico. La primera es pasar a la acción, enfrentarte a ella y hacer algo para cambiarla; en otras palabras, imponerte a la situación y convertirla en algo diferente. La segunda consiste en desaparecer, quitarte de en medio.
 
Hay veces que puedes recobrar el control apartándote de la persona o de la situación y dedicándote a hacer cualquier otra cosa.
 
En ocasiones, lo mejor que puedes hacer con una situación que crees incontrolada es que desaparezca. Si has acabado alguna vez alguna relación conflictiva o has dejado un trabajo desagradable, recordarás lo bien que te sientes cuando das por finalizada tu lucha.
 
Desde el momento en que decides no resistir más, empiezas a recobrar tu sentido del control.
 
La ley de control te explica por qué es tan importante para ti tener decisión y saber exactamente lo que quieres. La confianza en uno mismo que da el sentirse con el control de algo, es lo que nos hace comprender que las personas que tengan un propósito claro y un plan preconcebido siempre tendrán ventaja sobre las que sean indecisas e inseguras.
 
Haz un examen de las distintas áreas de tu vida utilizando una lista de confrontación mental y entérate de en cuáles te sientes positivo y con control y en cuáles no. A continuación párate a pensar en las cosas concretas que podrías hacer para tener dominio sobre aquellas parcelas de tu vida que te estén causando desasosiego.
 
 Piensa también cuáles serían aquellas situaciones que tendrías que dejar de lado para sentirte mejor.
 
Una de tus mayores responsabilidades es la de llevar tú mismo el timón de tu vida. Este sentido de control es la base en la que te tienes que apoyar para alcanzar un mayor éxito y felicidad en el futuro; asegúrate de que sea sólida como una roca.
 
Brian Tracy
 
 
Capítulo Uno
Voy andando por la calle
Hay un agujero profundo en la acera
Me caigo
Estoy perdida, no sé que hacer
No es culpa mía.
Tardo siglos en salir.
 
Capítulo Dos
Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Hago como que no lo veo
Me vuelvo a caer.
No puedo creer que me haya caído en el mismo sitio.
Pero no es culpa mía.
Tardo bastante tiempo en salir.
 
Capítulo Tres
Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Veo que está ahí
Me caigo, es una rutina,
Pero tengo los ojos bien abiertos.
Sé donde estoy
Es culpa mía
Salgo rápidamente.
 
Capítulo Cuatro
Voy por la misma calle
Hay un agujero profundo en la acera.
Lo esquivo.
 
Capítulo Cinco
Voy por otra calle.
 
Portia Nelson «Autobiografía en cinco capítulos breves»
 
 
Mis errores lo han sido también por exceso: pedía demasiado, emocionalmente hablando, sin ser consciente de lo que pedía. Imaginaba que daba demasiado cuando en realidad maltrataba a alguien pidiéndole atención.
 
May Sarton
 

Haga una pausa de diez minutos por cada dos horas de trabajo. Repita estas pautas en su vida diaria y piense en usted, analizando sus actitudes.

Aprenda a decir «no» sin sentirse culpable, o creer que lastima a alguien. Querer agradar a todos e un desgaste enorme.

Planifique su día, pero deje siempre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que no todo depende de usted.

Concéntrese en apenas una tarea a la vez. Por más ágiles que sean sus cuadros mentales, usted se cansa.

Olvídese de una vez por todas que usted es indispensable en el trabajo, casa o grupo habitual. Por más que le desagrada, todo camina sin su actuación, a no ser usted mismo.

Deje de sentirse responsable por el placer de los otros. Usted no es la fuente de los deseos, ni el eterno maestro de ceremonia.

Pida ayuda siempre que sea necesario, teniendo el buen sentido de pedírsela a las personas correctas.

Separe los problemas reales de lo imaginarios y elimínelos, porque son pérdida de tiempo y ocupan un espacio mental precioso para cosas más importantes.

Intente descubrir el placer de cosas cotidianas como dormir, comer y pasear, sin creer que es lo máximo que puede conseguir en la vida.

Evite envolverse en ansiedades y tensiones ajenas. Espere un poco y después retorne al diálogo y a la acción.

