LA SUSTANCIA DE NUESTRO SER

 

 
El amor es la energía más básica y dominante que existe. Es la esencia de nuestro ser y nuestro universo. Es el componente fundamental de la naturaleza que conecta y une todas las cosas, a todas las personas.
 
Nuestra tarea es aprender, llegar a ser divinos a través del conocimiento. Sabemos tan pocas cosas; gracias al conocimiento nos acercamos a Dios, y entonces podemos descansar. Después volvemos para enseñar y ayudar a los demás.
 
El amor no es una abstracción, sino una energía de verdad. Empieza a entrar en contacto con Dios en tu interior. Siente el amor. Expresa el amor.
 
El amor disuelve el miedo. Cuando se siente amor no puede temerse nada. Como todo es energía, y el amor abarca todas las energías, todo es amor.
 
No tengamos miedo. Somos inmortales, espíritus eternos, y somos siempre amados. De hecho, somos amor. No morimos; cuando muere nuestro cuerpo físico, una parte de nosotros sigue existiendo. Espíritu, alma, conciencia. Es como atravesar un umbral para entrar en otra habitación mayor, más luminosa.
 
Siempre nos rodea el amor. Nuestros seres queridos no nos abandonan nunca. Todos somos almas hermosas e inmortales. Estamos en un cuerpo durante un tiempo, pero nuestra esencia no es ese cuerpo.
 
Dentro de nuestra formas humanas, hay un ser espiritual. Nuestra parte espiritual nunca muere. Jamás perdemos a nuestros seres queridos. En realidad, todos los seres humanos estamos conectados para siempre,
 
La energía del amor es, en potencia, más fuerte que cualquier bomba y más sutil que cualquier hierba. Lo que sucede es que aún no hemos podido aprovechar esa energía tan básica y pura. Cuando lo consigamos, podrá darse una curación en todos los niveles, individual y planetaria.
 
 
Nuestras almas siempre se sienten atraídas hacia el amor. Cuando comprendamos de verdad el concepto de que el amor es energía que lo abarca todo y que su impulso curativo puede transformar con rapidez nuestros cuerpos, mentes y almas, superaremos nuestros males y nuestros dolores.
 
Olvídate del pasado. Ya no volverá. Aprende de él y déjalo en paz. La gente madura y cambia constantemente. No te aferres a una imagen limitada, desconectada y negativa de una persona en el pasado. Mírala como es ahora. Tu relación con los demás está siempre viva, siempre en continuo cambio.
 
Ser feliz y divertirse no es malo ni es un pecado, ni algo poco espiritual. Al contrario no avanzarás hasta que aprendas a estar alegre.
 
Los seres humanos tenemos muchas dimensiones, pero el tiempo no es como lo vemos, sino que se compone de lecciones que se van aprendiendo.
 
Dios lo es todo, una energía de amor que posee una sabiduría y un poder incomprensibles. Todos estamos comprendidos en Dios, porque él está en todos y cada uno de nosotros, es la sustancia de nuestro ser.
 
Brian Weiss
 

 

¿Cómo se puede vencer un profundo sentimiento de soledad? Sea cual sea el origen de este sentimiento, guarda relación con el punto de vista que tenemos de las cosas. Al margen de que se tenga o no una creencia religiosa, la razón principal de ese sentimiento es que quien lo experimenta siente muy poco amor. Cuando sentimos muy poco amor hacia los demás, lo que  debemos es incriminar es nuestra forma de ver las cosas. Pensamos que los demás no nos aman, y entonces nos sentimos solos.
 
Si solo nos ocupamos de la felicidad de los demás, ¿cómo podremos llegar a ser felices?  Para amar hay que empezar por amarse a sí mismo. Es preciso que así sea, para tener un modelo de amor en el momento de amar verdaderamente  otra persona. Ya que si uno no se ama a sí mismo, ¿acaso puede amar a otra persona?. Cada uno de nosotros puede sentir un gran amor por un ser ordinario. Algunos arriesgan su vida por amor a una idea. Otros, por compasión y en beneficio de los demás, renuncian a su felicidad personal. Pero estos últimos siempre son dichosos, aunque tengan que pasar privaciones o sufrir en su propia carne. Por tanto, podría decirse de manera general que cuando nos preocupamos por la felicidad de los demás, conseguimos, al mismo tiempo, ser felices.
 
 Dalai Lama
 
 
Piensas que porque comprendes uno debes comprender dos, porque uno y uno hacen dos; pero también debes comprender el «y».
 
Enseñanza Sufí
 
 
Quiero un mundo donde las personas sean respetadas por la facilidad y la calidez con que se funden y no por la fortaleza de sus murallas.
 
Clint Weyland
 
 
El químico capaz de extraer de su corazón los elementos compasión, respeto, deseo, paciencia, arrepentimiento, sorpresa y perdón, y de combinarlos en uno, habrá creado ese átomo que se llama amor.
 
Khalil Gibran
 
 
El hombre que no ha amado apasionadamente ignora la mitad más bella de la vida.
 
Stendhal
 
 
El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos.
 
Platón
 
 
 

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