Nunca ha dejado de
asombrarme cómo aparecen los maestros cuando estamos preparados. En mi caso,
mi maestro fue
Jackson Browne,
quien me enseñó una lección en la letra de una de sus canciones.
Llevaba a mi hija
mayor, Tracy, de vuelta a casa después de una excursión por el sur
de Florida.
«Late for the sky»
sonaba en el radiocasete del coche. Me entretuve en explicarle la letra a
Tracy como una forma de iniciar una conversación. Comencé a repetir la letra
en voz alta a medida que sonaba la música.
Jackson Browne cantó
luego la canción titulada «For a dancer».
Yo había oído esa canción centenares de veces, pero en esta ocasión sentí la
letra como una parte tan integral de mi que fui incapaz de continuar la
conversación con Tracy.
Me quedé allí,
conduciendo, pensando en lo ciertas que eran las palabras y en lo que
significaban para mí.
La letra se refería a la
mayoría de las personas como bailarines que pasan su vida bailando con pasos
dictados por otros. Alentaba a quienes lo escuchaban a examinar sus vidas y
convertirse en los coreógrafos de su propia vida, no en meros bailarines de
sus existencias, a aprender a sembrar algunas semillas propias y danzar al
son de la música que ellos hayan compuesto.
Yo sabía que mi
propósito en la vida era ayudar a otras personas a obtener confianza en sí
mismas, enseñándoles a mirar en su interior, confiar en la sabiduría interna
y demostrar el valor en las propias capacidades.
Mientras conducía
experimenté un instante sublime, sentado en el coche y repitiendo la letra y
prometiendo en silencio hacer que el significado de la canción adquiriera
vida tanto en mi propia existencia como en las existencias de quienes
estuviesen dispuestos a escuchar.
Dr. Wayne Dyer
Bajo dos condiciones específicas es como mejor
funciona tu mente superconsciente. La primera de ellas es cuanto tu mente
consciente se concentra en un cien por cien en un problema o en un objetivo
concreto. La segunda es cuando tu mente consciente está ocupada por completo
en alguna otra cosa. Debes aplicar los dos métodos sobre cualquier cosa que
quieras alcanzar.
Hay cinco pasos que puedes utilizar para concentrar
todo el poder de tu mente superconsciente en un sólo asunto. Haz frente a
cualquier problema que te esté acuciando ahora mismo e intenta este método
con él.
Primer paso: Define el
problema o el objetivo con toda claridad, preferentemente por
escrito. Esto es, lo que exactamente quieras conseguir o el
problema que desees resolver.
Segundo paso: Reúne la
mayor cantidad de información que puedas. Lee, investiga,
pregunta y busca resueltamente la respuesta que necesitas.
Tercer paso: Trata
conscientemente de resolver el problema revisando toda la
información que has reunido.
Cuarto paso: Si todavía no
has podido solucionar conscientemente el problema, remítelo a tu
mente superconsciente. Suéltalo confiadamente de la misma forma
que dejas libre un globo para que se aleje flotando en el aire.
Quinto paso: Haz que tu
mente consciente se ocupe en cualquier otra cosa. Descarga tu
atención y deja que tu mente superconsciente se haga cargo del
problema en tu nombre.
Tu mente superconsciente te dará la contestación
correcta exactamente en el momento adecuado. Cuando la respuesta llegue,
debes actuar en base a ella inmediatamente. En un material temporalizado.
Si te ves en la urgencia de telefonear a alguien, de
decir o hacer algo y ves que es de todo punto correcto, actúa con fe y sigue
tus instintos. Siempre resulta que es lo mejor que podrías haber hecho.
Si estás teniendo problemas con otra persona y tienes
una idea clara de lo que deberías hacer o decir; incluso si ello diese lugar
a un enfrentamiento o a una situación desagradable, sigue el dictado de tu
corazón y haz lo que tengas que hacer o decir. El resultado será en todo
caso igual o mejor de lo que podías haber esperado.
