Empleamos mucho
tiempo y esfuerzo en tratar de cambiar a las personas que nos rodean, ya sea
nuestra pareja, hijos, vecinos, compañeros de trabajo. ¿Qué tal si esto no
fuera necesario? De esto se trata el cambio de actitud, se trata de cambiar
nuestros pensamientos para cambiar nuestro entorno, ¿parece sencillo,
verdad?
Si lo pensamos bien nos daremos cuenta que el
Todopoderoso nos hubiera asignado una tarea titánica,
en muchos casos imposible de cumplir, constantemente luchando con nuestro
entorno para producir cambios.
En realidad nos
lo puso fácil: para cambiar algo, necesitamos cambiar nuestra forma de
pensar sobre la situación. A fin de cuentas el pensamiento es lo único sobre
lo que el ser humano tiene verdadero control, todo lo demás está fuera de su
control.
De todas formas el ser humano sigue empeñado en
emplear el camino difícil,
o sea cambiar a los demás en vez de cambiar él y de ahí se derivan muchas
frustraciones y rabietas.
Una vez
me preguntó una persona de España que si todas las cosas que sucedían eran
por alguna razón y que nada sucedía por azar, cómo
podría yo explicarle la muerte de millones de seres inocentes en guerras y
conflictos. Le contesté que no tenía una respuesta para eso, no sabría cómo
explicar esos sucesos.
Aquella mañana al llegar a mi trabajo
y encender la Pc, el Windows no quiso arrancar, por más que lo
intenté, no hubo manera de hacer funcionar el equipo; el día anterior había
funcionado bien todo, no le encontraba explicación. Al final tuve que llamar
al técnico para que lo reparara.
Hay muchas cosas que no entendemos,
una de ellas es el milagro de la vida, o de cómo de una célula microscópica
se desarrolla un ser humano tan perfecto en todas sus partes y dotado de un
cerebro capaz de componer melodías inolvidables, llorar, reír, crear obras
de arte y objetos maravillosos.
A veces dedicamos mucha energía
tratando de entender tantas cosas que suceden a nuestro alrededor que no
entendemos y le dedicamos poco interés a las cosas que suceden dentro de
nosotros. Una de ellas es la «ley de atracción» y cómo influye en nuestras
vidas, de cómo nuestros pensamientos atraen personas y situaciones a
nuestras vidas.
Sería cuestión de detenernos un momento y ver si
nuestros pensamientos más frecuentes se corresponden con lo que sucede en
nuestra vida y tal vez hacer algunos cambios de pensamientos y ver si sucede
algo distinto y mejor.
El presente nos permite conocer nuestro
pasado y nuestro futuro. Las consecuencias de lo que hicimos en el pasado es
lo que estamos viviendo en el presente, pero al mismo tiempo desde el
presente estamos construyendo nuestro futuro con las acciones que tomamos
todos los días.
El pasado ya no existe; si no te agrada el que
tuviste, ahora tienes la oportunidad de tener uno
nuevo creándolo desde ahora mismo; la «ley de causa y efecto» se encargará
de producir lo que tú siembres.
Vive el momento presente, es el
único que tienes, hagas lo que hagas siente la intensidad del instante.
A todos nos ha sucedido que sentimos algún dolor que no
tiene origen aparente, buscamos aliviar el dolor externamente, a los pocos
días desaparece y nos olvidamos del asunto, hasta que el dolor regresa.
Tal vez recordemos aquel día en que nos dieron un «susto de muerte», alguien
nos jugó una broma pesada que nos causó un estremecimiento muy fuerte en
todo el cuerpo. Este estado del cuerpo fue creado por un pensamiento que a
gran velocidad se transmitió a todo el cuerpo. Así de poderosa es la mente
para controlar los estados de nuestro cuerpo.
Cuando hacemos criticas a
otras personas, debemos estar conscientes que la persona objeto de las
críticas ejerce un determinado control sobre nosotros, nuestra mente y por
ende sobre nuestro cuerpo.
Visto desde el otro lado, cuando
alguien nos critica, es porque ejercemos algún control sobre él, ya sea
porque nos envidia o ve cosas en nosotros que no le agradan de sí mismo. En
cualquiera de los casos, el problema está dentro de la mente de cada cual,
no afuera.
Siéntete libre, deja que los demás piensen lo que deseen
sin que ello alegre o arruine tu estado de ánimo. Cuando lleguen los
pensamientos negativos, obsérvalos y déjalos partir, ellos no tienen poder,
el poder se lo damos nosotros. Como no puedes evitar pensar en algo,
concentra tu mente en las cosas que deseas en tu vida.
Nos cuesta creer las
cosas que no vemos por eso generalmente preferimos ver para creer. Pero
ocurre que los mayores avances de la humanidad y los mayores descubrimientos
los hicieron personas que operaban a la inversa, o sea, creían para ver. De
qué otra manera podría llegar el ser humano a la luna, la curación de
numerosas enfermedades, los grandes avances tecnológicos como este que nos
permite comunicarnos por el ciberespacio, y tantos otros.
En eso se
basa el pensamiento creativo, la mente puede crear las cosas, de hecho lo
hace. Si observas el teléfono móvil que posees y te pones a pensar quien lo
hizo, puedes retroceder y ver que lo hizo una fábrica, ésa
fábrica usó unos planos o diseños, y seguir
retrocediendo hasta llegar al punto de encontrarte con alguien que un día se
le ocurrió que podía existir un aparato de esas características, algo
inexistente hasta ese momento. Sólo era un pensamiento que algún tiempo
después se convirtió en realidad.
