Christopher Reeve nació el 25 Septiembre 1952,de padres divorciados, enfocó desde joven sus aptitudes
interpretativas actuando en grupos teatrales, continuó su carrera
de actor hasta que en 1977 fue escogido para interpretar a
«Superman», el héroe del comic.
El
gran éxito de esta película le hizo famoso
mundialmente. El personaje de «Superman» representa una metáfora de la
fuerza interior que todos llevamos dentro y que en muchos casos permanece
dormida. Esta fuerza interna no está sujeta a las limitaciones y a las leyes
del mundo físico.
El 27 Mayo
1995, el atlético actor, jinete consumado, acometió un salto de rutina de
tres pies durante un espectáculo ecuestre en Virginia. Su caballo pura
sangre se repropió y se paró en seco, y Reeve con las manos enredadas en la
brida, se proyectó de cabeza hacia el suelo. El accidente le
dejó tetrapléjico y le confinó a un respirador y
una silla de ruedas; al inicio, su estado lo llevó a pensar en suicidarse.
Pero a partir
de ese momento, salió a la luz el «Superman» que llevaba dentro. Siguió
adelante y trabajaba denodadamente para rehabilitase y había recuperado la
sensibilidad en gran parte del cuerpo y asombraba a sus doctores al
conseguir mover sin ayuda un dedo y, en el agua, las piernas y los brazos.
Desde el
principio, su actual esposa Dana Morosini,
con quien estaba casado desde 1992 y quien se mantenía incondicionalmente a
su lado, se empeñó en que la familia llevara una vida tan normal como fuera
posible, paseando juntos a diario con su hijo Will de doce años y
compartiendo en familia el mayor tiempo posible.
Ha disuadido
de suicidarse a personas que acababan de sufrir el mismo tipo de lesión;
siguió participando en varias producciones cinematográficas, escribiendo
libros y apoyando iniciativas a favor de las personas discapacitadas. Vivió
sin religión casi cincuenta años uniéndose después a la Iglesia Unitaria que
le brindó una brújula moral.
Su
último trabajo fue la dirección de una película para la televisión
norteamericana titulada
«The Brooke Ellison Story»
que narra la historia real de Brooke y su lucha por ingresar a la
universidad.
Brooke
tenía once años cuando iba caminando a la escuela en su primer día de clases
del séptimo grado y fue atropellada por un carro, sufriendo lesiones en el
cuello y el resto del cuerpo que la dejaron tetrapléjica.
Brooke
es licenciada en la Universidad de Harvard con la tesis
«El factor esperanza en adolescentes con gran capacidad de
recuperación»; es la primera tetrapléjica
que se licencia en esta universidad y fue seleccionada por sus compañeros
para dar el discurso de licenciatura; actualmente es estudiante de doctorado
en neurociencia cognitiva.
Ella
siempre ha pensado que, sean cuales sean las circunstancias a las que se
enfrenta, es simplemente cuestión de seguir viviendo y no dejar que lo que
no puede hacer defina lo que puede hacer.
La
historia de Brooke es también la de su mamá Jean Marie Ellison, quien ha
estado sentada en todas las clases al lado de su hija desde el octavo grado,
siendo mucho más que una enfermera, pasando las páginas de los libros o
levantando su mano cuando tenía algo que decir en clase.
En su
lucha por los derechos de las personas discapacitadas, Christopher creó
junto a su esposa la
fundación «Christopher Reeve Paralysis Foundation», dedicada a la
investigación de tratamientos para curar lesiones medulares de la espina
dorsal.
Igualmente impulsaba una ley a favor de los pacientes con lesiones de la
médula espinal así como promover las
investigaciones con células madre embrionarias.
Christopher Reeve falleció el 10
Octubre de 2004 de un ataque al corazón.
Elias Benzadon
Estoy más
consciente de otras personas y creo que soy más receptivo de sus
necesidades. Me doy cuenta también de que soy más directo y franco. Me
importa mucho decir exactamente lo que pienso.
En mis sueños,
navego
a vela, monto a caballo, viajo,
hago películas.
Pienso que
todos llevamos internamente una vocecita que nos guía. Puede ser Dios, no lo
sé. Pero creo que si hacemos de lado todo el barullo de nuestras vidas, y
atendemos esa voz, nos indicará el camino correcto.
Lo que me
impulsa a seguir adelante es el amor y apoyo de mi familia, y el hecho de
sentirme necesitado. Trabajo. Aprovecho las oportunidades que surgen y no me
concentro en las cosas que no llegan aún.
No somos nuestro cuerpo. La mente y el espíritu lo
trascienden.