La mente superconsciente le permite a uno programarse
de forma que recuerde hacer determinadas cosas en ciertos momentos, como
podría ser para que te despierte a una hora dada del día o de la noche,
exactamente en el tiempo o lugar que lo hayas programado, el pensamiento en
cuestión brotará en tu mente.
En ti está el decidir utilizar este poder. Si bien
éste es un modo simple de utilizar una fuerza poderosa, recuerda que la
clave está en tu actitud; cualquier indicio de duda o escepticismo producirá
un cortocircuito en el proceso y lo hará fallar.
Brian Tracy
Y así, después de
esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar,
decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas;
decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una
solución;
decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un Oasis;
decidí ver cada noche como un misterio por resolver, y cada día como
una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día
descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que
en éstas está la única y mejor forma de superarnos;
aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar;
descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de
importar quien ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor
que ayer.
Aprendí que
lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir;
aprendí que el mejor momento del triunfo que puedo tener, es el
derecho de llamar a alguien «Amigo».Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, el
amor es una filosofía de vida.Aquel día dejé de
ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia
tenue luz de este presente;
aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el cambio de
los demás.Aquel día decidí cambiar tantas cosas, aquel
día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad.
Desde aquel día ya no duermo para descansar, ahora
simplemente duermo para soñar.
Walt
Disney
En el silencio de mi
reflexión percibo todo mi mundo interno como si fuera una semilla, de alguna
manera pequeña e insignificante pero también pletórica de potencialidades. Y
veo en sus entrañas el germen de un árbol magnífico, el árbol de mi propia
vida en proceso de desarrollo. En su pequeñez, cada semilla contiene el
espíritu del árbol que será después. Cada semilla sabe cómo transformarse en
árbol, cayendo en tierra fértil, absorbiendo los jugos que la alimentan,
expandiendo las ramas y el follaje, llenándose de flores y de frutos, para
poder dar lo que tienen para dar.Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol. Y tantas son las semillas
como son los sueños secretos.Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el tiempo de
germinar, echar raíces y darse a luz, morir como semillas para convertirse
en árboles;
árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en su
solidez, que oigamos nuestra voz interior, que escuchemos la sabiduría de
nuestros sueños semilla.
Jorge Bucay
Los sueños indican el
camino con símbolos y señales de toda clase, en cada hecho, en cada momento,
entre las cosas y entre las personas, en los dolores y en los placeres, en
los triunfos y en los fracasos. Lo soñado, nos enseña, dormidos o
despiertos, a vernos, a escucharnos, a darnos cuenta. Nos muestra el
rumbo en presentimientos huidizos o en relámpagos de lucidez enceguecedora.
Juan Carlos Caramés
Cuando el alumno esté
preparado, el maestro aparece.
Robert Fischer
Cuando tu compromiso
sea total, en el sentido de cambiar tu vida o alcanzar un objetivo, los
medios que te ayudarán a conseguirlo se presentarán por sí mismos: aparecen
conocidos con ofertas, amigos que te prestan libros, anuncios que parecen
saltar de la página para reclamar tu atención, o caes en el momento oportuno
y el lugar oportuno. La clave está en el compromiso. Que no es desear que
ocurra algo. Es una firme decisión que tomas en tu fuero interno,
prometiéndote llevarla a cabo cueste lo que cueste.
Andrew Matthews
La buena suerte
generalmente les llega a los que la buscan, y es evidente que la suerte
golpea muchas veces durante toda la vida, pero si no la aprovechamos con
ingenio cuando llega, no se abrirá la puerta y la suerte se irá. La suerte
es el chivo expiatorio al que hacemos responsable por nuestros desaciertos y
tonterías. Es a lo que le damos un carácter de invencible, cuando no tenemos
el menor deseo de lucha.
Bill Beattie
En los anales del mundo
cada movimiento ilustre y dominante es el triunfo del entusiasmo; nada
ilustre se ha podido lograr sin esa cualidad.