Su familia no es usted, está junto a usted, compone su mundo, pero no es su propia identidad.

Comprenda qué principios y convicciones inflexibles pueden ser un gran peso que evitan el movimiento y la búsqueda.

Es necesario tener cerca siempre a alguien a quien le pueda confiar y hablar abiertamente.

Conozca la hora acertada de salir de una cena, levantarse del palco y dejar una reunión. Nunca pierda el sentido de la importancia de salir a la hora correcta.

No quiera saber si hablaron mal de usted, ni se atormente con esa basura mental. Escuche lo que hablaron bien de usted, con reserva analítica, sin creérselo todo.

Competir en momentos de diversión, trabajo y vida entre pareja, es ideal para quien quiere quedar cansado o perderse la mejor parte.

La rigidez es buena en las piedras, no en los seres humanos.

Una hora de inmenso placer sustituye, con tranquilidad, tres horas de sueño perdido. El placer recompensa más que el sueño. Por eso, no pierda una buena oportunidad de divertirse.

No abandone sus tres grandes e invaluables amigas: Intuición, Inocencia y Fe.

Entienda de una vez por todas que usted es lo que usted haga de usted mismo.

Instituto Francés de Ansiedad y Estrés

A menudo la gente dice que ésta o aquella persona aún no se ha encontrado a sí misma. Pero el yo no es algo que se encuentra, es algo que uno crea.
 
Thomas Szasz

El foco o «locus» de control es una variable de tipo personal asociada a las creencias que la persona tiene sobre la determinación o causa de los eventos que se le presentan. El foco de control puede ser externo o interno. Entre ambos y grandes diferencias: el primero atribuye lo que le sucede en su vida a causas que no puede controlar y el segundo asume las responsabilidades de lo que le pasa. En una situación hipotética de la quiebra de una empresa, cada tipo de individuo reaccionaria de manera distinta.

Si el foco de control es «externo», las personas que se ubican en este lugar atribuyen las situaciones que le suceden su vida a causas externas a ellos y creen que los cambios ocurren independientemente de su capacidad de intervención. Dentro de este rango nos encontramos a la persona «metasocial» que ubicaría las causas del fracaso de la empresa en la mala suerte; diría que Dios así lo decidió o daría explicaciones parecidas. Igualmente nos encontramos a la persona «dependiente» que achacaría su debacle financiera al estado, a las formas de conducción del país; ante las cuales su acción en poco o nada hubiese contribuido a que el resultado fuera diferente.

Si el foco de control es «interno», las personas que se ubican en este lugar se responsabilizan de las situaciones que le suceden en la vida y reconocen en sí mismos el poder para cambiarlo. Dentro de este rango nos encontramos a la persona «interdependiente», la cual no sólo señalaráa al Estado por la quiebra de la empresa sino que analizaría sus propias acciones y valoraría en qué medida influyeron en el fracaso. Igualmente nos encontramos a la persona «individual» que ubicaría las causas de la iniciativa fallida sólo en sí mismo y en sus acciones.

Alejandro Moreno, sacerdote salesiano y psicólogo

Uno es responsable absoluto de lo que pasa con su vida: nada nos sucede por casualidad, por contingencia. Cuando asumes eso, aprendes la manera de mejorar tu vida. Es un cambio interno. No se busca cambiar afuera, porque uno no se siente mejor. Eres responsable de tu vida, no víctima de lo que te pasa. Una persona que siente más control de su vida es una persona más feliz.

José Gregorio Méndez

La vida en situación de pobreza está asociada a falta de control interno. La pobreza es con frecuencia una cuestión de deseo. Mucha gente que vive en condiciones financieras difíciles no piensa en ser exitosa; no crean el deseo de serlo. Simplemente se quedan allí.

Karen Berg, cabalista

Es importante que la gente asuma las responsabilidades de lo que le pasa, pero no la culpabilidad.

Dr. Arnaldo Montaner, psiquiatra y psicoanalista

 
 
Si somos incapaces de encontrar tranquilidad en nosotros mismos, no tiene sentido buscarlo en otra parte.
 
La Rochefoucauld
 
 
 

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