Para ello se requiere ser soñador,
imaginativo, hay que visualizar los resultados tal como si ya existieran. Si
no posees la preparación para lo que deseas hacer, la mente te llevará por
las diferentes experiencias necesarias para adquirirla.
Cuando pensamos en comunicación nos imaginamos conversando
con otra persona pero ocurre que la comunicación más importante es la que
mantenemos con nosotros mismos; no existe ninguna persona con la que nos
comuniquemos tanto como con nosotros mismos.
Las palabras que nos
decimos constantemente programan nuestro inconsciente. En nuestro
inconsciente radica nuestro poder pero a diferencia de nuestra conciencia,
esta no toma decisiones, acepta las cosas que le enseñamos sin protestar, no
discrimina entre aquello que nos hace bien y lo que nos hace daño, a fin de
cuentas de eso se encarga la conciencia la cual maneja estos conceptos de
manera subjetiva. El inconsciente es nuestro fiel servidor y se
encarga de facilitarnos conseguir lo que deseamos o aquello en lo que más
pensamos.
Supongamos que Juan Pérez se la pasa todo el tiempo
diciéndose y diciendo que nada le sale bien, que es un bueno para nada, que
nadie le quiere, etc. El inconsciente recibe el
mensaje y busca en su base de datos cómo complacer a su amo: encuentra que
esa persona que dice ser Juan Pérez es alguien que se enferma mucho, que no
tiene pareja o le dura poco cuando la tiene, que suele tener accidentes, que
nunca puede tener un patrimonio.
Por lo tanto, regulará hacia la
baja el sistema inmunológico para que se enferme, enviará pensamientos de
celos, inseguridad y autorrechazo para que no tenga pareja o no le dure
mucho, le volverá torpe para que se caiga por las
escaleras y cada vez que gane algún dinero extra, le inducirá con
pensamientos de despilfarro.
Pudiera pensarse que nuestro inconsciente es nuestro
enemigo pero no es así, él sólo hace lo que le pedimos. Por lo tanto es
cuestión de cambiar nuestros pensamientos y palabras para configurar nuestro
inconsciente para producir resultados satisfactorios en nuestra vida. Es
cuestión de perseverar al igual que lo hacemos muchas veces para conseguir
resultados negativos.
Supongamos que nos invitan a una fiesta pero ocurre que
no queremos ir porque nos podemos encontrar con la que fue nuestra anterior
pareja, y ese solo hecho nos causa angustia. Por otro lado nos cuesta
decirle que no al anfitrión.
Tenemos una meta que cumplir: cómo
hacer para no ir a la fiesta sin que el anfitrión se moleste con nosotros.
La tarea queda encomendada a nuestro inconsciente quien en base a lo
aprendido establece que debemos enfermarnos severamente ese día, tener un
accidente que nos impida desplazarnos, tener que viajar de urgencia ese día,
etc.
De alguna manera que ignoramos alguna de esas cosas sucede, a
veces de la manera más misteriosa. El poder de nuestra mente inconsciente es
ilimitado y se suceden hechos a veces graves que hacen que no podamos acudir
al evento al que no queríamos ir. Es indudable que interviene alguna fuerza
misteriosa que mueve sus hilos de manera sincrónica para complacer nuestros
deseos.
¿Por qué no emplear estas fuerzas en cosas que nos
beneficien? ¿Por qué no establecernos metas que nos aporten felicidad
y permitir que los acontecimientos conspiren a nuestro favor?
Todo tiene un propósito y
nuestra vida en la tierra igualmente lo tiene, no estamos aquí por
casualidad. Para desarrollar nuestro propósito en la vida, estudiamos, nos
preparamos, trabajamos e internamente sabemos que podemos hacer algo
especial.
Las cosas que suceden en nuestra vida nos van llevando
hacia ese camino: encuentros, relaciones, caídas, todo tiene un
propósito de formarnos para lo cual estamos destinados, pero de nosotros
depende tomar la decisión de ese destino.
Si la aceptamos corremos
muchos riesgos pero detrás de nosotros hay unas manos listas a ayudarnos una
vez hayamos tomado la decisión firme de hacerlo.
Los maestros están en todas
partes, no solamente en las aulas ni en los libros de grandes autores. Todas
las personas que nos encontramos, aunque sea de manera fugaz, son nuestros
maestros.
Para aprender debemos prestar mucha atención a lo que
vienen a enseñarnos. A veces una persona se acerca a nosotros a molestarnos
y nosotros nos enfurecemos y renegamos de esta persona por algo que dijo o
hizo.
En realidad esta persona nos hizo ver que de alguna manera ejerce algún
control sobre nosotros con su comportamiento o refleja algo de nosotros que
no nos agrada, lo cual nos da la oportunidad de corregir y así crecer aun
más.
Cada ser humano dispone de una capacidad única distinta a
los demás seres humanos, una vez la descubre puede ponerla en práctica como
medio de vida y también para hacer aportes al
resto de la humanidad.
A veces nos preguntamos por grupos
voluntarios de profesionales que van a países lejanos a prestar servicios
médicos. Es indudable que son excelentes médicos ya que de otra manera no
podrían ir a esos países donde hay enfermedades muy raras y contagiosas. ¿No
estarían más cómodos poniendo un consultorio de lunes a viernes y ganando
mucho dinero sin complicarse mucho la vida?
Nuestro propósito en la
vida nos lleva muchas veces a escalar montañas, a
dejar la comodidad para ir en busca de nuestro destino. Si no lo hiciéramos,
luego a la vuelta de los años lo lamentaríamos ya que no solamente habríamos
rehuido de nuestro destino sino todas las experiencias que perdimos de tener
por no haber hecho lo que éramos empujados a hacer.