EL LLAMADO DE LO HEROICO

 

 
 
Muchas personas al encontrarse en circunstancias difíciles hacen acopio de valor y las superan. Suelen ser abatidos por la enfermedad y la catástrofe, agobiados por penas y fracasos, maltratados injustamente o traicionados; no obstante, no sólo se sobreponen a la adversidad sino que afrontan sus dificultades y pesadumbres de manera que enriquecen su existencia. Siguen adelante con galanura, distinción y arrojo.
 
Las pruebas de la vida son muchos menos importantes que la forma en que se encaran. Los vencedores comienzan a adquirir esta sabiduría existencial mucho antes de que surjan las crisis. Adoptando la especial perspectiva de la vida que tienen estas personas, todos podemos aprender a ser vencedores.
 
El triunfador nato disfruta de la vida, aun cuando los problemas broten como cardos entre la maleza. Acepta cada día tal como llega, con su carga de pesar, alegría, decepción y sorpresa.
 
Siempre que no puede lograr una gran victoria, acepta las pequeñas. Además, el vencedor parece saber dónde buscar el destello de la emoción, el momento de belleza e inspiración.
 
Los vencedores en la vida poseen una especie de talento existencial, y ansias por aprovecharlo cabalmente. Gozan al máximo el momento presente. Y se las arreglan para encontrar deleites de cada día, por pequeños que estos sean. Nadie nace feliz. Cada cual se forja su propia felicidad.
 
Cuando el infortunio sobreviene, no hay nada que nos guste más que echarle la culpa a alguien. El genuino triunfador, en cambio, jamás tomará esta actitud. Los cambios y las dificultades sobrevendrán, independientemente de nuestra voluntad.
 
Acepte usted los cambios, pero no con resignación, sino con el intenso anhelo de aprender de ellos. Cuando nuestra vida se hace trizas ante la desgracia, en realidad vuelve a integrarse de un modo distinto. Lo que en un momento dado nos parece un desastre, puede resultar, acaso, lo mejor que nos pudo haber ocurrido.
 
No se dé por vencido; a pesar de tener miedo o de verse bloqueado por obstáculos, el verdadero vencedor cumple en silencio con lo que en su concepto debe hacer, pese a que todo esté en contra suya.
 
Nuestro esfuerzo no siempre alejará la catástrofe, pero sí hará que esta sea más soportable, y nos dará una gran satisfacción. No se pregunte si ha fracasado, pregúntese qué puede hacer ahora.
 
Un triunfador aprecia siempre sus relaciones interpersonales. Aunque fácilmente pide ayuda cuando en realidad la necesita, no importuna a los demás con sus aflicciones. Considera, en cambio, que sus problemas le ayudan a comprender el infortunio de sus semejantes.
 
Todo vencedor en la vida es generoso por instinto; cuando los pesares amenacen con abrumarle, piense usted en cómo podría ayudar a sus semejantes.
 
El chaleco salvavidas del triunfador se confecciona con todo lo imperecedero que le rodea: libros, música, fe religiosa, resolución, un sueño. No es fácil ser un vencedor en la vida, pero siempre merece la pena esforzarse por lograrlo.
 
Si somos capaces de vivir bien en medio de sufrimientos, penalidades o fracasos; si conseguimos aprovechar todo nuestro talento y arrojo, algo de gran valor emergerá y se incorporará al bien común.
 
Esta ansia de superar la adversidad, de sobreponerse a nuestras debilidades, ha impulsado a la humanidad a lo largo de su larga historia. ¡Es el llamado de lo heroico que alienta en todo ser humano!
 
 
Ardis Whitman
 
 
Viejos amigos fallecen, y aparecen nuevas amistades. Es igual que con los días. Pasa un viejo día y llega otro nuevo. Lo importante es darle significado, tener un amigo significativo o un día significativo
 
Dalai Lama
 
 
La gente cumplirá sus labores sin fatiga alguna, siempre que tenga una meta y confianza en lo que está haciendo.
 
Arnold Hutschnecker
 
 
Necesitamos hallar algo que nos mantenga ocupados y que brinde un significado a nuestra vida. Cuando nos comprometemos junto con otras personas, nos convertimos en parte de algo más grande que nosotros mismos. Y nos olvidamos de la desesperación, de la depresión, de vivir solos, obsesionados hacia afuera, iluminando el maravilloso mundo que nos rodea, en lugar de hacia adentro, enajenándonos de todo, excepto de nuestra propia infelicidad.
 
Penelope Russianoff
 
 
Si abordas cada situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces.
 
Dean Smith
 
 
Tengo muchos motivos de gratitud, Señor aunque los recuerdo sólo a veces, y otras veces los olvido. Cuando algo sale mal, sea grande o pequeño, me invade la mente y me hace olvidar todo aquello por lo cual te doy gracias cuando me acuerdo. Ayúdame a tener presentes las cosas buenas, Señor; a nombrarlas, a saborearlas, y a expresarte mi agradecimiento
 
Avery Brooke
 
 
No es lo que le ocurre a uno, sino la forma en que responde ante lo que ocurre lo que determina la calidad de esa experiencia.
 
Paul Kordis
 

El fracaso no existe como algo en sí mismo. Es más bien un nombre que le damos a los resultados indeseados o inesperados. Yo le llamo entrenamiento, experiencia, o aprendizaje. Una situación que te acontece, puedes verla como algo positivo o como un problema. Es tu mente la que decide la manera como lo tomarás.

Renny Yagosesky

 
 
 

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